La inmunización durante el embarazo puede ser indicada si el riego de infección es alto, la enfermedad podría poner en riesgo importante a la madre o al feto y el peligro de efectos adversos de la vacuna es considerablemente bajo. Si éstas no son las condiciones, cualquier tipo de vacunación debería ser pospuesto hasta después del parto. Existe un riesgo teórico para el feto con la administración de vacunas de virus vivo, pero no se ha reportado hasta el momento daño fetal específico causado por la administración de las actuales vacunas durante el embarazo. Puede ocurrir que un defecto congénito aparezca luego de un embarazo durante el cual la madre recibió inmunización y que sea atribuido -tal vez erradamente- a la vacuna. Cuando una vacuna está indicada durante el embarazo, debe considerarse posponer la administración hasta el segundo o tercer trimestre si es posible, para reducir la posibilidad de atribuir, inapropiadamente, el evento a la vacuna.
No hay evidencia que sugiera que las mujeres embarazadas tengan un riesgo incrementado de tener reacciones alérgicas luego de la inmunización. Sin embargo, una severa reacción anafiláctica y su tratamiento pueden tener consecuencias adversas dramáticas para el feto. Asimismo, la fiebre es una reacción posible a muchas vacunas; estudios epidemiológicos y en animales indican que la hipertermia materna durante el primer trimestre de embarazo puede ser teratogénica. Se desconoce la magnitud de este riesgo.
Las vacunas inactivadas y toxoides generalmente son consideradas seguras para el feto, mientras que las vacunas vivas están contraindicadas. Se debería considerar la inmunización contra tétanos para las mujeres que nunca recibieron la serie primaria completa o que tienen heridas posiblemente infectadas con tétanos, además de la inmunización contra influenza en aquellas mujeres que se encuentran en alto riesgo de complicaciones. La vacuna contra fiebre amarilla de virus vivo atenuado puede ser administrada a mujeres embarazadas sólo si estuvieran expuestas ante una epidemia. No hay conocimiento de riesgo por inmunización pasiva de embarazadas con inmuno-globulinas.
Si una mujer embarazada recibiera una vacuna contraindicada sin advertirlo, el incidente debería ser informado al departamento de salud pública local y debería monitorearse la evolución del embarazo por posibles eventos adversos. La interrupción del embarazo no debería ser sugerida luego de la administración de las vacunas contra paperas, sarampión o rubéola, dado que en general no se desarrollan o es extremadamente bajo el riesgo de desarrollar defectos congénitos. No se conocen los efectos de la vacuna de varicela sobre el feto, pero la información recolectada a la fecha no sugiere que exista riesgo de daño fetal.
Para los niños que conviven con mujeres embarazadas no están contraindicadas ni deben posponerse las inmunizaciones con vacunas de virus atenuados vivos.
A los vacunadores se les aconseja consultar con un experto en embarazo e inmunización antes de decidir sobre la necesidad de vacunar durante el embarazo.
Canadian Inmunization Guide