En un estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine, se asegura que los padres y/o los cuidadores de niños con enfermedades crónicas, en especial de los que están ventilados, duermen menos y en peores condiciones que los demás encargados de velar por los niños.
La existencia de un enfermo en una familia, en especial cuando el niño es pequeño y la enfermedad es crónica, es una circunstancia que altera en gran medida la dinámica del grupo.
Sucede que estos niños requieren atención especial, y sus padres o las personas responsables de su cuidado suelen dormir poco y mal ya que tratan de no perder oportunidad de atenderlos.
Para evaluar el impacto en las actividades diurnas de la privación del sueño en estas personas, así como los patrones de déficit de sueño y los motivos principales de la alteración del dormir, los autores realizaron un estudio en el que participaron 118 madres de niños enfermos.
Entre las participantes del grupo activo había madres de niños con enfermedad crónica que requería ventilación y madres de niños con fibrosis quística, y el grupo control estaba conformado por madres de niños sanos.
Los autores observaron que los cuidadores del primer grupo suelen exhibir el mayor impacto derivado de la carencia de sueño.
Publicado en Arch Intern Med 2006;166:1749-55