Sin duda, uno de los síntomas que más alarman a los padres es cuando su niño no come.
La mayor parte de los problemas de esta índole son secundarios al comportamiento de los
adultos que se encuentran alrededor del pequeño, especialmente en el momento de
alimentarlo.
Es común que la madre quiera que el niño consuma sus alimentos con avidez y que termine
rápidamente lo que se le ofrece; sin embargo, debemos recordar que cada ser humano es
diferente a otro, aunque sea su hermano.
Por lo tanto, la mamá deberá, con paciencia, conocer a su hijo para no darle de comer
aprisa o, bien, permitir que su pequeño coma muy despacio. El tiempo promedio para
alimentar a su hijo es de entre 20 minutos y media hora.
Otra práctica común es la de distraer al niño con juguetes, la televisión o, bien,
haciendo pantomima alguno de los adultos a sus alrededor; esto conlleva a que el niño no
se entere de lo que está comiendo y, por lo tanto, que no adquiera una cultura
alimentaria adecuada.
En ocasiones, el pequeño rechaza el alimento ofrecido y los adultos que lo alimentan lo
obligan a consumirlo, incluso con maniobras bruscas; situación que produce una relación
inadecuada del niño con quien lo alimenta, provocando, posteriormente, rechazo continuo a
la comida.
El menor aprende los sabores poco a poco durante el primer año de vida, con la excepción
de los sabores dulces, para los que nace con afinidad nata, por lo que al introducir un
alimento nuevo, hágalo poco a poco, con dulzura, sin que muestre su rostro interrogación
o angustia, ya que el niño lo rechazará.
Es conveniente enfatizar que al mezclar alimentos dulces con salados es una práctica
inadecuada, ya que no le está enseñando a su hijo a comer. El menor debe compartir la
hora de los alimentos con los demás miembros de la familia, ya que de ellos aprende los
hábitos de alimentación de la familia y se sentirá más relajado durante el consumo de
su comida.
Existen otras causas por las que el niño no come bien con la mamá; una de ellas, es
cuando el pequeño asiste a una estancia infantil. El problema comúnmente se genera ya
sea porque el niño consumió suficiente alimento como para no desear más o porque la
mamá descarga la responsabilidad de la alimentación en estos lugares, no interactuando
con su hijo para este fin y, por lo tanto, no enseñando a comer a su pequeño.
También las infecciones pasajeras, como catarro o diarrea, y el consumo de medicamentos
les quitan el apetito a los niños. El pequeño entre el año y los dos años de edad come
menos cantidad que los niños menores de un año, la explicación de esto es porque su
crecimiento se desacelera y sus necesidades de calorías son menores, de tal manera que en
este periodo es normal que el pequeño no coma como antes.
Si su niño no come bien e incrementa de peso y talla normalmente, no se preocupe, pero si
su pequeño no come bien y no incrementa su peso y talla normalmente, consulte a su
médico.
Recuerde, la alimentación es un hábito.
¿Qué debo hacer si mi hijo no come bien?
-Déle su tiempo y atención al momento de alimentarlo, ya que no todos los niños comen
con la misma rapidez.
-No alimente a su pequeño distrayéndolo con juguetes, la televisión o pantomimas.
-No mezcle sabores dulces con salados.
-Cuando le ofrezca un alimento nuevo, hágalo poco a poco.
-No lo obligue a comer.
-No lo alimente a solas, que comparta con el resto de la familia la alegría de la
convivencia.
El Dr. José Alberto García Aranda es director médico del Hospital Infantil de México.