Lucir un adorno en la piel, por bello que sea, o colocarse un piercing en cualquier parte del cuerpo conlleva un riesgo que puede ser grave
La libertad de tatuarse o realizarse perforaciones en el cuerpo es un derecho de todos, siempre y cuando sean personas mayores de edad o, en el caso de menores, que cuenten con la aprobación de sus padres. Pero nadie debe olvidar que ese tipo de adornos corporales pueden significar una amenaza de alto riesgo para la salud.
Es un hecho que los tatuajes y las perforaciones se han convertido en algo más que moda pasajera; en realidad es una costumbre ancestral y para algunas culturas africanas o del Pacífico Sur es todo un ritual.
Entre distintos pueblos, incluso los antiguos mexicanos, la realización de perforaciones -sobre todo en los lóbulos de las orejas- era algo relacionado con cuestiones religiosas o espirituales. Actualmente, principalmente la gente joven, tiene preferencia o gusto por tatuajes o perforaciones, al seguir la moda o bien pertenecer a un grupo de amistades.
Los expertos en la materia dicen que en el mercado hay de todo, lugares calificados por su alta higiene y reglas claras y otros no; así como caros y baratos, por ejemplo, se sabe de los tatuajes de henna, de corta duración y los permanentes: unos y otros tienen un costo que va de los 80 hasta los mil 500 pesos.
Huellas costosas
Una pregunta que suelen hacer los médicos a los jóvenes que se tatúan es: ¿Sabías que cuando te haces un tatuaje permanente, si quisieras quitarlo tendrías que invertir de 5 mil a 10 mil pesos?
Pero hay algo que preocupa más a los expertos en salud, como explica el doctor Aldo Torre: "Si no se tiene la certeza de que se haga tanto la perforación como el tatuaje en el medio sanitario adecuado, las consecuencias de no tener en cuenta estos factores es que puedes contraer enfermedades como hepatitis B, hepatitis C y VIH".
De acuerdo con este especialista en males infecciosos, en el mejor de los casos, si una persona se hace un tatuaje y al mes tiene un color amarillo, pues sería ideal detectar a tiempo si contrajo el virus de hepatitis B o C, pero no sucede así.
No siempre se descubre una infección de este tipo en el corto plazo, pues la hepatitis C llega a manifestar síntomas entre 15 y 20 años después de contraerse.
"El asunto no es que no te hagas tatuajes o perforaciones, sino que los hagas en lugares que tengan registro sanitario", afirma el experto.
Y, agrega, "si ya tienes una mariposa en la espalda, o perforaciones en ombligo, orejas, cejas u otras partes, sólo te pedimos que contemples lo siguiente: ¿Has tenido antecedentes de transfusión sanguínea antes de 1992?; ¿antecedentes de cirugía?; ¿uso de drogas en algún momento de la vida? o ¿exposición con sangre o fluidos corporales infectados?".
El doctor Torre pide: "No lo pienses más y hazte la prueba de Elisa para virus C, ya que cada día son más los jóvenes a los que se le ha detectado hepatitis C".
Reportaje de Silvia Ojanguren publicado en El Universal Jueves 11 de mayo de 2006
