Dr. Arturo Soria Magaña*
Es una queja motivo de consulta cada vez más común tanto
para pediatras como para psicólogos y psiquiatras de niños y adolescentes; muchas veces
esto es motivado por las exigencias cada vez mayores de algunos colegios que pareciera
están en competencia por algún tipo de "Excelencia académica", y en otras
ocasiones por iniciativa de los padres motivada en parte porque el menor no cumple las
expectativas, a veces elevadas, de ellos.
Esta combinación de motivos, si no la única, sí la más frecuente, a tal grado que los menores desde jardín de niños son diagnosticados erróneamente "dislexia", "trastorno del aprendizaje", "bajo rendimiento escolar", etc. Iniciando un peregrinar por profesionistas diversos, recibiendo en ocasiones comentarios que pueden propiciar manejos inadecuados o bien retrasar un apoyo oportuno y adecuado; los comentarios oscilan en los extremos, refiriéndose como "es flojo", "es inmaduro", "es distraído", y en el peor de los casos "tiene retraso", con las consecuencias que conllevaría.
Y es que no se puede sospechar algo que no se conoce, y
mucho menos diagnosticarlo, por eso se hace cada vez más necesario que los padres, no
sólo los maestros, tengan un conocimiento básico del tema, lo cual ayudará para tener
la capacidad para tomar decisiones más adecuada y oportunamente.
Lo primero que se necesita saber es si el menor tiene un
trastorno de aprendizaje o no, el cual según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
es aquel en que desde el principio están deterioradas las formas normales del aprendizaje
y no es consecuencia de falta de oportunidades para aprender, ni la consecuencia de
traumatismos ni enfermedades adquiridas, sino que surgen de alteraciones de los procesos
cognoscitivos en gran parte secundarios a algún tipo de disfunción biológica. Dichos
trastornos pueden ser en la lectura, la escritura, el cálculo o mixtos.
Las manifestaciones de dichos trastornos pueden ser en la escritura.
-Confusión de letras de simetría opuesta como: b/ por d/,
p/ por q/, etc.
-Errores ortográficos confundiendo letras que corresponden
a un mismo fonema; por ejemplo: s/, c/, y z/; ll/ con y/; g/ con j/; el uso adecuado de r/
y rr/; de las sílabas gue/, gui/; el uso de la h/; uso de diéresis, acentos y
mayúsculas.
-Alteración en la secuencia de las letras que forman
sílabas y palabras:
a) Omisiones: pato/ por plato.
b) Inversiones: le por el/, se por es.
c) Inserción o adición de letras: teres por tres.
- Errores en la separación de palabras.
- Dificultad en el trazo de las letras o disgrafía, en
donde aunque se reconozcan las letras al leerlas (el
aptema), no recuerda como se trazan (el grafema).
- Escritura en espejo: al escribir las letras las invierten
o escriben de derecha a izquierda.
- Fallas en la construcción gramatical de la redacción
espontánea.
En relación a la lectura, en las fases tempranas del
aprendizaje pueden presentarse dificultades para:
- Recitar el alfabeto.
- Hacer rimas simples.
- Denominar correctamente letras.
- Analizar o categorizar los sonidos.
Posteriormente pueden presentarse errores en la lectura oral
como:
- Omisiones, sustituciones, distorsiones, o adiciones de
palabras o partes de palabras.
- Lentitud.
- Falsos arranques, largas vacilaciones o pérdida del sitio
del texto que está leyendo.
- Inversiones de letras dentro de palabras o palabras en
frases (sol por los/, el por le/, etc.
También pueden presentarse déficits en la comprensión de
la lectura, incapacidad para recordar lo leído o extraer conclusiones de lo leído. En un
grado extremo puede llegar incluso a haber lectura en espejo.
En lo referente al trastorno del cálculo puede encontrarse
desde:
- Falta de comprensión de términos o signos matemáticos.
- No reconocimiento de símbolos numéricos.
- Dificultad en el manejo de las reglas aritméticas.
- Dificultad para alinear adecuadamente números.
- Fracaso en la comprensión de los conceptos
básicos de las operaciones aritméticas específicas.
- Dificultad para aprender satisfactoriamente las tablas de
multiplicar.
Es muy importante señalar que en ningún momento se
menciona el tener malos trazos o "fea letra", es decir, esta no constituye un
trastorno del aprendizaje, y sin embargo no es nada raro que sea motivo de presión hacia
los niños por parte de los maestros y padres, llegando algunas veces a ser motivo para
"bajarles" calificación e incluso enviarles a valoración neurológica.
Si su hijo presenta cualquiera de estas alteraciones o es
sospechado deberá ser evaluado por un equipo que incluya principalmente al psiquiatra de
niños y adolescentes, al pediatra, al psicólogo infantil y al terapeuta de aprendizaje,
ya que deberán descartarse además otras causas de bajo rendimiento escolar.
* Psiquiatra de Niños y Adolescentes Jefe de Servicio de Medicina del Adolescente HIM
Si quiere consultar a algún pediatra del cuerpo médico del
Hospital Infantil de México llame al 5 228 9917 ext 1241, donde recibirá respuesta a sus
dudas.
Fecha de actualización : 13/07/10