Los antibióticos pueden causar daños si son ingeridos de manera incorrecta La época de fin de año es de fiesta y de celebración que en ocasiones se arruina por no cuidar adecuadamente la salud o, peor aún, por recurrir a la automedicación en busca de una cura rápida, y cuando muchas veces lo único que se logra es complicar la situación.
Sobre esta costumbre muy mexicana, el doctor José Luis Arredondo García, subdirector de Investigación Médica del Instituto Nacional de Pediatría, menciona que las infecciones respiratorias agudas se incrementan 30% durante los meses de octubre a marzo, y que en esta época de bajas temperaturas los padres de familia recurren a la automedicación y "algunos médicos suelen administrar de manera irregular antibióticos a los niños, favoreciendo así la resistencia bacteriana"
Es un hecho que la moderación en más de un sentido es lo recomendable y, tratándose del cuidado de la salud, hay que contar siempre con un médico de cabecera.
El especialista dice que "en este periodo algunos padres recurren a la administración de antibióticos, para tratar tanto un resfriado como eliminar el dolor de garganta. Esta práctica común, aparentemente sin riesgos o consecuencias graves, puede complicar la enfermedad, al grado que los niños podrían requerir hospitalización complicando el tratamiento del paciente ante la posibilidad de que aparezcan microorganismos multiresistentes".
Y esto se debe a que "los antibióticos son armas muy efectivas para combatir las infecciones respiratorias agudas creadas por una bacteria y utilizados adecuadamente salvan vidas. Sin embargo, si son administrados de manera equivocada son ineficaces e incluso causan daños", advierte Arredondo García.
Explica que los padecimientos son causados tanto por virus como por bacterias, "de ahí la importancia de acudir al médico pediatra ante los primeros síntomas como tos, ronquera, dificultad para respirar, obstrucción y secreción nasal, dolor de garganta y oído, pues sólo un médico es capaz de diagnosticar con precisión para atender óptimamente dichos padecimientos con el fin de evitar complicaciones mayores".
Acción directa
El experto señala que "normalmente las terapias con antibióticos duran entre cinco y 10 días para eliminar del todo la infección, pero cuando los padres ven mejoría en sus pequeños, al segundo o tercer día, por desgracia suspenden la administración del fármaco lo que favorece la resistencia bacteriana, esto hace que después se requiera de antibióticos más agresivos para curar la enfermedad".
Insiste en que la administración de éstos en niños es complicada debido a su mal sabor, lo cual hace que los pequeños vomiten el medicamento, así como a las repetidas ocasiones que debe administrase el mismo, hasta cuatro veces al día, lo cual no es compatible con la dinámica de los padres quienes no pueden estar pendientes de que sus pequeños lo tomen por su labor diaria.
Pero, sostiene que hay alternativas que permiten completar el tratamiento con antibióticos de manera más segura y tal como el médico lo haya indicado.
Entre estas opciones destaca "una nueva tecnología denominada Neoclarosip, dispositivo similar a un popote, que tiene en su interior gránulos con una dosis exacta de claritromicina, uno de los antibióticos más utilizados para curar las infecciones respiratorias agudas, la cual permite ingerir el medicamento de manera sencilla pues basta que el niño tome su bebida favorita a través del popote".
El pediatra agrega que "las infecciones respiratorias son un problema de salud pública en los niños que puede ser controlado si se identifican, diferencian de otros padecimientos y se atienden adecuadamente por médicos especialistas".
"La participación de los padres de familia y del médico pediatra en el cuidado del menor permitirá tomar mejores decisiones para prevenir y controlar las infecciones respiratorias y con ello evitar complicaciones de salud e incluso la muerte", apunta el doctor Arredondo García.
Publicado en El Universal
Lunes 19 de diciembre de 2005
Nuestro mundo, página 2