El vómito en los niños


Por Dr. Ricardo Manuel Ordorica Flores



     Los vómitos son muy comunes en niños pequeños, en la mayoría de las ocasiones no reflejan ningún problema intestinal específico, es decir pueden tener múltiples orígenes, desde muy sencillos como una técnica defectuosa de la alimentación, o ser secundarios a una enfermedad grave. Por lo que es básico el efectuar una historia clínica completa que incluya una exploración física detallada para orientar sobre la causa de éstos.

     ¿Qué diferencia existe entre el vómito y las regurgitaciones?


     Definimos vómito como la expulsión total o parcial del contenido gástrico con una contracción enérgica y regurgitación como la salida pasiva del contenido gástrico sin participación activa muscular.

     ¿Cuáles son las enfermedades que pueden presentar vómito?


     La Hipertrofia congénita del píloro es una enfermedad propia de la segunda semana de la vida, que consiste en el estrechamiento severo de la unión del estómago con el intestino delgado, no se conoce la causa pero provoca vómitos progresivos de contenido gástrico lanzado con fuerza e incluso a través de la nariz. La identificación temprana impide complicaciones y permite efectuar el tratamiento, en este caso quirúrgico, con excelente resultados. La malrotación intestinal es un problema congénito ocasionado por la rotación anómala o incompleta del intestino, es una causa muy rara pero que debe ser considerada. El reflujo gastro-esofágico es el regreso del contenido gástrico hacia el esófago. En los primeros meses de vida puede ser normal, pero si se acompaña de falta de ganancia de peso y cuadros infecciosos frecuentes de vías aéreas superiores con tos debe estudiarse en forma completa. Cuando se trata de un reflujo simple no se requiere ningún estudio especial sino de un seguimiento pediátrico estrecho y dirigido a detectar cualquier evidencia de alarma. Cuando existe la sospecha de enfermedad por reflujo gastroesofágico se deberán de efectuar cuatro estudios esenciales que son: La serie esófago-gastro-duodenal, estudio radiológico que tiene como objetivo verificar la anatomía, a través de este estudio podemos identificar una Hipertrofia pilórica, hernia hiatal, malrotación intestinal. Sin embargo no es útil para evaluar el grado de reflujo. La monotorización del ph esofágico, que es el estudio ideal para evaluar el grado del reflujo, no es un estudio fácil de realizar ya que consiste en colocar unos electrodos en el esófago para medir y registrar en forma continua la existencia de acidez. La endoscopía es el único estudio que permite mediante biopsias del esófago detectar quemadura por el ácido del reflujo, además podrán tomarse biopsias de estómago y duodeno para documentar la existencia de inflamación por otras causas diferentes a la simple acidez, especialmente por helicobacter pílori. El último estudio es el Gammagrama de vaciamiento que se utiliza para evaluar el movimiento del estómago de acuerdo a su vaciamiento.

     El tratamiento cuando tenemos un reflujo gastroesofágico simple debe encaminarse a verificar la técnica de la alimentación, que debe ser semisentado, orificios de las mamilas deben permitir el goteo de la fórmula, hacerlo "eructar" a la mitad y después de cada toma, no movilizarlo bruscamente, que la fórmula esté bien preparada, mantener al niño en posición boca arriba, es recomendable elevar la cuna unos 30 grados, en algunos casos es necesario espesar la dieta o fraccionarla, evitar los jugos y alimentos ácidos y sobre todo mantener una vigilancia estrecha por su pediatra que decidirá la necesidad de realizar estudios o iniciar un tratamiento específico.



Jefe de Cirugía Endoscópica del Hospital Infantil de México "Federico Gómez"
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Revisado:13/07/10

 

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