Es importante saber diferenciar que cuando la actividad masturbatoria es muy intensa,
cargada de exhibicionismo o de voyerismo (curiosidad desmedida por el cuerpo de los otros)
que limita otras actividades de juego, sociabilización, etcétera, no es una actividad
normal que acompañe al desarrollo, sino un síntoma de involución en la personalidad del
niño con un monto de ansiedad importante que requiere quizá de orientación
psicológica.
¿Por qué aparece la masturbación anormal?
Cuando la masturbación es anormal puede tener varios orígenes, que va desde las
infecciones de vías urinarias y genitales, que al producir irritación inducen al niño a
frotarse repetitivamente, hasta la sobre estimulación sexual por presenciar (ver o
escuchar) relaciones íntimas entre adultos o bien como manifestación en niños víctimas
de abuso sexual.
¿Qué hacer?
1.- No reprimir o amenazar al niño, sino favorecer actividades tanto deportivas como de
convivencia con otros niños y mejorar la calidad de tiempo que se pasa con ellos. En
condiciones normales, estos pequeños ajustes liberan al niño de la necesidad de
masturbarse.
2.- Si con lo anterior no mejora la conducta, se debe descartar algún proceso
infeccioso que pueda originar el problema, para lo cual debe consultar a su pediatra. No
será ningún procedimiento molesto ni intrusivo para su hijo.