Jugar y crecer


Dr.Sergio Muñoz Fernández


Es indudable que una de las actividades fundamentales del ser humano es el jugar, podríamos decir que casi toda la vida jugamos, aún en nuestro trabajo y actividades cotidianas se encierra el arte de jugar, quien no juega es quizá porque su vitalidad está disminuida y muy probablemente ha perdido su creatividad.
A través de múltiples estudios y observaciones sabemos que el juego y los juguetes están relacionados directamente con el desarrollo y el crecimiento del niño y con muchas de sus expresiones emocionales. Así, en los primeros meses de vida los juguetes tradicionales son la sonaja y los móviles de una gran profusión de colores que le van a permitir al niño desarrollar su percepción visual, auditiva y del tacto, así como ejercitar sus movimientos.
De los 2 a los 5 años los niños se divierten con juegos sencillos que les permitan empujar, jalar o tirar, como pelotas, carritos, etc., y que les va a ayudar a desplegar el poder y la suficiencia que han adquirido; es en esta edad también en donde se puede privilegiar algún juguete en especial para mitigar la angustia que le produce el separarse progresivamente de la madre. En estas primeras etapas del desarrollo no hay reglas en el juego ni equipos formales sino más bien es un juego muy libre.
De los 6 a 7 años hasta más o menos los 12 años el juego es más bien de reglas, por lo que los juegos van siendo más organizados y más de grupo, los juegos y los juguetes se comparten a diferencia de los primeros años en que los niños no lo hacen.
En la adolescencia los juegos más comunes están dirigidos hacia el deporte y hacia los juegos de mesa que impliquen echar a andar la inteligencia y la abstracción.
No podemos dejar de lado los cambios que se han dado en la actualidad y la gama de juguetes que existen, muchos de ellos de corte bélico y ocupando un lugar de privilegio, los juegos de video (game boy, super nintendo, sega, nintendo 64, play station, etc.) que han venido a desplazar en buena medida a los juguetes que en otras épocas fueron tradicionales como las canicas, el trompo, el balero, el yoyo, etc., y que además dichos juguetes han desatado una gran controversia que los últimos años han sido motivo de múltiples estudios. Hay investigadores que afirman que los niños están en una posición muy pasiva y que además el gran contenido de violencia que tienen algunos casetes de estos juegos van a provocar una mayor agresividad en los niños.
Otros autores argumentan en sus estudios que este tipo de juegos favorece las habilidades perceptuales y que el niño no está en una posición pasiva y que además han encontrado que no se favorece más la violencia, ya que están más bien concentrados en la competencia y en el deseo de ganarle a la máquina y no en encontrar formas de cómo agredir.
Ahora bien, en medio de estas controversias, cuáles son los puntos más importantes a considerar; como mencioné el juego es un arte, una fuente de placer y una forma de manejar ciertas emociones, lamentablemente mucha gente ha perdido esta capacidad lúdica, inmersa en problemas económicos, en conflictos emocionales, serios de pareja que conllevan en un buen número de casos a violencia intrafamiliar, a pérdida de límites y estructura y consecuentemente a una dificultad para poder supervisar las actividades y los juegos de sus hijos.
En ocasiones a estos padres les puede resultar más fácil enviar a sus hijos a "jugar" video juegos o bien a ver la televisión sin importar la hora que sea y sin importar los programas que se puedan estar proyectando. Esta mezcla de agresividad intrafamiliar y de agresividad que existe en varios programas televisivos se van convirtiendo en el niño en un detonante para presentar posibles desórdenes en su conducta, pérdida de interés en la escuela, por el juego y por los juguetes tradicionales, así como desviaciones en su crecimiento y desarrollo.
Como podemos ver, uno de los aspectos fundamentales en nuestra vida es la integridad familiar ya que a través de ella se mantienen los límites, la estructura y por consiguiente la creatividad. Afortunadamente aún cuando ha habido un incremento de problemas en ciertos núcleos familiares hay muchas familias todavía que conservan su creatividad y el deseo de hacer actividades conjuntas con sus hijos y es grato poder observarlas en parques y lugares de recreación con los antiguos juguetes tradicionales como son la bicicleta, el triciclo, los patines, la patineta y las pelotas.
Aún cuando existen juguetes que pueden ser considerado como "nocivos" para los niños por promover la violencia en los que se incluyen los juegos de video, no cabe duda que lo más importante es la supervisión que los hijos puedan tener de sus padres y la orientación que se les pueda dar y de esta forma se darán sentidos diferentes a la gran cantidad de juegos existentes. He podido constatar a lo largo de varios años de ejercicio profesional que muchos niños, aún cuando se sienten atraídos por video juegos, si les ofrecemos otro tipo de actividades y sobretodo al aire libre son preferidas por éstos y las disfrutan ampliamente.
Finalmente para concluir, quiero puntualizar que los problemas principales anteriormente mencionados no podemos atribuírselos exclusivamente a los juguetes que se fabrican y se promueven en la actualidad, sino que tenemos que pensarlo desde una perspectiva multicasual haciendo hincapié en las estructuras básicas familiares y en la supervisión constante del desarrollo de nuestros hijos.

Dr. Sergio Muñoz Fernández es Jefe del departamento de psiquiatría y medicina del adolescente
Si quiere consultar a algún pediatra del cuerpo médico del hospital infantil de México llame al 228 99 17 ext. 1241, donde recibirá respuesta a sus dudas.




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