¿A qué edad debo dar papillas a mi hijo?


Dr. José Alberto García Aranda



Una de las principales inquietudes que una mamá tiene cuando su niño cumple su primer mes de vida es: "¿Cuándo le voy a dar de comer papillas?" (papilla: alimento sólido diferente a la leche).
Para responder esta pregunta, la mamá echa mano de su experiencia, en caso de que tenga otros hijos; otras veces de su imaginación y algunas más sigue los consejos de las abuelas. Sin embargo, las actuales prácticas de alimentación no tienen ninguna relación con las que hace 15 años se llevaban a cabo.
Este escrito trata de poner en perspectiva el conocimiento actual, para tomar la decisión correcta de cuándo alimentar a su hijo con papillas.
A la luz del actual conocimiento científico, sabemos que la maduración del intestino se da hasta después de los cuatro meses de edad cumplidos del niño. Vamos a puntualizar. El intestino del ser humano tiene unos poros situados entre las células que lo forman, que se encuentran más abiertos entre más pequeño sea el niño.
La importancia de este concepto es que pueden pasar pedazos de proteínas microscópicas que se escapan de la acción de las células intestinales y que reaccionan con las células de plasma, produciendo anticuerpos que sensibilizan al niño y más tarde le provocan alergias.
Otro fenómeno que sucede es que la función digestiva de la saliva no se da hasta los cuatro meses de edad, lo cual se conjuga con la acción digestiva que el páncreas tiene, en especial para los cereales, y que se encuentra lista hasta el cuarto mes también.
Existen otras sustancias en el intestino llamadas enzimas, mismas que pueden parcialmente hacer digerir los cereales antes de esa edad; sin embargo, lo hacen en forma parcial.
Debemos considerar también a los mecanismos de defensa del intestino, como son las llamadas inmunoglobulinas, en especial las de tipo A. Esta se encarga de evitar el contacto con las proteínas extrañas que les ofrezcamos a los niños. La inmunoglobulina A del intestino se genera hasta el noveno mes de vida.
Existen otras razones para evitar la alimentación con papillas en los primeros meses de vida. Estas se refieren a la madurez de funciones neurológicas como, por ejemplo, la pérdida del reflejo de protrusión de la lengua (escupir lo que le queda en la mitad inferior de la lengua).
Este reflejo se pierde hasta el cuarto mes de vida; en este momento, el niño es capaz de tragar lo que se encuentre en su boca. También debemos esperar a que el niño pueda sostener su cuello, lo cual sucede habitualmente al tercer mes de vida.
Por estas razones, el niño menor de cuatro meses sólo debe recibir alimentación del seno materno. Debe iniciarse con papillas sólidas hasta el cuarto mes de vida.
Existe el riesgo de que los niños que reciben papillas sólidas antes de esta edad puedan contraer alguna alergia alimentaria, desarrollar obesidad secundaria a alimentación forzada, padecer de diarrea por mala digestión de los alimentos ofrecidos y desarrollar desnutrición secundaria a mal absorción de los nutrientes ofrecidos.

El Dr. José Alberto García Aranda es Director Médico del Hospital Infantil de México.




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Revisión:13/07/10

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