El nivel económico de la familia y el sexo del bebé son otros factores que influyenLa tasa de fallecimientos por muerte súbita infantil ha caído un 75% desde 1991 gracias a las campañas preventivas. No obstante, un estudio muestra que este riesgo aumenta más en los bebés que duermen con los padres y sobre todo si lo hacen en el sofá.
En los países desarrollados, la muerte súbita infantil fue durante mucho tiempo la principal causa de fallecimiento de los niños menores de 12 meses. Sin embargo, hubo que esperar hasta la década de los 90 para que las autoridades sanitarias lo reconocieran como un grave problema de salud y lanzaran las primeras campañas de prevención eficaces. Un estudio, publicado en 'The Lancet', analiza cómo han evolucionado los conocimientos sobre el síndrome en los últimos 20 años.
La investigación, que se ha llevado a cabo en Avon (Reino Unido) desde 1984 hasta el año 2003, revela que han ido cambiando las condiciones y los factores de riesgo relacionados con la muerte súbita y debido a las campañas de prevención, la tasa de mortalidad por este motivo ha disminuido un 75% desde 1991.
No obstante, a pesar de este dato positivo, los autores del trabajo, de la Universidad de Bristol, han descubierto que en los últimos años se registran más síndromes de muerte súbita en los bebés prematuros, con un salto del 12% al 34% en el periodo estudiado, en los hijos de mujeres que fuman durante el embarazo, cuyo porcentaje ha pasado del 57% al 86% y en las familias con pocos recursos económicos (del 47% al 74%).
También se han detectado más casos entre los niños de madres solteras y muy jóvenes, que dan a luz antes de cumplir los 20 años. "Se trata de unas circunstancias que hace años no se tenían en cuenta", explican los investigadores.
El tiempo de vida y el sexo también son factores que influyen en el riesgo de sufrir muerte súbita. Así, el trabajo apunta que los varones tienen más posibilidades de fallecer que las niñas y que el tercer y cuarto mes desde el nacimiento son los más peligrosos.
Durante el estudio, el equipo notificó 369 muertes infantiles inesperadas, de las cuales 300 fueron atribuidas al síndrome de muerte súbita mientras que las otras 69 se debían a otras infecciones y enfermedades que no se diagnosticaron a tiempo.
Las posturas
Uno de los primeros aspectos que los profesionales sanitarios relacionaron con el síndrome de muerte súbita infantil fue la posición en la que dormían los pequeños. En la década de los 80, la mayoría de los bebés que fallecieron por esta causa dormían boca abajo.
Las campañas de prevención han insistido especialmente en la postura que adoptan los niños mientras duermen y ha logrado cambiar la tendencia. Lo más normal ahora es que acuesten a los bebés boca arriba, una práctica que ha conseguido disminuir la incidencia del síndrome de un 89% a un 24%.
Sin embargo, un tema que preocupa a los investigadores es el aumento de decesos producidos por dormir junto a los padres, que ha aumentado del 12% de los años 80 al 50% en el periodo comprendido entre 1999 y 2003.
Especialmente alarmante es, en palabras de los autores, "el aumento de fallecimientos cuando el niño duerme junto a uno de sus progenitores en un sofá".
Un editorial que acompaña al trabajo añade que las almohadas y los edredones nórdicos también pueden incrementar el riesgo de muerte súbita.
Los investigadores, que critican la lenta respuesta de las autoridades ante este problema, al que comparan con la epidemia de obesidad y de tabaquismo, exponen que "se requiere más investigación sobre el tema, intervenciones más eficaces y una coordinación internacional dirigida por la Organización Mundial de la Salud (OMS)".
Reportaje de Isabel F Lantigua publicado en El Mundo Salud