Investigadores aseguran que ante caídas o golpes fuertes, los cráneos protegidos por cascos no se rompieron por la presión
LUNES 24 de abril (HealthDay News/HispaniCare) -- Experimentos realizados con cráneos humanos llenos de agua confirman que los cascos para bicicleta que cumplen con los estándares estadounidenses sí protegen a los niños de las lesiones de cabeza.
Para llegar a estos resultados, los investigadores dejaron caer los cráneos con cascos sobre un yunque metálico para determinar si los cascos protegían contra impactos que causaran fracturas.
Aunque el método podría parecer alarmante, los resultados deberían agradar a todos los padres.
"Logramos medir objetivamente que los cascos sí protegen, de manera absoluta y sin lugar a dudas", aseguró el Dr. Chris A. Sloffer, autor líder del estudio y residente de neurocirugía en el Colegio de Medicina de la Universidad de Illinois, en Peoria.
Se esperaba que los hallazgos fueran presentados el martes en la reunión anual de la American Association of Neurological Surgeons en San Francisco.
Sloffer y su coautor, el Dr. Julian J. Lin, neurocirujano pediatra, anotó que se calcula que medio millón de estadounidenses buscaron tratamiento de emergencia por lesiones relacionadas con bicicletas en 2004. Las lesiones en la cabeza representaron 69,500 de esos casos.
El mismo año, 600 personas murieron como resultado de accidentes ciclísticos y dos tercios de esas muertes se debieron a lesiones cerebrales traumáticas.
Los investigadores señalaron además que los niños de 15 años o menos están en el grupo de edad en mayor riesgo de lesiones en bicicleta y constituyen el 40 por ciento de las muertes relacionadas.
En los EE.UU., los estándares más recientes de seguridad nacional para cascos de bicicleta fueron establecidos por la Consumer Product Safety Commission (CPSC) en 1999. Los estándares fueron trazados para asegurar que los cascos no bloquearan la visión del ciclista, no se desprendieran en una caída y ofrecieran protección significativa en el momento de un impacto contra una superficie dura.
Sloffer y Lin evaluaron estos estándares examinando cuatro cascos idénticos de venta en el comercio en cuatro cráneos humanos. Los cráneos se llenaron de agua para completar el peso aproximado de la cabeza de un niño, unas cuatro libras (1.8 kilogramos).
Los investigadores soltaron los cráneos, sin protección o con casco, desde varias alturas sobre un yunque metálico. Los cráneos que no llevaban cascos comenzaron a romperse a partir de los dos pies (61 cm.) de altura.
Los monitores de aceleración ajustados a todos los cráneos compararon los grados de desaceleración del impacto, es decir, la fuerza que absorbe la cabeza cuando se detiene súbitamente.
Los investigadores hallaron que los cascos que cumplían con los estándares estadounidenses ofrecían la protección deseada contra lesiones de cabeza causadas por impactos de caídas que se originaron desde tres pies (91 cm) del suelo. Las pruebas no incluyeron caídas desde alturas superiores a los tres pies, por lo que no está claro que protección podría ser ofrecida más allá de ese nivel, sostuvo Sloffer.
En comparación, los cráneos que no llevaban cascos experimentaron impactos entre cuatro y ocho veces superiores a los de los cráneos que llevaban casco a las alturas examinadas.
Pruebas adicionales diseñadas para simular accidentes en las que habría "aplastamiento", por ejemplo, al ser golpeado por un vehículo, demostraron que los cráneos que llevaban casco podían resistir la compresión por cargas de hasta 470 libras (213.2 kg). En comparación, los cráneos que no llevaban casco se fracturaron en estas condiciones.
"Estas pruebas demostraron que hay una reducción significativa en la desaceleración, es decir, la fuerza que percibe la cabeza cuando se detiene súbitamente, si hay un casco de por medio, en comparación con cuando no hay casco", explicó Sloffer.
Los investigadores hallaron que el beneficio debería mantenerse independientemente de si el ciclista cae sobre su cabeza o sufre un impacto de aplastamiento.
Según los investigadores, estudios posteriores deberían explorar la relación entre la fuerza del impacto y el grado y la naturaleza de las lesiones cerebrales. Además, debido a que los cascos que se utilizan para montar en monopatín o patines en línea y para jugar béisbol y hockey sobre patines se rigen por otros estándares de la CPSC, el equipo aseguró que investigaciones posteriores también se enfocarán en los beneficios relativos de este tipo de material.
Los hallazgos deberían dar qué pensar a los ciclistas que no llevan casco, sostuvo Sloffer.
"A las personas que están en contra del uso de cascos por cuestiones de libertad o qué se yo, les puedo decir ahora que sí hay un beneficio [de usar cascos] y puedo probarlo", sentenció.
Sloffer considera que los hallazgos pueden ayudar a mejorar también el diseño de los cascos.
"Los diseñadores de cascos siempre podrían usar nuestros métodos y aprovechar lo que hemos establecido para aplicarlo a la etapa de diseño de los cascos con la finalidad de mejorarlos y para que ofrezcan mayor protección", dijo. "No hay razón por la que no podamos diseñar un casco que sea aún mejor".
El Dr. Dennis Durbin, médico de emergencias pediátricas del Hospital infantil de Filadelfia y miembro del Comité nacional de prevención de envenenamientos y lesiones de la American Academy of Pediatrics, expresó su entusiasmo por los resultados.
Aseguró que el estudio actual corrobora ensayos de laboratorio anteriores realizados a mediados de los 90. La investigación sugirió que los cascos para bicicleta redujeron el riesgo de lesión cerebral grave en un accidente en hasta un 88 por ciento.
Aún así, Durbin advirtió que todas las investigaciones del mundo no harán ninguna diferencia si los ciclistas no son concientes de los beneficios de usar un casco.
"Deben ajustarse cómodamente a la cabeza y quedar por encima de las cejas", recomendó. "Mucha gente se lo pone y lo invierte, de manera que al mirar hacia arriba, ven el borde del casco y eso no está bien. La gente necesita ser más conciente de que hay una manera correcta de llevar un casco para bicicleta a fin de obtener el mayor beneficio de él", concluyó.
Traducido del inglés: martes, 25 de abril, 2006
Publicado en Medline Plus