Los riesgos del uso del tabaco


Dr. Pedro Valencia Mayoral, Dr. José D. Gamboa Marrufo y Lic. Fabiola Cano Amador

Investigaciones recientes muestran que no sólo los fumadores crónicos, sino los niños y adolescentes expuestos al humo del tabaco sufren serios problemas de salud. Los padres deben estar pendientes de cómo el fumar afecta a los miembros de la familia, ya sea bebés, niños, adolescentes o adultos.

Bebés y niños

Si fuma cerca de ellos, el humo del cigarro puede causarles daños a su salud, al convertirlos en fumadores pasivos. Si se comparan los hijos de personas no fumadoras con hijos de personas fumadoras, estos últimos tiene mayor riesgo de contraer neumonía, bronquitis, asma e infecciones en el oído y de desarrollar a largo plazo daños en los pulmones. Fumar causa también serios problemas de salud a las mujeres embarazadas y al bebé. El cigarro se ha asociado a bajo peso en el recién nacido, crecimiento retardado, abortos y muerte del bebé en el parto y a mayor riesgo de morir por síndrome de muerte infantil súbita; con cinco cigarrillos o más que una madre fume durante su embarazo puede producirse todo lo anterior.
No hay duda de que la exposición al humo del tabaco daña seriamente la salud de los niños. Fumar produce una adición que es difícil de superar, además de disminuir la calidad de vida, tanto para el fumador como para la gente que le rodea. Los fumadores pasivos en México representan 41 por ciento de la población, de éstos 31 por ciento son menores de 18 años y la mayoría están expuestos al humo del tabaco en su propia casa.

Adolescentes

Los adolescentes son fuertemente influenciados por el medio en el que se desenvuelven. Al año se gastan enormes cantidades de dinero en publicidad, los anuncios generalmente están dirigidos a los adolescentes, por lo que no es de extrañar que 90 por ciento de los fumadores hayan adquirido el hábito en esta etapa; además, el número de mujeres adolescentes fumadoras se ha incrementado. La encuesta nacional de adicciones de 1993, reveló que 25.1 por ciento de la población urbana entre 12 y 65 años son fumadores; 72 por ciento de ellos empezaron antes de los 18 años, principalmente por motivos sociales como la curiosidad y la presión de los amigos. El número de jóvenes fumadores menores de 18 años, de 6.6 por ciento en 1988 pasó a 9.6 por ciento en 1993, lo que representa un millón de fumadores jóvenes; aunado a esto, menos de la mitad de los adolescentes que admiten haber fumado alguna vez consideran que fumar es dañino; se sabe que en el DF, 79 por ciento de l os menores compran cigarros en los expendios a pesar de estar prohibido.
Los anuncios de cigarros hacen pensar a las personas que si fuman son más atractivas, fuertes, triunfadoras, etc.; lo que realmente obtienen es: adicción a la nicotina, mal aliento, dientes manchados, tos frecuente, taquicardia, disminución en las funciones pulmonares, incremento en la presión sanguínea, disminución de las habilidades físicas, mayor riesgo de desarrollar cáncer pulmonar y enfermedades del corazón, entre otras.

El tabaco libre de humo no es una opción segura

El término de tabaco libre de humo se refiere al que se mastica y al que se inhala; ambos producen adicción a la nicotina al absorberse en la sangre. Los productos derivados del tabaco pueden lastimar la boca y la garganta, causar cáncer, además del mal aliento, dientes manchados, retardo en la curación de heridas en la boca y pérdida de sensibilidad en el gusto y el olfato.

Adultos

La mayor parte de los adultos conocen los efectos dañinos del cigarro y a muchos les gustaría romper con el hábito; en México ocurren cada año 8 mil 156 defunciones relacionadas con el tabaquismo (1994), mientras que en los Estados Unidos se reportan 350 mil muertes al año.
Una tercera parte de las muertes por cáncer y enfermedades del corazón son causadas por el uso del tabaco. Tres cuartas partes de las muertes por enfermedades crónicas de los pulmones se relacionan con el tabaco.
El esposo (a) de un fumador (a) tiene 30 por ciento de riesgo de padecer de los pulmones, lo que contribuye con dos mil muertes al año.
Los niños y adolescentes cuyos padres son fumadores tienen dos veces más posibilidades de empezar a fumar a temprana edad que los hijos de los no fumadores.
En 1964, 55 por ciento de los adultos en EU fumaban; para 1992, el porcentaje disminuyó a 29 por ciento. En 1993, 25 por ciento de la población en México eran fumadores, 20 por ciento ex fumadores y 54 por ciento no fumadores.

Rompe con el hábito

¿Te gustaría formar parte de las personas que han dejado de fumar? ¿Lo has intentado y no has podido? ¿Por qué no pides ayuda a tu médico? Tu doctor puede ser la persona idónea para ayudarte a encontrar un programa efectivo para dejar de fumar.

Datos obtenidos del Hospital Infantil de México Federico Gómez y la American Academy of Pediatrics.


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