¿Cómo y cuánto debe dormir
mi hijo?
Dr. Pedro F. Valencia Mayoral y Lic. Fabiola Cano Amador*
- El sistema nervioso central tiene un alto nivel de complejidad y se
encarga de regular todas las funciones del organismo, nunca descansa y
constantemente recibe y envía señales tanto del interior
como del exterior de nuestro cuerpo. Entre sus múltiples actividades
está la de controlar los ciclos de vigilia y sueño.
- Dormir es una necesidad biológica
esencial de los mamíferos y particularmente de los seres humanos
que se lleva a cabo mediante un proceso activo; alrededor de la tercera
parte de nuestras vidas permanecemos dormidos. Gracias al descanso se recupera
la energía que perdemos con las distintas actividades que realiza
el cuerpo; así, durante el sueño, se reponen diversas hormonas,
se favorece la producción de anticuerpos, se produce la hormona
del crecimiento, que además de regular el crecimiento armónico
de los niños, influye en la cicatrización y reparación
de tejidos y en la función de algunos órganos.
- Además, el sueño ayuda a que el sistema nervioso central
madure en los niños pequeños y posteriormente nuestro cerebro
recibe "mantenimiento" al poner en reposo algunos circuitos mientras
se prueban otros, se activan y desactivan diversas zonas del cerebro o
alteran sus funciones; por todo lo anterior dormir
es una función vital.
- El cansancio, producto de la actividad que desarrollamos y la disminución
en la cantidad de luz, desencadena una serie de mecanismos que producen
sueño; por lo que estaremos menos alerta, disminuye nuestra actividad
física y la temperatura de nuestro cuerpo va a descender levemente.
- El sueño tiene cinco etapas que van del sueño ligero
hasta el sueño profundo (cuarta etapa) en donde suceden cambios
tales como relajación muscular, descenso en la presión arterial,
la respiración, la temperatura y los latidos del corazón;
durante la quinta etapa llamada de movimientos oculares rápidos
(MOR) es cuando soñamos.
- La cantidad de horas de descanso es una cuestión de carácter
individual que depende de la edad, actividad, costumbres, estado de salud
y el ambiente en que vivimos, por ello es que cada uno de nosotros tiene
su propio ciclo circadiano o "reloj interno" que regula nuestros
periodos de vigilia y sueño. Los niños recién nacidos,
requieren de 16 a 20 horas de sueño diario, en el tercer mes necesitan
menos horas; en la etapa preescolar de 10 a 12 horas de descanso y los
adolescentes de 8 a 10. Estos últimos comúnmente se acuestan
más tarde que los niños y van acumulando "sueño
atrasado", por lo que no es raro que aprovechen los fines de semana
o las vacaciones para levantarse tarde.
- Además de la cantidad de descanso es fundamental la calidad
del mismo y en esto es primordial el ambiente donde se duerme: La cama
debe de ser cómoda y estar en un lugar aislado, ventilado y libre
de distractores como la televisión; es también menester que
la almohada se adapte a la cabeza y cuello, utilizar ropa cómoda,
cenar ligeramente y procurar que los niños se acuesten diariamente
a la misma hora.
- Si no se cuenta con la cantidad y calidad de descanso necesario, se
pueden producir algunos trastornos del sueño, aunque estos desórdenes
pueden ser manifestaciones de otras alteraciones: El insomnio es frecuente,
generalmente pasajero y debido a la ansiedad o las enfermedades; no es
recomendable utilizar somníferos. El Síndrome de Apnea consiste
en la respiración inadecuada mientras se duerme; los ronquidos,
en cualquier posición, es una de las manifestaciones iniciales de
este padecimiento, en los casos graves el sueño se puede interrumpir
cientos de veces, lo que provoca cansancio e irritabilidad. Otra forma
de apnea durante el sueño, lo constituye un proceso mortal que se
observa durante el primer año de vida que es la muerte de cuna o
síndrome de muerte infantil inesperada; ésta se observa con
mayor frecuencia en niños que duermen boca abajo, por lo que esta
posición está prohibida para los niños pequeños,
especialmente si su peso es menor a lo esperado o son prematuros; también
durante este periodo está proscrito el uso de almohadas por lo que
es preferible, en su caso, inclinar la cuna.
- Otros trastornos del sueño son la narcolepsia, sonambulismo,
terrores nocturnos y la enuresis (orinarse en la cama) pueden representar
desde variantes "normales" del desarrollo, hasta verdaderos trastornos
que deberán de ser atendidos por los especialistas.
* Subdirector y asistente de Servicios auxiliares de Diagnóstico.
Si quiere consultar a algún pediatra del cuerpo médico del
Hospital Infantil de México llame al 588 9791, dónde recibirá
respuesta a sus dudas.
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