¿Qué debo hacer cuando mi hijo ingirió substancias cáusticas?
Dr. Sergio Adrián Trujillo Ponce.*
La ingestión accidental de substancias cáusticas es un
problema muy frecuente en la edad pediátrica, sobre todo en menores de cinco años; esto
se debe fundamentalmente al descuido que en el hogar se hace en el uso de substancias
destinadas a limpiar todo tipo de utensilios como estufas, sartenes, cacerolas; o para
destapar coladeras, caños, lavabos, inodoros, etcétera, que al dejarse en recipientes de
uso común y al alcance de los niños, éstos los ingieren al confundirlos con alimentos,
agua o sencillamente por curiosidad propia del menor.
Las substancias más frecuentes usadas son:
- Cáusticos: sosas, sales, cal en sus diferentes
concentraciones y presentaciones.
- Corrosivos: ácido nítrico, sulfúrico, muriático y
clorhídrico.
- Blanqueadores: principalmente hipoclorito de sodio en
altas concentraciones.
De estos tres grupos, los dos primeros al ser ingeridos
causan mayor grado de quemadura en la capa superficial de la boca, esófago, estomago y
píloro.
¿Qué es lo que ocurre después de la ingestión?
Después de la ingestión se produce daño importante y
perdida de la capa mucosa superficial de la boca, esófago y estómago por quemadura, con
penetración progresiva a las paredes musculares por debajo de esta, provocando en los
casos menos graves estrechez del esófago y daño al estómago; en los graves inclusive
llega a perforar dichos órganos, con peligro de muerte en el niño.
¿Cómo reconocer si mi hijo ingirió cáusticos?
La mayoría de los niños son menores de cinco años de edad
y la ingestión suele ocurrir cuando se descuida al pequeño, situación común que limita
la información acerca del tipo y cantidad de substancia ingerida. Es muy importantes
presentar el envase o frasco para saber con exactitud cual es la substancia activa y su
concentración. Cuando se revisa al niño que recién ha ingerido algún cáustico siempre
se encuentra inquieto, llora, presenta salivación importante, dolor en boca o en el
pecho, dolor al tragar o vómito y lesiones por quemadura en labios, piel alrededor de la
boca, lengua, paladar y faringe. Los síntomas de gravedad son dolor en el pecho, dolor
abdominal, dificultad importante al tragar saliva, voz dificultosa, apagada o con un
chillido agudo, así como dificultad para respirar, lo cual sugiere lesión muy extensa
que involucra la vía respiratoria.
¿Qué debo hacer en el momento de confirmarlo?
Posterior a la ingestión la recomendación específica es
verificar la respiración del paciente, si ésta es adecuada el siguiente paso es NO
provocar el vomito, no administrar substancias neutralizantes como bicarbonato, agua o
leche, ya que estas substancias de por si pueden condicionar el vómito y el contenido de
este, que aún es cáustico, provocando mayor quemadura al salir nuevamente por el
esófago y orofaringe. Desde este momento el niño debe quedar totalmente en AYUNO, y
buscar inmediatamente atención pediátrica. Es importante considerar que el hecho de no
tener lesiones en boca o labios no descarta la posibilidad de lesión en esófago,
estómago u otros órganos. Al recibir atención médica la recomendación específica es
que está PROHIBIDO en estos pacientes la colocación de sondas orogástricas o efectuar
lavados gástricos. El paciente debe ser internado de inmediato para recibir la atención
especializada requerida, con suero intravenoso, antibiótico y antiinflamatorio.
Preparando de este modo al niño para realizar posteriormente en 12 o 24 horas un estudio
endoscópico y evaluar la amplitud y profundidad de la quemadura y las posibles
complicaciones asociadas.
¿Qué pude ocurrir si no se da atención médica?
Aun en los pacientes con el tratamiento adecuado el límite
y la extensión del daño no se puede estimar hasta una vez pasado el cuadro agudo,
aproximadamente de tres a cuatro semanas. Posteriormente se reevalua al paciente
radiológica y endoscópicamente, pues está demostrado que los pacientes con lesiones de
leve a moderada desarrollan estrechez esofágica de diversos grados, requiriendo cirugía
para realizar gastronomía, paso de hilo sinfín y dilataciones esofágicas posteriores,
con buenos resultados en un 80 por ciento de los casos. En los pacientes con lesiones
graves y los que no responden al tratamiento con dilatación requerirán un procedimiento
de cirugía mayor como es la substitución esofágica, así como dependiendo del caso
algún otro procedimiento inmediato como gastro-yeyuno-anastomosis, yeyunostomía,
etcétera.
¿Qué puedo hacer para prevenirlo?
La ingestión de cáusticos es un problema frecuente en
México, ya que las industrias productoras de estas substancias suelen venderlas a granel
en sus diferentes formas (líquida, escamas, pasta y jalea) y suelen colocarlas en
botellas de refresco, frascos de alimentos o en recipientes de papel, facilitando su
ingestión. En caso de utilizar envases propios estos todavía no cuentan con un tapón de
seguridad que impida al niño la apertura del mismo, con lo que en países desarrollados
han disminuido la frecuencia de este padecimiento. Algunas de las recomendaciones
generales pero trascendentes son:
-- NO dejar substancias cáusticas o corrosivas al alcance
de los niños
-- UTILIZAR de estos productos sólo el necesario y desechar
el sobrante en el drenaje, nunca almacenarlo.
-- PROHIBIDO guardar estas substancias en envases de
alimentos o bebidas conocidas, causa de la mayor parte de estos accidentes.
-- El niño pequeño requiere cariño, atención y mucho
cuidado ¡JAMAS un pequeño debe estar solo y sin la supervisión de un adulto!
* Médico adscrito al Departamento de Cirugía de Tórax y
Endoscopía
Si quiere consultar a algún pediatra del cuerpo médico del
Hospital Infantil de México llame al 5 228 9917 ext 1241, donde recibirá respuesta a sus
dudas.
Revisado:13/07/10