A mi hijo se le cae el pelo 

Dr. Carlos Alfredo Mena Cedillos

 

Explicación 

El pelo empieza a formarse a las ocho semanas de gestación, es decir, cuando la mamá tiene casi los dos meses de embarazo, aunque se hace más evidente a las 12 semanas (cerca de los tres meses). 
A este primer pelo se le llama lanugo, el cual es fino, suave y con poco color, cubre densamente todo el cuerpo del feto hasta los siete u ocho meses de embarazo, cuando se cae naturalmente, es por ello que se observa más frecuente y abundante en el niño prematuro.
Esta es nuestra primer caída de pelo en forma natural, pero no la última, ya que poco tiempo después a este lanugo lo substituye el vello, un pelo ligeramente más desarrollado que éste, pero más escaso, que es el pelo con el cual nace un bebé producto de nueve meses de embarazo, aunque a veces puede tener escaso lanugo, que poco después perderá.
Al nacer, todos los pelos se encuentran en una misma fase del crecimiento, pero al poco tiempo se pierde esta sincronía, entrando los de la región occipital (occipucio) en una fase de pérdida acelerada, aproximadamente a los cuatro meses de nacido el niño, lo cual explica la "alopecia (así llamaremos de ahora en adelante a la pérdida total o parcial del pelo) occipital del lactante", nuestra segunda caída del pelo en forma natural.
Después de ésta, sólo hasta que llegamos a la edad adulta, especialmente el hombre, sufre la llamada alopecia androgénica (de patrón masculino), que a pesar del nombre, también puede afectar a las mujeres, con menor frecuencia.
Además de estas situaciones, el pelo puede seguirse cayendo durante toda la vida en forma natural. Según la edad, puede considerarse que la caída de 80 a 100 cabellos diarios es normal; la distribución de estos pelos es tan desordenada que esta caída pasa desapercibida, además de que se está reponiendo continuamente.

Identificación del Problema

Para decidir cuándo la caída del cabello es anormal, se tomará en cuenta, en primer lugar, la edad del niño; ya se mencionó, por ejemplo, que el bebé sano aproximadamente a los cuatro meses pierde el pelo de su zona occipital, sin embargo, si a esta edad la pérdida del pelo se acompaña de "caspa grasosa" (seborrea), ésta puede estar contribuyendo a mayor intensidad del problema.
En niños recién nacidos y pequeños bebés de pocos meses también se deben tomar en cuenta algunas enfermedades genéticas, aunque mucho más raras, y se diferenciarían de otras causas de caída del pelo, porque en ellas la ausencia o disminución del pelo está presente desde el nacimiento o se asocian a pelo ralo, escaso, ensortijado y quebradizo así como a otras alteraciones ("carita rara", malformaciones de huesos, etcétera).
En niños mayorcitos debemos de considerar también la dermatitis seborreica, aunque en ellos es menos frecuente que en los bebés y la caspita es menos grasosa; además se empieza a ver otras alteraciones como lo es la infección por hongos (tiña), la cual se distingue por escama, caída del pelo en formal parcial y los que quedan dentro de la lesión, se observan cortos y con engrosamiento de su extremo (puntos negros).
Otra alteración que podemos detectar en niños de esta edad es la tricotilomanía (compulsión por arrancarse los cabellos), de la cual a veces los padres no se percatan hasta ver las áreas de alopecia difusa.
Generalmente se halla asociada a estados de angustia del niño y no se observa escama ni otros elementos que nos hablen de otras enfermedades.
En estos mismos niños (preescolares y escolares) además del adolescente, podemos ver alopecia areata, la cual se caracteriza por pérdida total del pelo en áreas, con sensación de "acolchonado" y aspecto "brilloso" en la piel afectada. 
Otras causas generales de caída del pelo, sin relación a la edad, serían algunas enfermedades generales sobre todo crónicas, la desnutrición, deficiencia de hierro y otros minerales, algunos medicamentos, sobre todo los utilizados en enfermedades malignas como leucemia y otros tipos de cáncer (no alarmarse: es claro que en este caso tendremos el antecedente primero).

Qué Hacer

Cuando notamos caída "abundante" del pelo no debemos alarmarnos si ésta no 
deja zonas de alopecia, ya que el pelo que se cae se está reponiendo constantemente.
Sin embargo, si la pérdida del cabello se acompaña de comezón, escama, enrojecimiento o la ya mencionada alopecia, debe acudir con su dermatólogo para que se le trate la causa que ocasiona o incrementa dicha caída.
Si su niño presenta síntomas generales (pierde peso, fiebre, le falta apetito, está decaído), llévelo con su pediatra para que se lo revise; en el caso del bebé con alopecia de la zona occipital, no se debe tomar ninguna medida especial, ya que es transitoria ea afectada se cubrirá con pelo normal alrededor del año de edad.
Cuando se trata de estos mismos bebés y la pérdida de pelo se acompaña de las costras o escamas grasosas (dermatitis seborreica), se puede aplicar un poco de aceite de almendras dulces unas seis horas antes del baño, pero se debe remover en el periodo mencionado ya que dejarlo más tiempo o ponerlo más de una vez al día, puede ser contraproducente.
En términos generales, algunas medidas que pueden disminuir la caída del cabello son: lavado de la piel cabelluda con champús suaves (de preferencia de bebé) pero no tan frecuente (dos o tres veces por semana).
No traccionar el pelo con peinados tensos en las niñas, no usar cepillos de metal o de cerdas duras para peinarlos y evitar el uso de fijadores o geles para el peinado. Obviamente estas medidas no evitarán el problema cuando hay una enfermedad de base, pero pueden disminuir la velocidad de la caída cuando ésta es natural.

* Jefe del Servicio de Dermatología



 
 
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