Las últimas novedades en el campo de la pediatría, en un lenguaje accesible para los padres.
Labios cerrados, negativas reiteradas, rechazo del biberón… Las madres que ignoran los signos de saciedad de sus bebés tienden a sobrealimentarlos, lo que aumenta el riesgo de sobrepeso en sus pequeños. Al menos esto es lo que sugieren las conclusiones de una reciente investigación.
Los datos de este trabajo, publicado en la revista 'Journal of Nutrition Education and Behavior', remarcan que los hábitos de alimentación tienen un importante rol a la hora de promover una excesiva ganancia de peso en los más pequeños.
Preocupados por el incremento de jóvenes con sobrepeso registrado en las últimas décadas, los autores de este trabajo decidieron analizar si las pautas de alimentación en la infancia más temprana influían de alguna manera en el problema.
Para ello, este equipo de investigadores de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey, EEUU) realizó un seguimiento durante un año a 96 madres de raza negra o hispana y provenientes de áreas de bajos recursos que alimentaban a sus bebés exclusivamente con lactancia artificial. Se realizaron visitas al hogar de cada participante a los tres, seis y 12 meses de haber iniciado la investigación. Además de una entrevista con la madre para evaluar sus pautas de alimentación, se realizó una comprobación visual de los hábitos y se midió el peso y la talla de los bebés, entre otras medidas.
Además, también se tuvieron en cuenta otros factores que, a lo largo de la crianza del niño, pudieran influir en su peso, como el índice de masa corporal de la madre antes y durante el embarazo, la cantidad de veces que comía el pequeño a lo largo del día, o el mes en que se introducía en la dieta otro tipo de comida distinta a la leche.
Tendencia a sobrealimentar
Según los datos obtenidos por los investigadores, ninguna de las medidas estudiadas predisponía a una mayor ganancia de peso en los bebés hasta los seis meses. Sin embargo, varios factores sí resultaron determinantes sobre el peso del bebé si se llevaban a cabo entre los seis y los 12 meses.
La capacidad de la madre para detectar la saciedad de su hijo cuando comía fue el factor más destacado. Así, las participantes que ignoraban los signos de hartazgo de su bebé tendían a sobrealimentarlos, lo que incrementaba su riesgo de sobrepeso.
Del mismo modo, la cantidad de veces que alimentaban al pequeño a lo largo del día también se asociaba con mayor riesgo de ganancia rápida de peso en la citada franja de edad.
"Una alimentación más frecuente, especialmente con lactancia artificial, es un fácil culpable sobre el que cargar la culpa. Pero, la sensibilidad maternal sobre el estado de saciedad del niño [...] sugiere que una predisposición a no frenar el ritmo de ingesta y a terminar [el biberón] cuando el niño muestra signos de saciedad podría estar anulando la capacidad del niño de autorregular su consumo", comentan los investigadores en su trabajo.
"La sobrealimentación es más probable cuando los niños sólo toman biberón, ya que la actitud de la madre puede deberse más al signo visual de un recipiente sin terminar que a las señales de saciedad de su hijo", añaden.
En el artículo, estos autores recomiendan que nutricionistas especializados ayuden a las madres, especialmente a las que viven en entornos menos favorecidos, a reconocer los signos de hartazgo y a responder a estas señales.
"Este esfuerzo no frenará la crisis de obesidad infantil, pero podría ser un primer paso para reducir la prevalencia de sobrepeso que hoy en día ya es palpable en los jóvenes estadounidenses", concluyen los investigadores, quienes reclaman estudios más amplios sobre el tema.
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La mejor forma de cocinar los vegetales para mantener sus poderes antioxidantes depende del tipo de verdura de la que se trate, indicó una investigación realizada en España.
Cocer los vegetales en el horno a microondas o a la plancha suele ser lo mejor, mientras que hervir y colocar en ollas a presión serían las peores alternativas, aunque existen excepciones a esta regla, señaló el equipo del doctor A. M. Jiménez-Monreal, de la Universidad de Murcia.
"Los resultados de este estudio sirven como base de datos de los efectos de distintos métodos de cocción sobre el potencial antioxidante de los vegetales y alentarían a la industria alimenticia a recomendar sistemas específicos para ayudar a mantener las propiedades antioxidantes de los vegetales que comemos", sugirieron los autores.
Los hallazgos fueron publicados en Journal of Food Science.
EL equipo observó cómo se veía afectada la capacidad de 20 vegetales distintos de neutralizar tres tipos de radicales libres según si se los hervía, cocinaba en olla a presión, horneaba, colocaba en microondas, a la plancha o se los freía.
Los efectos variaron ampliamente entre los distintos métodos, revelaron los investigadores. Sólo un vegetal, el alcaucil, mantuvo todo su poder antioxidante más allá de la forma en que se lo cocinaba.
Algunos vegetales tenían mayor capacidad antioxidante después de ser cocidos de cierta manera, por ejemplo los espárragos luego de ser hervidos y las berenjenas tras ser freídas.
La mayoría de los métodos de cocción conservaban la capacidad antioxidante de las chauchas, la remolacha y el ajo. En tanto, todos los métodos excepto el hervor aumentaban la actividad antioxidante del apio.
En general, la cocción en horno a microondas o a la plancha fue lo mejor a la hora de preservar la capacidad antioxidante de los vegetales, hallaron Jiménez-Monreal y sus colegas.
El maíz fue la excepción, ya que perdió alrededor de un 35 por ciento de su capacidad de contrarrestar a los radicales libres tras ser cocinado en horno a microondas.
Hervir y cocer en ollas a presión generalmente provocó la mayor pérdida de poder antioxidante de los vegetales. Freír se mostró un poco mejor que esos dos métodos y pareció tener peor efecto que el microondas o la plancha.
"En breve, el agua no es la mejor amiga de la cocina cuando se trata de preparar vegetales", indicaron los investigadores.
El equipo concluyó que se requiere la realización de más estudios para ver cómo los diferentes métodos de cocción influyen en la actividad antioxidante de los vegetales luego de su consumo.
Etiquetas: INVESTIGACIÓN, NUTRICIÓN INFANTIL
Los invitamos a visitar la página de la Asociación para la Promoción y el Consumo de Frutas y Hortalizas 5 al día.
5 al día es una ASOCIACIÓN sin ánimo de lucro cuyo fin consiste en fomentar el consumo diario de FRUTAS Y HORTALIZAS FRESCAS. ¿Por qué 5 al día? Su nombre se basa en la ración mínima de consumo diario de FRUTAS Y HORTALIZAS FRESCAS recomendada por la comunidad científica y médica en una dieta saludable.
Su estrategia es la difusión del mensaje: "Frutas y Hortalizas: 5 al día! Bueno para la salud".
Sus Objetivos son:
Etiquetas: ALIMENTACIÓN INFANTIL, NUTRICIÓN INFANTIL, OBESIDAD INFANTIL
El Poder del Consumidor demostró que Bimbo engaña a los consumidores mexicanos pero respeta a los de Estados Unidos. La muestra está en el caso del pan Oroweat. En México, este pan de Bimbo está hecho con harina refinada, lo cual no corresponde con lo que indica su empaque: “Pan de harina integral” - “100% integral”. En contraste, en Estados Unidos la misma marca y presentación corresponde a un producto cuyo principal ingrediente sí es harina integral de trigo.
“Con esta práctica Bimbo está engañando a los consumidores mexicanos, violando su derecho a la información, violando la norma oficial mexicana que define harina integral (NOM 147), engañándonos con un producto que no contiene como principal ingrediente harina integral. Nos convierte en consumidores de segunda, violando nuestro derecho a la información y a no ser engañados en el etiquetado. Hecho que no ocurre con los consumidores estadounidenses”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor (EPC). Otros países no han tolerado este comportamiento. Hace unos días, la autoridad peruana sancionó a Bimbo por comercializar falsos panes integrales elaborados con harina refinada. > leer Las etiquetas. Al cotejar la lista de ingredientes de Oroweat se observa que en México el principal ingrediente es “harina de trigo adicionada”, seguida de las vitaminas y minerales que por ley deben añadirse a la harina refinada debido a su bajo valor nutricional. En Estados Unidos, el primer y principal ingrediente es “Whole wheat flour” (harina integral de trigo), además de contar con un sello de certificación del Whole Grain Council (Consejo de granos enteros) el cual confirma que contiene 100% granos enteros y 21 gramos o más por rebanada. Consecuencias. Las implicaciones de este engaño son numerosas:
1. El consumidor no tiene opciones de un verdadero pan integral ya que Bimbo controla más del 95% del espacio de los anaqueles para pan.
2. Las pequeñas empresas que elaboran un verdadero pan integral se enfrentan a una competencia desleal por parte de Bimbo con un falso pan integral más barato y con mayor vida en el anaquel.
3. A las personas que sufren sobrepeso y obesidad (70% de los adultos), diabetes (4 millones de mexicanos) y ciertas enfermedades del corazón, se les recomienda reducir el consumo de harinas refinadas. Con esa intención, muchos de ellos, durante años, han comprado el falso pan integral Bimbo.
4. Otros consumidores buscan productos con harina integral porque saben que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades del corazón de 25 a 36%, la diabetes tipo II hasta en 27% y cánceres del sistema digestivo entre 21 y 43%.
Por ello, EPC continúa demandando a la Profeco que actúe, como ya lo han hecho las autoridades peruanas.
Etiquetas: ALIMENTACIÓN INFANTIL, NUTRICIÓN INFANTIL
Un estudio transversal de seguimiento publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine en diciembre muestra que los pediatras promueven menos la lactancia materna.
La Dra. Lori B. Feldman-Winter de la University of Medicine and Dentistry of New Jersey-Robert Wood Johnson Medical School de Camden (Estados Unidos) y sus colaboradores afirman que “esperábamos encontrar una actitud muy favorable en los pediatras gracias al elevado número de programas dedicados a la lactancia materna en la última década y al aumento de la tasa global de lactancia materna en Estados Unidos”. “Este estudio analiza los cambios en las opiniones y consejos de los pediatras relacionados con la lactancia materna, las recomendaciones sobre la lactancia materna y el control subjetivo de esta”. “Además, evaluamos la influencia de la experiencia personal con la lactancia materna en las opiniones y analizamos el control de la lactancia materna”.
El objetivo de esta encuesta periódica a los especialistas realizada por la AAP (American Academy of Pediatrics) era determinar el conocimiento, las actitudes y la experiencia de los pediatras respecto a la lactancia materna y comparar los resultados con los de la encuesta de 1995.
Desde el 1 de noviembre de 2003 hasta el 21 de mayo de 2004, 875 pediatras miembros de la AAP cumplimentaron la encuesta de seguimiento.
La encuesta de 2004 mostraba que en comparación con los resultados de la encuesta de 1995 los pediatras tienden menos a creer que los beneficios de la lactancia materna superan las dificultades y los inconvenientes (oportunidad relativa [OR] ajustada: 0,6; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,47-0,76) y que el porcentaje de pediatras que piensa que casi todas las madres son capaces de realizar una lactancia materna adecuada es más bajo. En 2004 había más pediatras con motivos para recomendar en contra de la lactancia materna.
No obstante, en 2004 había más pediatras que recomendaban la lactancia materna exclusiva (OR ajustada: 1,55; IC 95%: 1,23-1,94) y el cumplimiento de las recomendaciones hospitalarias de apoyo. En comparación con la encuesta de 1995, la encuesta de 2005 mostró que las personas con experiencia personal de lactancia materna que respondieron a la encuesta tenía 2,3 veces más probabilidad de aconsejar las recomendaciones de apoyo (OR ajustada: 2,3; IC 95%: 1,74-3,08) y que las que carecían de experiencia personal de lactancia materna tenían también una probabilidad ligeramente mayor de aconsejar estas recomendaciones (OR ajustada: 1,49; IC 95%: 1,09-2,03).
Los autores del estudio explican que “la actitud y el compromiso de los pediatras ha empeorado a pesar de que están mejor preparados para apoyar la lactancia materna”. “Entre las personas encuestadas la experiencia personal mejora la actitud y aumenta la promoción del uso de la lactancia materna”.
Las limitaciones de esta comparación de encuestas son un porcentaje de respuesta bastante más bajo en 2004 que en 1995, la ausencia de información sobre el modo en que los pediatras apoyan la lactancia materna en la práctica más allá de lo registrado en esta encuesta y que muchos de los pediatras encuestados pueden tener un contacto limitado con las familias y las madres que emplean la lactancia materna.
Los autores del estudio concluyen que “este estudio reafirma la necesidad de mantener el esfuerzo para mejorar el conocimiento, la capacidad y sobre todo la actitud de los pediatras para promover y apoyar la lactancia materna, y aporta indicios firmes de que es necesario diseñar nuevas estrategias”.
“La probabilidad de que los pediatras apoyen y promuevan de modo efectivo la lactancia materna aumenta si están inmersos en una cultura en la que la lactancia materna es la norma y se ven influidos en los primeros años de su formación por conocimiento, capacidad y apoyo personal.
Creemos que un esfuerzo de formación continuo por parte de las organizaciones que apoyan y promueven la lactancia materna mejorará la actitud y disposición de los pediatras en el futuro”.
Publicado en la Revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine
Etiquetas: ALIMENTACIÓN INFANTIL, LACTANCIA, NUTRICIÓN INFANTIL, PEDIATRIA PREVENTIVA
Un estudio publicado por The Journal of Nutrition advierte que los mexicanos han incrementado su consumo diario de calorías a través de las bebidas, al grado que ya rebasan a los estadounidenses.
El estudio titulado “El consumo de energía a través de las bebidas está aumentando entre adolescentes y adultos mexicanos”, realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública, El Colegio de México y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte, advierte:
“El porcentaje del total del consumo energético diario proveniente de las bebidas en los adolescentes y adultos mexicanos (22.5%) fue mayor que aquel realizado en una investigación nacional representativa de la población de los EUA (21%)”. En contraste, en México, la energía proveniente de los alimentos se mantuvo constante entre 1999 y 2006, según la Encuesta Nacional de Nutrición de 1999 y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006.
El aumento en el consumo de bebidas azucaradas coincide con un ascenso grave en los índices de sobrepeso y obesidad en México, el mayor incremento que se ha registrado a escala mundial. El Instituto Nacional de Salud Pública y el Instituto Nacional de la Nutrición han demostrado que el consumo de refrescos aumentó 40% en sólo 14 años (1988-2002).
“Estas evidencias fortalecen las ‘Recomendaciones sobre el Consumo de Bebidas para una Vida Saludable’ de la Secretaría de Salud, que recomiendan dejar de beber refrescos. Es urgente impulsar regulaciones efectivas para combatir lo que es hoy el mayor problema de salud pública del país: la epidemia de obesidad y sus consecuencias en salud”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor. Y añadió: “Se debe prohibir la venta de bebidas con alto contenido energético en las escuelas y volver obligatoria la instalación de bebederos de agua potable. De manera paralela, prohibir la publicidad de este tipo de bebidas en los horarios infantiles de TV”.
Para ello es indispensable la colaboración de la Secretaría de Educación Pública y las empresas, ya que la titular de la SEP, Josefina Vázquez Mota, promueve la presencia en las escuelas de las empresas Coca Cola y Pepsico; mientras Conméxico, organismo que agrupa a las empresas procesadoras de alimentos, como Coca Cola, Pepsico y Bimbo, ha realizado un intenso y multimillonario cabildeo en el Congreso Federal para impedir que prospere alguna de las 20 iniciativas que se han presentado en los últimos tres años para regular la comida chatarra (en escuelas, publicidad, etiquetado).
Publicado en The Journal of Nutrition
Etiquetas: NUTRICIÓN INFANTIL, OBESIDAD INFANTIL
Comer mucha cantidad de productos lácteos, carne y otros alimentos ricos en proteína durante la niñez fortalece y mejora la salud de los huesos en la adolescencia, indicó un estudio.
Varones y mujeres adolescentes que habían comido por lo menos dos porciones de lácteos por día durante la niñez tenían huesos más densos en la adolescencia que los que habían comido menos porciones, halló el equipo dirigido por la doctora Lynn L. Moore, de la Escuela de Medicina de la Boston University.
Según el artículo publicado en Journal of Pediatrics, consumir cuatro o más porciones de carne u otra fuente de proteína también potenció la densidad ósea.
El equipo señaló que los estudios sobre los efectos de los lácteos o de los suplementos de calcio en la salud ósea dieron resultados contradictorios.
Dado que la mayoría de esas investigaciones duró relativamente poco tiempo (uno o dos años), los autores opinan que la "mejor evidencia disponible" sobre los beneficios de los lácteos a largo plazo derivará del seguimiento de la alimentación de los niños durante años.
El equipo analizó datos de 106 niños que participaron en el estudio de Framingham y a los que se controló desde 1987, cuando tenían entre 3 y 5 años, hasta 1999.
Durante el estudio, se obtuvieron varios registros alimentarios de tres días y a los participantes se les hizo un estudio óseo cuando tenían entre 15 y 17 años.
Los participantes que habían consumido dos o más porciones de lácteos por día en su niñez tenían un contenido mineral óseo, un área ósea y una densidad mineral ósea mayor que los que menos comían.
Los que habían comido cuatro o más porciones de carne u otra fuente de proteína también tenía huesos más densos.
Los lácteos y las proteínas tuvieron un efecto aditivo: los niños que más consumían esos alimentos tenían huesos más densos y largos que los que menos consumían.
Los beneficios se comprobaron en varias áreas del cuerpo a través de un aumento del contenido mineral óseo en los brazos, las piernas, el tronco, las costillas y la pelvis.
"El estudio confirma la importancia de una dieta rica en lácteos y otras fuentes de proteína para la masa ósea adolescente", concluyó el equipo.
Etiquetas: ALIMENTACIÓN INFANTIL, NUTRICIÓN INFANTIL, PEDIATRIA PREVENTIVA
La vitamina C es uno de los nutrientes más beneficiosos y necesarios. Es imprescindible en la alimentación de la mujer embarazada y en la de su hijo, porque además de reforzar las defensas, influye positivamente en la regeneración de los tejidos.
La vitamina C, como el resto de las vitaminas, son fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo. Existen dos grandes grupo de vitaminas: las liposolubles, como la A, la D,la K y la E, y las hidrosolubles, como la vitamina C. Esta es un antioxidante hidrosoluble que tiene un alto poder reductor, no es sintetizada en el organismo y por eso hay que aportarla desde el exterior.
Tiene la capacidad de evitar enfermedades, como el escorbuto; también está relacionada con procesos como el resfriado. En determinados tipos de cáncer y situaciones cardio-vasculares, como la arterioesclerosis, también tiene su incidencia, de modo que para disminuir la tendencia a desarrollar ciertos procesos tumorales se recomienda la vitamina C.
Los antioxidantes son muy importantes en el organismo, ya que la oxidación es el proceso de envejecimiento. Las fuentes de vitamina C son la fruta, como el kiwi, la guayaba, la fresa y las frambuesas; las verduras, sobre todo las de hoja verde. Está presente en la leche materna.
Las dosis necesarias de vitamina C varían según la edad. No importa tomar un exceso de vitamina C ya que se elimina por la orina, al contrario que otras vitaminas, como la A y la D, que no son eliminadas y su exceso puede ser perjudicial para el organismo.
La alimentación ideal para un bebe es la leche materna, ya que tiene la composición óptima para su buen desarrollo. Para que la leche materna tenga vitamina C, la mujer debe tener un aporte adecuado. Por eso las madres que dan el pecho a sus hijos deben tener una alimentación equilibrada y correcta.
Aunque lo mejor es que la madre dé el pecho a su hijo, a veces no puede ser y se puede utilizar la leche materna, que previamente se saca la madre, para hacer un biberón. La conservación de la leche debe hacerse en la nevera, a 4 grados y hasta 48 horas. Entre 0 y 4 grados la leche se conserva hasta 8 días y congelada puede durar hasta 6 meses.
Cuando se calienta la leche es cuando hay un pérdida de las vitaminas y proteínas. No es necesario calentar la leche, puede darse fría o temperatura ambiente.
El problema de la acumulación de aire a nivel del estomago del niño es algo que se puede disminuir con biberones especialmente diseñados.
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Un mayor consumo de pescado por parte de la madre así como periodos más largos de lactancia materna están relacionados con un mejor desarrollo cognitivo y físico en los niños, de acuerdo con un nuevo estudio.
El informe, que estudió a madres y bebés de Dinamarca, ofrece más evidencia de que los ácidos grasos omega-3 encontrados en el pescado y los compuestos de la leche materna ayudan al desarrollo del bebé.
"Estos resultados, junto con los hallazgos de otros estudios de mujeres de EE. UU. y del Reino Unido, ofrecen evidencia adicional de que el consumo moderado de pescado por parte de la madre durante el embarazo no afecta el desarrollo del niño y de que en realidad podría ser beneficioso", señaló la autora principal del estudio Emily Oken, profesora asistente de la Universidad de Harvard, en un comunicado de prensa de la universidad.
Investigadores del Grupo de nutrición materna del departamento de epidemiología del Statens Serum Institut en Copenhague, Dinamarca, también colaboraron en el estudio, que aparece en la edición de septiembre de la American Journal of Clinical Nutrition.
La investigación, que analizó a 25,446 niños nacidos de madres que participaron en un estudio danés entre 1997 y 2002, halló que los niños de las madres que consumieron la mayor cantidad de pescado durante el embarazo (cerca de 2 onzas al día en promedio) eran más propensos a tener mejores destrezas motoras y cognitivas. En tanto que los niños de las madres que consumieron la menor cantidad de pescado obtuvieron las puntuaciones de desarrollo más bajas a los 18 meses de edad.
Los niños que fueron amamantados por periodos más largos también lograron mejores puntuaciones, sobre todo a los 18 meses. La leche materna contiene ácidos graso omega-3. El beneficio de consumir pescado era similar entre los bebés alimentados con leche materna por duraciones más largas o cortas.
Se recomienda a las mujeres de EE. UU. que limiten el consumo de pescado a dos raciones por semana porque algunos pescados contienen rastros de mercurio, una toxina conocida. La mayoría de las mujeres del estudio, sin embargo, consumieron bacalao, platija, arenque y macarela, pescados que suelen tener bajos niveles de mercurio.
"En un trabajo anterior en una población de EE. UU., encontramos resultados similares de que un mayor consumo de pescado prenatal estaba asociado con un beneficio total para el desarrollo cognitivo, pero los niveles elevados de mercurio atenuaron este beneficio", apuntó Oken. "Por tanto, las mujeres deberían seguir comiendo pescado, sobre todo durante el embarazo, pero deben elegir los pescados que tengan menores niveles de mercurio".
Publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition
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Las hamburguesas son, hoy en día, el alimento que identifica y caracteriza a las “comidas rápidas” o “comidas chatarra”. Sin embargo, teniendo en cuenta ciertas consideraciones, pueden convertirse en una buena opción para ofrecerles a los niños o a cualquier otro integrante de la familia.
El primer consejo es que sean elaboradas en casa. De esta manera, uno puede conocer los ingredientes que la integran, de qué calidad son y en qué cantidad se encuentran. Para su elaboración, se puede optar por los distintos tipos de carne: de vaca, de pollo o de pescado.
La recomendación es siempre utilizar cortes magros y picarlos; o comprar directamente carne ya picada pero especial, con poca grasa.
El huevo, que se encuentra entre sus ingredientes y que se utiliza como elemento de unión, puede usarse entero, o utilizar únicamente la clara sobre todo en el caso de aquellas personas que por problemas de salud necesiten reducir la cantidad de colesterol que ingieren en su alimentación.
Las hamburguesas, al igual que otro tipo de preparaciones en cuya elaboración se mezclan ingredientes, constituyen una buena oportunidad para incorporar vegetales en la alimentación. Por ejemplo: zanahoria, acelga, cebolla, ají, cebolla de verdeo, berenjenas, etc. Estos alimentos pueden triturarse y mezclarse con los otros ingredientes y de esta manera quedan “ocultos”. En este caso, las hamburguesas son una buena opción para ofrecerles a los niños ya que ellos suelen aceptar este plato sin problemas y en definitiva, están comiendo los vegetales que en ellas se encuentran.
Al momento de cocinarlas, ya sea a la plancha, a la parrilla o al horno, se debe asegurar su cocción completa, verificando que en su interior no haya partes rosadas o que al cortarlas no salga jugo rojo.
Cuando llegue la hora de consumirlas se pueden servir “al plato”, junto con puré de hortalizas (como papa, batata, zanahoria, zapallo, calabaza, etc.) o con ensaladas de vegetales variados en color.
También pueden consumirse en sándwich, pero siempre es bueno también agregar tomate, lechuga o algún otro vegetal para enriquecer la comida con más vitaminas y minerales y aumentar la ingesta de fibra. Otra forma de incrementar la fibra es optando por panes de salvado o aquellos que vienen con semillas.
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La insuficiencia de la legislación nacional y el doble estándar de la industria contribuye al aumento más rápido en el mundo de niños con sobrepeso
Una nueva investigación de CI titulada Junk Food Trap, pone de manifiesto cómo las principales marcas internacionales de comida rápida, como Coca-Cola, Kellogg′s, KFC, McDonald′s, PepsiCo y Nestlé, están utilizando una gama de técnicas publicitarias para influir en las preferencias alimentarias de consumidores preadolescentes y adolescentes.
Desde promociones muy sofisticadas de Internet, al recurso directo del uso de personajes famosos y dibujos animados, la investigación muestra cómo estas empresas crean intrincadas asociaciones de las marcas con juegos para los niños. CI sostiene que esta forma de comercialización de alimentos insanos es la captura de los niños por una dieta de alimentos con alto contenido en grasa, azúcar y sal. Se trata de un importante factor que contribuye al aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad infantil en la región.
Sólo en el sudeste de Asia, se espera que entre 2005 y 2010 el porcentaje de niños con diagnóstico de sobrepeso aumente en un 27,5%*. Se trata del porcentaje que aumenta más rápidamente que en cualquier otra parte del mundo.
Los datos más chocantes
La escala y el alcance de la comercialización de la comida chatarra son asombrosos. En Malasia, por ejemplo, KFC′s Club Chicky (un instrumento de promoción para la cadena de comida rápida del menú infantil) es ahora el club de niños más grande en el país con 58 mil miembros.
Igualmente chocante son los niveles poco saludables de los ingredientes presentes en populares productos comercializados por una marca en la región. Por ejemplo, el estudio encontró en Kellogg′s Frostie hasta 41g de azúcar por cada 100g del producto (15g se considera de alto **), y un Nestle Milo′s Bar Energía que contiene más de 25 gramos de grasa saturada por 100g del producto (5g es ** considerado alto).
Regulaciones débiles
El informe Junk Food Trap pone de manifiesto que la respuesta de los gobiernos y las empresas de la región está muy por debajo de lo que se necesita, incluyendo una completa ausencia de controles sobre información nutricional en la India y la no existencia de leyes en Nepal.
Consumers International sostiene que las empresas se están aprovechando de las malas regulaciones nacionales para promover alimentos poco saludables de una manera en la que en los países desarrollados se han comprometido a poner fin. Es por ello que el movimiento global de consumidores pide un código internacional para restringir la comercialización de alimentos poco saludables para los niños.
Indrani Thuraisingham, Coordinadora de la oficina de Consumers International para Asia-Pacífico, dijo:
"El informe Junk Food Trap muestra cómo la comercialización de alimentos poco saludables hacia los niños por las mayores compañías productoras de alimentos y bebidas no alcohólicas en el mundo, está socavando los esfuerzos para combatir la obesidad. Esto ocurre porque las empresas están aprovechándose de una mala regulación a nivel nacional. Creemos que es hora de que los fabricantes rindan cuentas por sus acciones en las regiones en desarrollo, y es por eso que estamos pidiendo a los gobiernos de los países de Asia-Pacífico apoyar las recomendaciones de nuestro código internacional ".
-International Journal of Pediatric Obesity. 2006, 1: 11_/25 (2006) --UK Food Standards Agency, enero de 2007
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Ángel, de apenas 11 años, desayuna todos los días un sándwich, nunca fruta. En la escuela, ya para la hora del recreo, tiene un hambre atroz. Son las 10:30, la hora de comer sopes, papas fritas y galletas, sin menospreciar el lonche que le preparó su mamá, otro sándwich igual al de la mañana. Para las 12:30, Ángel habrá consumido la mitad de las calorías necesarias para todo un día. Aún le faltan más frituras y dulces que comprará a la salida de la escuela, la comida en casa, las botanas mientras mira la televisión o se entretiene con videojuegos por la tarde y el cereal con azúcar de la cena.
Niños como Ángel le dejan a las tienditas escolares 19,400 millones de pesos al año por la compra de productos altos en grasa, sodio o azúcar. Sin embargo, se trata de un segmento que las propias compañías de alimentos y bebidas no consideran significativo, pues tienen un mercado valuado en 672,000 millones de pesos, según Euromonitor.
Pero lo que el gobierno y los maestros decidan hacer en las escuelas podría ser una ola expansiva que cambie lo que las mamás compren a sus hijos.
Las escuelas se han convertido en el punto de ataque. La obesidad infantil fue la que más creció en los últimos años (subió 33% desde 1999, en menores de cinco a 11 años de edad). Hoy en día, una tercera parte de los niños y de los adolescentes tiene sobrepeso. Además, en las escuelas, donde pasan una tercera parte del día, se da el mayor consumo calórico. Ángel, con 25 kilos de más, podría desarrollar enfermedades que hace unas décadas eran propias de los adultos. Los niños obesos, con padecimientos de grandes, son una bomba de tiempo para el gobierno; el presupuesto ya está diluyéndose en el de por sí caro tratamiento de adultos con diabetes tipo dos, hipertensión o enfermedades cardiovasculares, todas ligadas a la gordura. No es la primera vez que los intereses del gobierno y de una industria se enfrentan en temas de salud. Pero el gobierno tuvo menos problemas para confrontar a la industria del tabaco, dada la evidencia mundial de los daños que causa. Atacar al osito Bimbo o a la chispa de Coca-Cola es como meterse con el Santa Claus de los niños.
En el Congreso se cocina una ley nacional de nutrición, pero la Secretaría de Salud (SS) ya lanzó su primer ataque frontal el 25 de febrero pasado, cuando presentó la ‘Jarrita’, una serie de recomendaciones sobre la ingesta de bebidas hechas por cuatro científicos mexicanos y otros de las universidades de Harvard y Carolina del Norte. De jugos, sólo medio vaso por día, estableció: y los refrescos, mejor evitarlos.
Un día después, el Senado aprobó la ley antitabaco y les robó los titulares. Aun sin reflectores, la ‘Jarrita’ desató una catarata de acciones y marcó un hito en las relaciones empresa-gobierno. El Consejo Mexicano de la Industria de los Productos de Consumo (ConMéxico), que agrupa a las 30 mayores fabricantes de alimentos y bebidas, como Coca-Cola, PepsiCo, Bimbo, Jumex y Unilever, encargó estudios a la Fundación Mexicana para la Salud, para hacer contrapeso a los argumentos del gobierno federal. Además, convocó a cinco de las organizaciones con mayor peso en el país para sumarse a su defensa. Desde entonces se reúne una vez a la semana, en una sala de juntas de avenida Palmas, en el DF, con los representantes de la Confederación de Cámaras Industriales, el Consejo Coordinador Empresarial, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación y el Consejo de la Comunicación.
Nunca antes tantas organizaciones de la industria habían cerrado filas. La intención es frenar la otra epidemia, la de las ‘estrategias antiobesidad’ de gobiernos y congresos. “Satanizar un producto es atacar sólo una parte del problema”, observa Rafael Fernández, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Coca-Cola de México.
ConMéxico contrató a Estrategia Política, el despacho de Gustavo Almaraz, el que unos años antes cabildeó en favor de los casinos en la Ley de Juegos y Sorteos. Cabilderos e integrantes de ConMéxico viajan, desde hace dos años, para frenar las iniciativas en los congresos federal y de los estados.
En 2005, Sonora fue la primera entidad en proponer una reforma a su Ley de Educación para prohibir la venta de los alimentos bajos en nutrientes y bebidas altas en azúcar en las escuelas. Baja California hizo esa modificación legal en noviembre de 2006. En total, 23 estados han emitido leyes o iniciativas en la materia.
La industria sigue la táctica de anticiparse con propuestas para detener proyectos como el de un legislador federal del Partido Verde, que en el último día de sesiones del último periodo ordinario propuso cuatro iniciativas para prohibir los alimentos altos en grasas. O contrarrestar a los directores de escuelas que están eliminando los dulces y refrescos para imponer algo más ‘saludable’.
Las empresas no son neófitas en esto. Nestlé, Kraft, Coca-Cola, PepsiCo, Unilever y cadenas como McDonald’s, Burger King y Pizza Hut han ganado peleas ante tribunales en otros países. En 2002, una demanda judicial de dos adolescentes contra McDonald’s inició una oleada de querellas contra las cadenas de comida rápida.
Hasta ahora, los pocos analistas que se animan a opinar sobre el tema no ven un impacto en las ventas del sector. “Hay un hecho y es que no pueden dejar de vender, Bimbo va a seguir vendiendo sus Chocorroles; quizá sí hay repercusión tanto en sus costos como en desarrollo de productos reformulados (con cambios en su contenido) y, posiblemente, enfoquen más su publicidad a las nuevas tendencias saludables”, estima Marco Reyes, analista de Ixe.
A la madre de Ángel le gustaría que en su escuela dejaran de vender ‘comida chatarra’, tanto la industrial como la que ofrecen las cooperativas escolares y los puestos callejeros en forma de pambazos, gorditas y churros. “Allí no puedo controlarlo”. La probabilidad de que Ángel siga siendo obeso en la edad adulta es de 50%, y antes de eso podría desarrollar hipertensión o diabetes. “Si no se detiene la obesidad en niños, la actual generación de padres puede ser la primera que entierre a sus hijos”, añade Agustín Lara, director de Programas en el Adulto y en el Anciano, el único funcionario de la SS que habló con Expansión. “La expectativa de vida que se había ganado en tres generaciones se está perdiendo”, advierte.
En casa tampoco hay mucho control. Ángel pasa tres horas al día frente al televisor o con sus videojuegos, y come verduras y frutas, con suerte, una vez a la semana.
Juego de niñosLa primera alarma la dio la Organización Mundial de la Salud (OMS), hace cinco años, cuando identificó la obesidad como enfermedad, y aconsejó regular el contenido de los alimentos. En México, la obesidad apareció como un tema a vigilar, apenas en 2006, cuando por primera vez los resultados de una Encuesta Nacional de Salud encendieron la alerta: 70% de la población total con problemas de peso; obesidad (40%) o sobrepeso (30%). Lo que despertó el pánico fue la rapidez con que se esparcía entre los menores. El dramatismo era mayor en Baja California Sur, Yucatán y DF donde era superior a 35% de la población infantil. Mauricio, un capitalino de ocho años, ya sabe algo de esto. Según su nutrióloga, que lo ve desde mayo, pesa 15 kilos de más. Un día antes de cada consulta se enrolla plásticos en el abdomen y procura comer menos de lo indicado en la dieta, que rompió el resto de la semana.
“Las empresas somos atacadas y señaladas como responsables, pero es un problema multifactorial”, opina Jorge Meyer, vicepresidente de Relaciones Corporativas de PepsiCo. Éste es el argumento favorito de la industria cuando es señalada como causante de este padecimiento. Si en algo coinciden académicos, doctores e industria es que la obesidad debe atacarse por varios flancos.
Pocas escuelas tienen patios amplios o espacios para correr y profesores de educación física suficientes. “Movemos los brazos, damos tres vueltas al patio y, al final, quien quiera juega al futbol”, describe Ángel. El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) concluyó, en un estudio al sur del DF, que los niños sólo tienen nueve minutos de actividad intensa o moderada, de un total de 40 que dura la clase. ”Eso una vez a la semana, en lugar de dos como marca la Secretaría de Educación, y lejos aún de los 150 minutos recomendados internacionalmente”, dice Juan Rivera Dommarco, director adjunto del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, del INSP. Algo que refuerza el problema es el vacío de modelos. “El profesor no juega al futbol con nosotros”, se queja Ángel. Algunos adultos tampoco dan el mejor ejemplo. Un estudio de Ipsos Health reveló que 73% de las personas con obesidad considera que tiene el peso correcto.
La paradoja es que en México conviven pobreza y obesidad –80% de los diabéticos y con hipertensión son de estratos económicos bajos, registra la SS. Algunos estudios señalan que la desnutrición aumenta la propensión a engordar. Quien fue desnutrido al inicio de su vida, se acostumbró a metabolizar menos nutrientes. Y al recibir alimentos con más regularidad, tiende a almacenar energía en forma de grasa.
Son justamente los mexicanos con menos ingresos quienes encuentran un aliado en estos alimentos de menor costo que los productos light o más nutritivos. Su gran densidad energética aminora la sensación de hambre. “Cuanto más bajo el poder de compra más alto el contenido de grasas, azúcares y aditivos”, indica un estudio del Centro de Ciencias de la Salud, de la Universidad de Guadalajara.
“Si no se reconoce (el problema), no puede ser tratado”, dice Agustín Lara, de la SS. Ya una vez México ignoró señales. La diabetes asociada a la obesidad tiene ya rasgos de pandemia: 10 millones de mexicanos, el triple que hace 25 años. Se omitió el análisis y la previsión; ya hace 20 años se advertían cambios en los hábitos alimenticios.
Uno de los productos que ha ganado más lugar en el estómago de los mexicanos es el refresco. Lo que preocupa a autoridades y académicos es que se toma como líquido vital: 160 litros anuales por habitante. “Es el país donde más se consume Coca-Cola en el mundo”, confirma Fernández. En medio de la crisis alimentaria, sus ventas crecieron 11% en el primer trimestre del año.
Por eso es que el estudio de la ‘Jarrita’ golpeó duro a esta industria, que vende 12,700 MDD al año, según estimados de Euromonitor. La función de las bebidas es hidratar el cuerpo, no nutrir; sin embargo, hoy en día 21% de las calorías que consumen los mexicanos las obtienen ahí.
La industria calificó el estudio como inconsistente. “No toma en cuenta el contexto en que se ingieren ni a los productos no industrializados, ¿por qué prejuzgar que es mejor un agua de limón con dos kilos de azúcar que un refresco?”, señala Jaime Zabludovsky, presidente de ConMéxico. “Es válido tomar un refresco cuando te apetezca, si sabes que te hidrata y proporciona un pequeño placer. Al parecer hay gente que cree que venimos a sufrir a este ‘valle de lágrimas’”, dice Fernández, vicepresidente de Coca-Cola en el país.
Gestión de crisisLos congresos de los estados decidieron no esperar a esa ley nacional que no llega, y tomar acciones. La andanada no ha parado. Este año, han sido propuestos cambios en las leyes en seis estados. “Existe el federalismo, incipiente, pero existe”, señala en defensa Florentino Castro, secretario de Educación Pública de Sinaloa, donde el nuevo reglamento escolar permite certificar como escuelas ‘saludables’ a las que venden alimentos con valor nutricional.
En ocasiones, las propuestas de legisladores y funcionarios no resuelven el problema. Como en Sonora, donde algunos maestros hicieron de lado los productos procesados y comenzaron a vender pizzas, chilorio y pozole. Otras escuelas venden plátanos con chocolate para que los niños coman fruta o vasitos con mango, al doble de precio de un paquete de frituras.
Lo más grave no es la amenaza inmediata a las ventas, más bien hay un problema más duradero: el daño en la imagen de sus marcas. “No es tanto por el impacto económico, el solo hecho de prohibir genera una percepción negativa hacia el producto”, dice un cabildero que lidia con los estados más aguerridos.
Cambiar el lenguaje es otra de sus prioridades. “Nuestros productos son botanas divertidas que deben consumirse como tal, no como sustitutos de alimentos”, argumenta Meyer, de PepsiCo, dueña de Sabritas. Pero hay quienes ven en este discurso una falacia. “Si no usaran publicidad infantil podrían sostener el argumento, pero inducen de manera perversa patrones de consumo en la población vulnerable. Si las botanas las comes diario, por supuesto que son malas”, observa Abelardo Ávila, investigador del Instituto Nacional de Nutrición.
La organización El Poder del Consumidor tiene documentado que México es el país con la mayor cantidad de anuncios de estos alimentos en televisión: se transmiten 39 anuncios por hora, sigue Australia, con 29, y EU, con 24. Lo que antes era considerado como opcional ya es señalado como obligación para la industria. “La publicidad de productos alimenticios… no debe explotar la falta de experiencia y la credulidad de los niños”, dice la OMS en un llamado mundial.
“(Las empresas) están pasando por un momento crítico y deben tomar acción inmediata; quien no le invierta duro en estrategias de orientación al consumidor finalmente perderá más porque serán empresas sobrerreguladas”, abunda Francisco del Cueto, de la consultora de comunicación especializada en control de riesgos y manejo de crisis Del Cueto y Asociados. Un primer pasoLa industria sabe que le conviene adelantarse a una regulación inspirada en las pautas de la OMS. ConMéxico entregó el gobierno federal una propuesta de etiquetado, y tiene línea directa con el Congreso, que le informará de cuanta iniciativa surja.
‘Reducir’ y ‘tips saludables’ se convirtieron en palabras clave para la industria, a partir de la declaración de la OMS. “Las empresas están conscientes de que el contenido de sus productos puede contribuir al problema de obesidad aunque no lo reconocen públicamente. Por eso es que están haciendo versiones más saludables… y quitar esa imagen de que sus contenidos no son buenos”, señala Mónica Feldman, analista de Euromonitor.
Kraft sacó, desde 2005, los anuncios de TV para niños de seis a 11 años que no siguieran algún criterio nutricional (propiedades funcionales, reducido o bajo en grasas, azúcar o sodio, o libre de grasas trans). Y ha reducido las porciones de algunos productos. “Hoy, la mayoría de nuestros 33 tipos de galletas tiene presentaciones individuales”, dice Sonia Bozzi, directora de Asuntos Corporativos y Gobierno para México y Latinoamérica.
Kellogg’s se comprometió a que cada porción de sus cereales no exceda dos gramos de grasas saturadas y 230 miligramos de sodio, antes de 2009. Y en mayo pasado Coca-Cola y Pepsi anunciaron que eliminarán, este año, en todos los mercados, la publicidad y la mercadotecnia de bebidas dirigidas a menores de 12 años.
Un informe de JP Morgan y la administradora de inversiones Insight Investment ubicó a las europeas Danone, Unilever y Nestlé y a la estadounidense Kellogg’s, como las más activas en la transformación de sus estrategias. “Las estadounidenses tienden a centrarse en su mercado local, y hacen menos en otros mercados, principalmente en países en vías de desarrollo”, dice el análisis. Kraft y Cadbury quedaron en un nivel intermedio, mientras PepsiCo, Coca-Cola y Heinz se ubicaron en último lugar.
Las europeas reformularon sus productos a partir de las recomendaciones de la OMS, de limitar los contenidos de grasas saturadas y ácidos grasos trans, azúcares libres y sal, y de dar información comprensible al consumidor y adoptar prácticas responsables en su promoción y venta.
Unilever comenzó el plan gradual en 2004, y a la fecha redujo todas las grasas trans. Bimbo disminuyó entre 5 y 7% el contenido de grasa, azúcar y sal en 20% de sus 5,000 productos, asegura Brenda Salgado, coordinadora del Programa de Nutrición.
Pero lograr que una galleta más saludable no sepa a cartón es todo un desafío para la industria. “La idea es que se mantenga el mismo sabor y textura, por ejemplo, al cambiar azúcares por edulcorantes o la manteca de cerdo por aceites más sanos; el costo de esa sustitución es otro desafío”, reconoce José Montejano, director de Ingeniería en Industrias Alimentarias y Biotecnología del Tec de Monterrey.
Las raciones son otro frente de batalla. Grupo Bimbo lanzó presentaciones más pequeñas de sus botanas Barcel y galletas Ricolino. Pero las porciones son irrelevantes si el consumidor ignora cuánto debe consumir. La OMS recomienda a las empresas usar etiquetados con información clara que le permita tomar decisiones a los compradores. En México, es más sencillo entender el manual de un motor turbocargado que una etiqueta nutricional.
“La etiqueta obliga a declarar el contenido de sodio, pero sólo con decir que contiene tantos miligramos de sodio el consumidor no sabe si es mucho o poco”, dice Nidia Coyote, subdirectora de Políticas de Riesgos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
Las dos normas que regulan el etiquetado de los alimentos y las modificaciones al contenido de los productos tienen 10 años de vida. La negociación con la industria para actualizarlas y homologarlas al referente internacional –Codex– lleva dos años y pocos avances. Además, aunque está comprobado el daño del consumo de grasas trans, exceso de sodio o azúcar, México aún no obliga a las empresas a declararlo. “No hay norma que regule cuánta sal o grasa saturada debería tener un producto”, advierte Coyote.
Kellogg’s fue pionera en incluir al frente de sus empaques una gráfica que indica el porcentaje de calorías, grasas y azúcar que lleva su contenido en el marco de una dieta de 2,000 calorías. Esta es una de las opciones que analiza la autoridad para ser incluida, por norma, dentro de los productos, y es un referente de ConMéxico para el plan de autorregulación de sus 30 empresas.
El cambio no será fácil. “A veces la gente se queja por las porciones pequeñas”, reflexiona Salgado, de Grupo Bimbo. Ahora, Unilever hace malabares para remplazar las grasas trans por otras más sanas, algo que podría dificultarle llegar a su meta de 2009, de reducir grasas en general. Según sus propias metas, antes de 2010 habrán terminado de reformular sus productos o reducir porciones. “Si no cumple con nuestros criterios globales de nutrición (los productos) no podrán anunciarse a niños menores de 12 años desde enero de 2009”, dice Ríos, de Kellogg’s.
La meta del gobierno frente a la obesidad no es tan precisa. Legislar o prohibir hábitos de alimentación y recomendar más actividad física es imposible. Por ahora, la SS quiere que la enfermedad no rebase el 35% para 2011 (ahora está en 30%), y al menos desea reducir 17%, en promedio, la mortalidad por diabetes y enfermedades cardiovasculares. “No vamos a dejar este país con menos gorditos de los que existen –dice Lara–. Sí vamos a diminuir el ritmo de crecimiento”.
Padres y maestros podrían tener que ver en eso. Algunas madres son las profesionales que ayudan a dar los patrones alimenticios en varios de los fabricantes. Hace cinco años, ellas entraron a las empresas de alimentos, luego de que las escuelas de medicina integraron Nutrición como cátedra obligatoria. Un grupo de estas profesionales formó, en 2006, una asociación de nutriólogas de empresas. La idea fue intercambiar buenas prácticas y revalorizar el rol del nutriólogo en la industria.
No es fácil vérselas con mercadólogos y pelear que las papas ya no sean fritas sino horneadas. “Cómo los convences de incluir una tabla nutrimental más grande en el empaque que ya está ocupado por un logo promocional”, dice una de sus miembros. La demanda no es suficiente para investigar y bajar precios. Hoy los alimentos saludables y light sólo aportan una tercera parte de las ventas del sector, sin contar las bebidas.
Una fórmula difícil: lograr mexicanos mejor nutridos y con su peso adecuado que no dejen de comprar. La industria quiere más consumidores; el gobierno, menos pacientes. Al menos, la pelea desató una carrera contra el tiempo para ver quién pierde menos dinero.
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Frutas y verduras: su consumo no llega a la mitad de lo recomendado
Expertas en nutrición aportan consejos para vencer la habitual resistencia de los niños a incorporar ese tipo de alimentos
Podrá ser difícil, pero tampoco es una misión imposible. Lograr vencer la resistencia que muchos chicos presentan ante las frutas y las verduras requiere de paciencia, ingenio, perseverancia y, por sobre todo, de convicción en la importancia de adoptar desde la infancia una alimentación saludable.
"El bajo consumo de frutas y verduras en los niños es un problema que vemos habitualmente en la consulta, aquí en la Argentina como en todo el mundo", dijo a LA NACION la licenciada en nutrición Beatriz Grippo, investigadora del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) y coautora de una serie de libros que buscan por medio del cuento despertar en los chicos la atracción por las frutas y por las verduras.
Una atracción que no se ve reflejada en los estudios locales sobre alimentación infantil. Según mostró la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud realizada recientemente por el Ministerio de Salud de la Nación, sólo el 7% de las calorías que incorporan los chicos de entre 2 y 6 años provienen de las frutas y las verduras.
"Distintos estudios sugieren que lo aconsejable sería que los niños incorporen el 17% de sus calorías a partir de las frutas y las verduras, cuando en la Argentina no llegamos ni a la mitad de esa recomendación", comentó la licenciada Paula Pueyrredón, también del Cesni y coautora junto con Grippo de los libros Verdulín y Frutilandia (Ed. Lumen, 2008), que incluyen recetas sencillas con frutas y verduras (ver Cuatro recetas ).
Pero no sólo se come poca fruta y verdura, advirtió Pueyrredón: "Es muy pobre la variedad de estos alimentos que se les ofrece a los niños. La encuesta del Ministerio mostró que las verduras consumidas en mayor proporción son la papa, la cebolla, el tomate en conserva y la zanahoria; la fruta más consumida es la banana".
De muchas frutas y verduras, los chicos no conocen ni el nombre, agregó Grippo. "Para los niños que vemos a los 8 u 11 años, que llegan al consultorio por problemas de obesidad, hay verduras que no saben que existen, que jamás las han visto siquiera. La idea de los libros es tratar de llegar a muchos más niños y muchos más padres de los que vemos en el consultorio."
Neofobia y rechazo
Neofobia, ése es el nombre que los nutricionistas le han puesto a la cara de "no me gusta" que ponen los bebes ante un alimento desconocido. Y, vale la pena tenerlo siempre presente, es una reacción universal que nada tiene que ver con las virtudes culinarias de cada madre o padre. "Es un mecanismo natural ante cada nuevo alimento, que hay que vencer insistiendo, pero sin forzarlo al niño a comer", aconsejó Pueyrredón. Hay estudios que sugieren que hay que insistir en un mismo alimento 15 veces antes de desistir.
Quizá lo peor de la neofobia es que, una vez superada, a veces vuelve. "A partir de los 2 o 3 años, es común que un niño empiece a rechazar un alimento que le gustaba. Esto tiene que ver con un momento en que el niño comienza a formar su carácter y lo demuestra a través de la comida. Hay que tomárselo con paciencia."
A veces, la lucha por incorporar frutas y verduras al menú infantil resulta ser eso: una verdadera lucha. Es por eso que las licenciadas Grippo y Pueyrredón aportan unas cuantas ideas para salir airosos en la batalla:
Evitar la monotonía: no ofrecer al chico siempre las mismas frutas y verduras, y tratar de variar incluso su preparación. "No hay que aburrirlo, ya que la monotonía puede hacer que pierda la preferencia que habíamos logrado que tenga por cierto alimento."
No complicarse: las comidas que requieren mucha elaboración pueden volverse en contra. "Hay que preferir preparaciones sencillas que se pueden reproducir en lo cotidiano, ya que hoy los padres no tienen mucho tiempo para cocinar."
Cocinar con los chicos: hacerlos partícipes de la preparación de comidas con frutas y verduras es un buen incentivo. "Cuando los chicos ayudan en la cocina, siempre prueban la comida, y que prueben un alimento que no conocen es un punto a favor."
No disfrazar las verduras: procesarlas para disimularlas en las comidas puede aumentar su consumo, pero no hará que los chicos las consideren como una posibilidad. "El disfraz no permite que el niño conozca las verduras, sus sabores y sus texturas."
Por último, dijo Grippo, los padres son quienes deben decidir qué comen sus hijos. "Cuando es uno el que les pregunta qué quieren comer, está perdido", afirmó.
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Debutan en el mundo del consumo desde los primeros meses de gestación. Gran parte del presupuesto familiar se destina a garantizar sus necesidades básicas.
“Los niños son consumidores, unos grandes consumidores, no controlan su conducta como consumidor, si a los adultos de repente nos llega a costar trabajo a los niños les cuesta más. Están en proceso de maduración y, por lo mismo, para ellos el gasto, el hecho de comprar algo es un regalo, quieren gastar, quieren comprar”, comentó Roberto Bello, director de Estudios Sobre Consumo de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Expuestos por largas horas ante la televisión, se convierten en blanco fácil para comprar las marcas que ofrece la publicidad.
“Los niños actualmente están siendo bombardeados de una publicidad que los incita a ir y a exigirle a sus papás que les compren determinado producto”, dijo Fernando García Sais, investigador del ITAM.
“La estrategia es buscar en el niño que demanda la compra del producto y fastidie, le llaman en inglés "nack factor", es el fastidio del niño por la compra del producto y está claramente medido cómo ese fastidio incrementa las ventas de ciertos productos, incrementa las visitas a ciertas cadenas de comida rápida, a parques de diversión, entonces toda la publicidad va en ese sentido”, expresó Alejandro Calvillo, analista.
En una hora, en un solo canal, se transmiten 39 comerciales para niños, casi la mitad son de alimentos, en su gran mayoría chatarra.
“Los niños pasan largas horas frente a la televisión, a estas edades, edades de preescolar, estamos hablando de 5 a 7 horas diarias frente a la televisión, no hay selección, no hay quien los acompañe, engullen todo lo que pasa por enfrente, los niños ven todo desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche”, manifestó Lourdes Roca, investigadora del Instituto Mora.
En México, la televisión abierta ofrece escasa programación dirigida especialmente para los niños, contrario a la televisión por cable.
“Los canales especializados en niños claramente están descubriendo que hay un mercado muy fuerte ahí. Desde el momento que la industria ve un gran mercado en los niños como consumidores empieza a modificar todos los ámbitos y las necesidades de los niños, cuando nosotros éramos pequeños construíamos el juego ante nosotros. Sin embargo, ahora cada vez los niños dependen más de los artículos que se les venden para jugar”, indicó Calvillo.
Abrir la puerta al consumo de productos para niños incluye una larga lista de artículos elegidos por el menor. De lo contrario el costo para los padres puede ser un mal rato.
“Hemos visto muchas veces cómo un niños puede hacer un berrinche muy grande, por una cosa, un juguete principalmente, incluso un dulce, y ya que lo tiene se acaba el berrinche, es el tener las cosas, el hecho de obtener las cosas lo que muchas veces buscan, y ahí es donde los padres tienen que influir en la conducta, enseñarles el valor del ahorro enseñarles que el dinero para ellos puede ser mágico”, declaró Bello.
En el recreo escolar la conversación gira alrededor de consumo, marcas, de lo que tienen los otros compañeros y dónde se puede comprar algún producto o quién se lo ha de regalar.
En la era digital y de las telecomunicaciones, los niños representan un gran nicho de mercado. Su entretenimiento involucra sofisticados aparatos artículos con un alto precio. Y es que el consumo infantil no tiene fronteras. En otros países, incluso, se organizan grandes ferias del juguete.
“Los niños tienen celulares ahora, ellos tienen iPods, tienen sus propias computadoras. Entonces, realmente cuando hablamos de 40 a 50 dólares en juguetes tecnológicos, dejas de lado los 250 dólares del iPod, es una pequeña diferencia, que parece razonable”, opinó Chris Byme, analista.
Para atraer la mirada de los más pequeños, las marcas se valen de todo tipo de estrategias a fin de colocar sus productos y hacer que quienes ponen un pie en las tiendas salgan con las manos llenas y el bolsillo vacío.
Organizaciones de consumidores en México buscaron frenar el consumismo infantil. Diseñaron, incluso, la Guía del Pequeño Consumidor para orientar a los niños sobre todo tipo de trucos en la publicidad.
Ellos descubren que en algunos anuncios las cámaras se acercan tanto al producto que parece mucho más grande de lo que en realidad es; también invitan al niño a quitar el sonido a los comerciales para descubrir que se escuchan con mayor volumen que los programas, pero no siempre da resultados.
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Escuchen el programa Crónicas de Salud con el tema Alimentación en los niños. Entrevista a las Licenciadas Carmen Vargas y Mariana Ramirez.
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Los niños que consumen por lo menos dos porciones de productos lácteos por día tienden a tener huesos más fuertes en la adolescencia.
La leche y otros lácteos están recomendados para la formación ósea infantil. Aun así, los beneficios de largo plazo del consumo lácteo en la infancia se desconocen.
En un nuevo estudio, un equipo de investigadores de Boston University School of Medicine controló a 106 niños a partir de los 3-5 años hasta los 15-17 años. Durante ese período, los padres registraban periódicamente en diarios alimentarios lo que sus hijos ingerían cada día. Una porción de lácteos diario era equivalente a una taza de leche o yogurt, 42,5 gramos de queso natural y 57 gramos de queso procesado.
Al finalizar el estudio, cuando los participantes eran adolescentes, se les realizaron estudios óseos por imágenes.
El equipo halló que los niños que habían consumido por lo menos dos porciones diarias de lácteos tenían un mayor nivel de contenido mineral óseo y una densidad ósea más alta en la adolescencia que aquellos que habían consumido menos lácteos en la niñez.
Los resultados se mantuvieron cuando el equipo consideró otros factores asociados con la densidad ósea y la salud, como el peso corporal, la altura y el nivel de ejercicio.
El equipo dirigido por la doctora Lynn L. Moore publica los resultados en Journal of Pediatrics. National Dairy Council financió parcialmente el estudio.
El cuerpo alcanza su nivel pico de masa ósea durante la adolescencia, confirma el equipo. Aunque la genética influye en gran medida en la calidad ósea de una persona joven, la alimentación y el ejercicio son "contribuyentes modificables cruciales", destaca el equipo.
Los productos lácteos contienen calcio formador de huesos y la leche fortificada es un recurso primario de vitamina D alimentaria, que es esencial para la absorción corporal de calcio, destacan los autores. Existe evidencia también de que las proteínas diarias, especialmente el suero de leche, mejoran la formación ósea e inhiben su fractura.
"Los resultados confirman la importancia de una alimentación rica en productos lácteos y otras fuentes de proteínas para la masa ósea adolescente", concluye el equipo.
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Escuche el programa Crónicas de Salud en el cual las Lic. Gina Gómez y Carmen Vargas explican el tipo de líquidos y la cantidad que se deben beber.
También le recomendamos leer el documento resumido o leer el documento completo: Consumo de bebidas para una vida saludable: Recomendaciones para la población mexicana
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Las bebidas frutales endulzadas suelen ser publicitadas como una alternativa saludable a los refrescos azucarados, pero son igualmente riesgosas para el aumento de peso y la diabetes, dijeron el lunes investigadores.
Los refrescos también son conocidos como bebidas gaseosas.
"El público debería ser consciente de que esas bebidas no son una alternativa saludable a los resfrescos en lo que respecta al riesgo de (desarrollar) diabetes tipo 2", escribió el equipo de Julie Palmer, de la Boston University, en su informe publicado en Archives of Internal Medicine.
La diabetes tipo 2, la forma más común de la enfermedad, está íntimamente relacionada con la obesidad y se ha vuelto muy común en todo el mundo.
Los resultados provienen de casi 44.000 mujeres negras de Estados Unidos que fueron controladas entre 1995 y el 2005.
Aquellas participantes que dijeron que tomaban dos o más refrescos no dietéticos por día tenían un 24 por ciento más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que aquellas que bebían menos de un refresco regular por mes, indicó el equipo.
Las mujeres que bebían dos o más bebidas frutales azucaradas al día tenían un 31 por ciento más de riesgo comparado con aquellas que tomaban menos de una bebida frutal al mes.
Los refrescos dietéticos, el jugo de uva y de naranja no se relacionaron con un aumento del riesgo de diabetes, indicaron los investigadores.
Si bien el jugo de naranja y el de uva contienen también azúcar naturalmente, tendrían un efecto metabólico distinto o serían menos consumidos como parte de las comidas, señalaron los autores.
Los refrescos y los jugos azucarados suelen consumirse entre comidas y acompañarían la ingesta de golosinas, dijo el equipo.
Un estudio previo que involucró a miles de mujeres blancas también relacionó la diabetes tanto con los refrescos como con los jugos endulzados.
Otra investigación publicada en la misma revista reveló que comer frutas y vegetales parece evitar la diabetes tipo 2, quizá porque previene la obesidad o brinda nutrientes protectores, entre ellos antioxidantes.
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El exagerado consumo de refrescos o bebidas carbonatadas con grandes cantidades de azúcares, es un hábito ya inculcado a las nuevas generaciones que tienen que enfrentar la disyuntiva de corregir esa tendencia alimenticia o desarrollar prematuramente desde sobrepeso y obesidad hasta enfermedades como diabetes, osteoporosis e hipertensión ya presentes en el 60 por ciento de la población adulta en el país.
Para el director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, Juan Rivera Dommarco, el creciente consumo de refrescos está condenando niños y jóvenes a engrosar cada vez más tempranamente las filas de obesos, diabéticos e hipertensos, por lo que ya se busca limitar la publicidad para esa clase de productos altamente dañinos para la salud y emprender campañas de difusión para que los padres de familia opten por bebidas sanas para el adecuado desarrollo de sus hijos.
"Es lamentable que desde los tres meses de vida, muchos padres empiecen a dar de beber refresco a sus hijos o endulcen exageradamente leche o líquidos, lo que sin duda, es un inadecuado hábito de crianza que mucho pesa en la salud de millones de mexicanos de todas las edades", comentó.
El especialista de la Secretaría de Salud observó que es tan acendrado ese hábito por las bebidas azucaradas que México ocupa ya el primer lugar mundial en consumo per cápita de refrescos con 152 litros lo que ha recrudecido los problemas de sobrepeso y obesidad, sobre todo entre la población infantil de entre cinco y once años de edad.
Ejemplo claro del problema, subrayó, es que la prevalencia de obesidad en niños menores de 11 años aumentó de 20 a 37 por ciento en la última década en que también se registró un incremento de más de 40 por ciento en el consumo de refrescos y todo tipo de bebidas elaboradas con sacarosa, glucosa y fructosa carentes de vitaminas y minerales que fácilmente llegan al flujo sanguíneo para pasar a los tejidos y convertirse en grasa.
Rivera Dommarco señaló que el sobrepeso y obesidad relacionados con la ingesta exagerada de refrescos afecta ya a uno de cuatro niños de entre cinco y once años, al 35 por ciento de la población de entre 14 y 25 años y al 70 por ciento de los adultos mayores de 40 años.Los pediatras del Hospital Infantil de México, Sandra Rangel de la Garza y Romeo Rodríguez Suárez, apuntan que es tanta la concentración de glucosa y sacarosa en las bebidas embotelladas, incluyendo jugos, que consumir un litro diario aumenta en 1.5 kilogramos el peso corporal en tan sólo dos semanas.
Por el contrario, disminuir en 10 por ciento el consumo de refrescos sobre todo los de cola que contienen alta concentración de fructosa, fósforo y cafeína, significa perder cuando menos cinco kilogramos de peso en los primeros tres meses.
Ambos especialistas coinciden en que el consumo de refrescos tiene impactos más dañinos en los niños porque afecta los dientes disolviendo el esmalte protector y provocando caries. Además, las bebidas de cola que abarcan un 70 por ciento del mercado, contienen ácido fosfórico que impide al organismo la absorción de calcio lo que produce descalcificación y huesos débiles que se manifiesta en talla baja y fracturas ante cualquier golpe o lesión.
Por otra parte, el consumo de refrescos altos en cafeína genera hiperactividad que en el menor se traduce en nerviosismo y trastorno de sueño, hecho que adquiere relevancia si se considera que dormir estimula la hormona del crecimiento, por lo que la falta de descanso profundo afecta el desarrollo normal.
Otro de los riesgos para los infantes es consumir bebidas dietéticas que contienen aspartame como sustituto del azúcar y que de acuerdo a expertos, puede alterar las funciones metabólicas de los niños debido a que es una bebidas elaborada para los adultos que tienen un organismo y sistema inmunológico plenamente desarrollado.
EL MERCADO POTENCIAL
México ocupa el primer lugar mundial en consumo per cápita de refrescos y el segundo en importancia en ventas después de Estados Unidos. Las 230 plantas embotelladoras del país comercializan más de 300 millones de cajas al año con valor aproximado a los 15 mil 500 millones de dólares.
Tan sólo entre 1998 y este año el consumo per cápita creció de 120 a 152 litros y con ello el gasto de las familias de 2 mil 850 pesos a más de 5 mil pesos anualmente, una cifra importante si se considera que las aguas carbonatadas no son consideradas un producto de primera necesidad.La Encuesta Ingreso-Gasto del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) revela que una familia de escasos recursos destina el 7.5 por ciento de sus ingresos totales a la compra de refrescos, mientras que las familias de ingresos moderados gastan un 12 por ciento de sus ingresos en la adquisición de aguas y jugos embotellados, aquí destaca una mayor demanda por refrescos de cola que cubren el 70 por ciento del mercado.
Dato importante de la encuesta es que mientras el consumo de refrescos en los últimos diez años aumento más de un 40 por ciento, en esa proporción disminuyó el consumo de leche, frutas y verduras, lo que ha incidido en un aumento inmensurable de la población con sobrepeso, diabetes y obesidad.
El sobrepeso y obesidad entre la población adulta aumentó en la última década de 40 a 70 por ciento y ahora México ocupa el deshonroso segundo lugar en personas con sobrepeso sólo superado por Estados Unidos. La atención de estas enfermedades relacionadas con hábitos alimenticios inadecuados y sedentarismo, absorbe el 30 por ciento del presupuesto de la Secretaría de Salud y son la causa de mortandad más importante después los tumores malignos.
Para la atención de la creciente demanda de refrescos y otras bebidas con cero valor proteínico, las embotelladoras cuentan con más de un millón de puntos de venta en todo el país. El 75 por ciento de las ventas se realizan en las pequeñas tiendas, el 24 por ciento en restaurantes, centros deportivos, discotecas y hoteles y sólo el uno por ciento en tiendas de autoservicio.
Alberto Zúñiga, jefe del Departamento de Nutriología del Instituto "Salvador Zubirán" observó que consumir refrescos de manera habitual y no realizar ninguna actividad física extraordinaria más que las normales (caminar, por ejemplo), significa subir de peso 12 kilogramos por año. Y es que, puntualiza, una sola lata de refresco representa aproximadamente 13 cucharaditas de azúcar lo que incrementa la posibilidad en 1.8 por ciento de ser obeso por cada lata adicional que se consuma.
El nutriólogo mencionó que independientemente de los malos hábitos alimenticios que se adquieren desde la niñez que hacen imprescindible el consumo de refrescos o aguas con gran contenido de azúcar, el aumento en los casos de sobrepeso y obesidad también tiene que ver con la introducción de alta fructosa o jarabe de maíz como endulzante que es más difícil de procesar por el organismo humano y que finalmente se convierte grasa en tejidos y arterias.
"Por ser más barata, los refresqueros han optado por utilizar la alta fructosa como endulzante sustituyendo la caña de azúcar que es un producto de más fácil absorción por el organismo y de menos efectos dañinos", añadió.
LIMITAR PUBLICIDAD
Ante el creciente consumo de refrescos en el país, las autoridades sanitarias urgieron al poder legislativo reformas a la Ley General de Salud para controlar y regular la publicidad de empresas embotelladoras que alientan el consumo con promociones y diversificación de marcas.
Juan Rivera Dommarco consideró que es necesario limitar la publicidad dirigida sobre todo a los jóvenes, por lo que se propondrá que las embotelladoras no patrocinen competencias deportivas y que se prohíba o limite la venta de refrescos en escuelas o espacios de concurrencia de menores de 18 años.
Además, precisó el funcionario de la SSA, se tiene la propuesta que a partir de enero del próximo año todos los refrescos y aguas carbonatadas incluyan la leyenda de que el abuso en el consumo es dañino para la salud.
El director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, indicó que por igual se emprenderá un análisis exhaustivo de los contenidos proteínicos y vitamínicos de las bebidas energéticas, a fin de que el consumidor tenga la certeza de que está adquiriendo un producto que realmente significa aportación calorífica ante la pérdida de sales por el esfuerzo físico.
También a principios de 2009, recalcó, se emprenderá una intensa campaña de difusión invitando a los padres de familia a sustituir el consumo de refrescos por leche y agua de frutas que además de ser altamente refrescantes aportan vitaminas y calorías.
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Según los resultados de un estudio publicado en la edición de junio de Pediatrics, el consumo reducido de sacarosa a largo plazo en niños entre 13 meses y 9 años de edad se asocia a mejores hábitos nutricionales y mayor crecimiento que un consumo de sacarosa más elevado.
Soile Ruottinen, MSc, de la University of Turku (Finlandia) y sus colaboradores del Special Turku Coronary Risk Factor Intervention Project señalan que “dado que los alimentos ricos en azúcar pueden reemplazar a otros nutrientes, el consumo elevado de sacarosa influye negativamente en la calidad nutritiva de la dieta. El consumo excesivo de azúcar en la infancia puede favorecer la obesidad”.
El objetivo de este estudio prospectivo aleatorizado era evaluar las asociaciones entre consumo de sacarosa y de otros nutrientes, consumo de alimentos específicos y crecimiento en 543 niños con edades comprendidas entre 13 meses y 9 años.
Para evaluar el consumo de alimentos utilizaron los registros anuales de comidas desde los 13 meses hasta los 9 años. Dividieron a los niños en tres grupos según el consumo promedio de sacarosa: consumo constantemente elevado de sacarosa (el 10% superior), consumo constantemente reducido de sacarosa (el 10% inferior) y consumo intermedio de sacarosa (el 80% intermedio). Determinaron el peso y la altura absolutos y relativos a los 7, 13 y 24 meses de edad, y después de forma anual hasta cumplir los 9 años.
Cuando los niños alcanzaron los 2 años de edad, el grupo de consumo elevado de sacarosa ya había superado el nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud (<>
En comparación con los niños con consumo elevado de sacarosa, los niños con consumo reducido y medio tomaban más proteínas, sus dietas tenían grasas de mayor calidad y tenían tendencia a un mayor consumo de vitamina E, niacina, calcio, hierro, zinc y fibra alimentaria. Los niños del grupo de consumo reducido de sacarosa también tomaban más cereales, verduras y productos lácteos. Aunque el consumo de azúcar no estaba directamente relacionado con la obesidad, el peso, la altura y el índice de masa corporal de los niños presentaban diferencias entre los tres grupos entre los 7 meses y los 9 años de edad.
La limitación principal de este estudio era la dificultad para calcular con precisión el consumo de alimentos por parte de los niños.
Los autores del estudio señalan que “en niños entre 13 meses y 9 años de edad, el consumo reducido de sacarosa a largo plazo se asocia a mejores hábitos nutricionales y mayor crecimiento que un consumo más elevado. La sacarosa reemplaza en la dieta del niño a los productos lácteos, los cereales y otros alimentos ricos en micronutrientes, por lo que un consumo elevado de sacarosa también se asocia a menor consumo de proteínas. Nuestros hallazgos indican que el consumo elevado de sacarosa podría incluso afectar ligeramente al crecimiento”.
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Ser el gordito de la escuela ya no es una excepción. Aunque todavía hay quien, por serlo, es el blanco de las burlas en la escuela, los “llenitos” están dejando de ser una minoría en el salón. Hace 20 años, por cada niño gordito había otros 20 que no lo eran. Hoy, la proporción se ha reducido, y por cada menor obeso hay sólo tres que tienen un peso adecuado.
La más reciente Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, realizada en 2006, demostró que eran ciertas las predicciones: en el mundo no hay país en el que la obesidad infantil esté avanzando más rápido que en México. Entre 1999 y 2006, pasamos de 20 por ciento de los niños con sobrepeso u obesidad a 27, es decir, un punto porcentual por año. Y en los adolescentes es peor, el 33 por ciento tiene ese problema.
¿Qué hace que nuestros niños se estén volviendo cada vez más gordos? Imagine que llena el tanque de gasolina de un auto una y otra vez, sin siquiera echarlo andar, hasta reventar la bomba. Así los niños van llenando su cuerpo de combustible que después no queman, calorías que compran en la escuela, encuentran en el refrigerador de la casa o en la tienda de la esquina. Se va acomodando, estira la piel al máximo y forma bolsas de grasa en los pliegues.
Juan Rivera, especialista en nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública, dirige a un equipo de especialistas que estudia desde hace más de diez años las causas de la obesidad en México.
“Estamos convencidos de que no se trata, como la industria ha querido hacer creer, de un problema de origen genético; los genes no podrían haber cambiado en 18 años, tiempo en el cual hemos pasado de ser un mexicano con sobrepeso por cada diez, a uno de cada tres”, explica Rivera.
Mucho tiempo se ha invertido en investigaciones que buscan encontrar una razón genética para la obesidad, pero aunque el mexicano tiene una predisposición biológica a subir de peso, no se ha podido comprobar que esa sea la causa.
Otras teorías han buscado encontrar una relación entre la mala nutrición durante el embarazo y el bajo peso al nacer: el feto, acostumbrado a recibir poco alimento aprende a aumentar su capacidad de almacenar energía y programa al organismo para que en el futuro sea propenso a la obesidad, diabetes y enfermedadescardiovasculares.
Las evidencias científicas indican que las razones están en el desequilibrio energético. En vez de elegir frutas y verduras los mexicanos están tomando alternativas de alimentos de mayor densidad energética y menor valor nutritivo. México se encuentra en un claro proceso de transición nutricional nada favorable para su salud ; cada vez consume más carbohidratos refinados, grasas y alimentos procesados, frente a una reducción en el consumo de granos enteros, vegetales y fibra dietética, que formaban parte de las dietas tradicionales.
Los niños mexicanos sacian su hambre en primer lugar con grasa, después con carbohidratos y mucho menos con fibras. Al mismo tiempo se han vuelto más sedentarios y cada vez realizan menos actividades físicas.
El análisis de los alimentos que adquieren las familias mexicanas con base en la Encuesta Nacional de Gasto en los Hogares 1984 y 1999 indica que en un periodo de quince años, de 1984 a 1999, hubo un cambio radical en la dieta de los mexicanos. La compra de refrescos aumentó 37 por ciento y la de carbohidratos refinados 6 por ciento. En contraste compraron 30 por ciento menos frutas y verduras, 27 por ciento menos leche y redujeron la ingesta de carnes en 18 por ciento.
Sólo ocho por ciento de los niños consume la cantidad de frutas y verduras que se recomienda, que equivalen por ejemplo, a tres manzanas o cuatro plátanos, pero 56 por ciento consume menos de una pieza de fruta al día.
Además, cada vez hay menos tiempo disponible para seleccionar los alimentos y cocinarlos, por lo que se opta por alimentos procesados. El poco tiempo que los padres pasan en casa, aunado al aumento de la inseguridad en la calle, facilitan un estilo de vida sedentario y un aumento en el tiempo empleado en ver la televisión y otras ideas, como el de que alimentar al niño es un acto de amor. También se asume que los bienes que favorecen la vida sedentaria son un símbolo de estatus social.
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Al sonar el timbre que a media mañana anuncia que el recreo comenzó, los niños se olvidan de los libros, salen al patio de la escuela hurgando en sus bolsillos en busca de monedas y pensando en lo que comprarán.
Cinco de cada diez eligen un dulce, cuatro compran además alguna fritura y dos una bebida con mucha azúcar. Entre los favoritos también están los antojitos preparados, casi siempre con mucho aceite, harina y crema. Sólo dos de cada 100 elegirá una fruta, probablemente con azúcar o crema chantilly, según contestaron 32 mil estudiantes de primaria a una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Nutrición (INN).
Al terminar las clases, al mediodía, con la disponibilidad de comida de alto contenido energético que ofrece la mayoría de las escuelas, habrán ingerido la mitad de las calorías recomendadas en una dieta saludable para todo un día.
En 10 o 20 años se darán cuenta de que la forma en que invirtieron el dinero de sus padres les ha dejado como saldo diabetes e hipertensión, además de mucha grasa acumulada en el cuerpo. “Pero es lo que hay”, justifica Alejandra Mondragón, estudiante de primero de secundaria.
Y es cierto. El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) está por concluir el estudio más completo que se ha realizado sobre los alimentos que se venden en las cooperativas escolares incluye 12 ciudades del país y la doctora Margarita Safdie adelanta que, aunque hubo variaciones, ninguna serviría de ejemplo para una alimentación adecuada.
En la Ciudad de México predominan los antojitos y otras comidas preparadas, y en el resto del país la comida chatarra industrializada. Frutas, verduras y alimentos más saludables están presentes casi siempre, pero en menor proporción que el resto y casi nadie las elige.
En el poco tiempo que pasan los niños en la escuela, tienen hasta cinco oportunidades de comer lo que ellos quieran: a la puerta de la escuela, al recibir el desayuno que reparte el DIF (que generalmente incluye dulces, cereales con azúcar, pan industrializado, leche entera y endulzada), durante clases con lo que traen en la lonchera, a la hora del recreo y en los puestos de la salida.
El doctor Guillermo Meléndez, coordinador del programa de nutrición de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), explica que al entrar a la primaria el sobrepeso en niños se dispara. Entre los niños de uno a cinco años de edad la enfermedad afecta sólo a cinco por ciento, al entrar a primaria se incrementa a 25 por ciento, y para cuando se gradúen ya habrán llegado a 33 por ciento.
Aunque cerca de la mitad de las legislaturas estatales han aprobado leyes que prohíben o limitan la venta de productos con alto contenido energético, no existe a escala federal ninguna ley o autoridad que controle lo que se vende al interior de los planteles.
El reglamento de cooperativas escolares fue modificado por última vez en 1982, y no hay en él un solo párrafo que se refiera al tipo de alimentación que deberían ofrecer y regula sólo lo administrativo.
La Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de la oficina de Comunicación Social, informó que no existe ningún reglamento que se encargue de regular las cooperativas, pero que se han hecho convenios con instituciones para fomentar la venta de comida saludable. El diario solicitó copias de los acuerdos, pero no fueron proporcionados.
Los estudios realizados por el INSP demostraron que el ambiente escolar, no sólo a la hora del recreo, invita a consumir en exceso alimentos no saludables e impide que las calorías que se consumen puedan ser gastadas por el organismo.
Si a ello se le suma el desayuno que tomaron por la mañana y el lunch que algunos llevan, al mediodía, al salir de las aulas, ya habrán ingerido mil 1159 calorías, 58 por ciento de lo que deberían en todo el día (dos mil).
Comprar calorías resulta barato. Por cada peso que llevan para gastar en el recreo y con el menú que se les ofrece pueden comprar entre 20 y 140 calorías, y cada niño lleva en promedio entre ocho y once pesos.
Una banderilla de salchicha, por ejemplo, cuesta dos pesos y proporciona 340 calorías; en cambio, un vaso con fruta del mismo precio proporciona sólo 33.
Con 15 pesos podrían completar la dieta recomendada para todo el día. De acuerdo con Meléndez, por cada cien calorías diarias un niño toma de más cada día las que contiene un trozo de pizza hawaina— acumula en un año un kilo o dos de sobrepeso.
Margarita Safdie y Guillermo Meléndez coinciden en que una oferta tan variada en las cooperativas es innecesaria. Si un niño desayuna en su casa a la hora del recreo no necesita más de 200 calorías.
Incluso, Meléndez asegura que las cooperativas podrían desaparecer sin afectar la nutrición de los niños, sino todo lo contrario. Calcula que un niño de ocho años necesita las calorías que contiene una porción de fruta pequeña.
Margarita Safdie opina que un lunch tradicional con agua simple, fruta y un sandwich, de preferencia sin mayonesa, no es el menú ideal, pero puede ser saludable.
En contraste con la alta disponibilidad de alimentos que proporcionan mucha energía a los escolares, hay pocas oportunidades para gastarla. El estudio del INSP demostró que la tercera parte del tiempo del recreo los niños están parados, una décima sentados, ocho por ciento del tiempo caminando y sólo tres por ciento de los 30 minutos que duran están más activos.
Hay restricciones de espacio, incluso se les multa por correr, “por razones de seguridad”, explicó el docto Juan Rivera, jefe del departamento de Nutrición del INSP.
“Se dedican a comer, los niños dan vuelta alrededor de los puestos de los vendedores, todas las actividades en esa media hora giran en torno a los alimentos y es un tiempo más para comer, que para el recreo
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La Secretaría de Salud (Ssa) pondrá fin durante el siguiente ciclo escolar a la falta de regulación en los alimentos que se venden a los niños a la hora del recreo y prohibirá bebidas endulzadas y alimentos con alto contenido de grasa.
Además promoverá cambios en las etiquetas de los alimentos para que informen claramente si son o no saludables, y buscará que se establezcan impuestos especiales a los alimentos que adicionen endulzantes para que los precios fomenten una alimentación más sana.
Sin embargo, Mauricio Hernández Ávila, subsecretario de Prevención y Promoción para la Salud, reconoció que estas dos últimas estrategias podrían demorarse por la oposición de la industria de alimentos e incluso por la Secretaría de Economía, que teme desincentivar el comercio.
La dependencia contempla además otras medidas para frenar la epidemia de obesidad que tiene a uno de cada tres niños en peligro de sufrir enfermedades crónicas cuando sean adultos y colapsar las finanzas del sector salud.
En breve firmará un convenio con la red de abasto popular Diconsa para que deje de vender más productos que fomentan la obesidad e incluyan productos bajos en grasa y azúcar. Además está en marcha la estrategia para sustituir la comida chatarra que contienen los desayunos que entrega el DIF por frutas y verduras crudas o secas.
El primer paso en la lucha contra la obesidad infantil se dará a través de un acuerdo con la SEP. En junio un comité de expertos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) entregará una guía que contendrá recomendaciones sobre los productos que deben salir de las escuelas.
Juan Rivera, director de Investigación del INSP, explicó la tendencia mundial para atacar el problema ha sido establecer límites a la energía o calorías disponibles en los alimentos que se consumen en las escuelas en cuatro elementos: azúcar, grasas saturadas, ácidos grasos trans y sodio.
“Aún no hemos llegado a un consenso sobre las recomendaciones que haremos, en algunos países se han prohibido las máquinas expendedoras de dulces, botanas, refrescos y bebidas de jugos que tienen mucha azúcar, y no me extrañaría que se restringiera la venta de algunos alimentos y bebidas que sabemos que no son positivas”,
Mauricio Hernández confirmó que el objetivo es prohibir que se vendan alimentos no saludables. Los productos que se dejarían fuera de las aulas serían aquellos que en porciones muy pequeñas dan al cuerpo muchas calorías.
El funcionario está consciente de que la presión de los industriales será muy fuerte y difícil de sortear. “La industria de los alimentos nos va ir cerrando los espacios, porque además son un sector muy importante de la sociedad que genera empleos y ayuda a la economía”, advirtió. Hernández señala que evitarán confrontarse con los fabricantes de alimentos no sanos y buscarán negociar, pero sin perder de vista que el problema debe resolverse con urgencia.
“A mí los refresqueros, Pepsico en especial, me dicen, bueno qué hacemos; yo lo que digo es, busquen un acuerdo, sálganse de las escuelas primarias, es un mercado muy pequeño pero que le incrementa mucho el gasto calórico a los niños”, señaló.
El combate a la comida chatarra fue una de las primeras promesas del secretario José Ángel Córdova al iniciar su gestión, en diciembre de 2006; sin embargo, hasta ahora no se ha concretado ninguna medida contundente en su contra.
En lo que respecta al cambio de etiquetas, el subsecretario Hernández informó que ya están preparando estudios para conocer cuál sería la forma más sencilla de indicarle a los consumidores cuál es el valor nutricional de los alimentos y advertirle con claridad cuáles son los más dañinos.
Uno de los métodos más utilizados internacionalmente es un semáforo que indica con los colores rojo, amarillo y verde cuándo un alimento puede comerse sin problemas, cuándo con moderación y cuándo es mejor evitarlo.
“Ese etiquetado va a ser una negociación muy fuerte con la industria; yo no lo veo en el corto plazo, la industria se ha opuesto activamente porque no quieren que sus productos estén etiquetados con un foco rojo”, expuso.
La industria ha propuesto que únicamente se señale con un círculo verde a los alimentos que cumplen con los requerimientos para ser sanos, sin señalar a los que son dañinos.
El doctor Juan Rivera no descartó la posibilidad de que las empresas que tradicionalmente dirigen sus productos a la infancia se opongan a la adopción de las guías o pongan en duda su validez científica, como ya hicieron con la guía de bebidas que presentaron en febrero y que recomendaba limitar al máximo el consumo de refrescos y jugos.
“Con toda razón las empresas buscan su beneficio económico, pero la Secretaría de Salud no está para cuidar los intereses de las empresas sino para cuidar la salud de mexicanos y, por tanto, la Secretaría tiene la convicción de que hay que hacerlo, incluso a costa de afectar algunos intereses particulares”, señaló el experto.
El sociólogo Alejandro Calvillo, que dirige la organización civil El Poder del Consumidor, señaló que aunque en 15 estados del país se ha legislado para sacar la comida chatarra de las escuelas, no hay claridad sobre qué productos debe considerarse dentro de esa clasificación, por lo que una guía oficial sería de gran utilidad.
Reportaje de Lucía Irabién publicado en ExOnline
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Los cereales para el desayuno infantil son menos saludables que los cereales producidos para los adultos y aquellos que se comercializan más agresivamente para los niños tienen la peor calidad nutricional, indicó un nuevo análisis de 161 marcas disponibles en el mercado.
"El cereal que están comiendo los padres es seguramente mucho mejor que el que le están dando a sus hijos", dijo a Reuters Health la doctora Marlene B. Schwartz, de la Yale University, en Connecticut, autora principal del estudio.
El equipo dirigido por Schwartz halló también que los atributos saludables que la publicidad destaca en los cereales infantiles eran a menudo erróneos.
Los cereales comercializados como "reducidos en grasa" o "reducidos en azúcar" no tenían menos calorías, como pensarían los padres. En tanto, los productos que las marcas presentaban como "con granos integrales" tenían más fibra, también tenían tanta sal, azúcar y grasa como el resto de las marcas y el mismo contenido calórico.
La industria alimentaria y las autoridades de salud pública están alentando a los niños a desayunar, en especial, cereales listos para comer, afirmaron los autores en Journal of the American Dietetic Association.
Para comparar la calidad nutricional de los cereales infantiles y los productos orientados a los adultos, el equipo seleccionó 161 cereales; el 46 por ciento se comercializaba para los niños.
Un cereal ingresaba en esta categoría si tenía un personaje infantil en la caja, si incluía un juguete o un juego dentro o si la empresa colocaba a la marca en la lista de productos infantiles en su sitio de internet.
Los cereales infantiles tenían más cantidad de azúcar, sodio, carbohidratos y calorías por gramo que los cereales para adultos y menos proteína y fibra.
El azúcar representaba en promedio más de un tercio del peso de los cereales infantiles, comparado con menos de un cuarto en los productos para adultos.
El 34 por ciento de los cereales infantiles cumplían con los estándares de nutrición para los alimentos comercializados en las escuelas, a diferencia del 56 por ciento de los cereales para adultos, informó el equipo.
Los padres que quieren darle a sus hijos cereales saludables deberían optar por las marcas que ofrecen 4 gramos de azúcar por porción (alrededor de una cucharada de té) o menos, recomendó Schwartz, y 4 gramos de fibra por porción de cereal.
Como psicóloga, Schwartz le recomienda a los padres de niños pequeños que "deben tomar una decisión y no apartarse de ella porque si se ceden una vez, lo lamentarán".
Publicado en el Journal of the American Dietetic Association, abril del 2008
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CONSULTA Y TALLER DE LACTANCIA MATERNA
Vean este interesante video sobre un taller de lactancia materna.
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ESTRATEGIAS PARA QUE MI HIJO COMA
Escuche el programa Crónicas de la Salud con este interesante tema.
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EXIGEN RETIRAR CAMPAÑAS DE COCA COLA Y PEPSICO DE LAS ESCUELAS COMO RESPUESTA A LAS INVESTIGACIONES DE LA SECRETARÍA DE SALUD
· El Poder del Consumidor ( EPC ) advierte que la SS no avanzará en el combate a la obesidad si basa sus políticas en la autoregulación de la industria, la experiencia lo demuestra. · EPC envía documento confidencial de Coca Cola a la Secretaria de Educación Pública para demostrarle que la campaña “Movimiento Bienestar” tiene por objetivo fortalecer la venta de los productos de Coca Cola entre los niños, más que promover la actividad física.
Para ser congruente con las “Recomendaciones sobre el Consumo de Bebidas para una Vida Saludable” (RCBVS) presentadas este lunes 25 de febrero por el Secretario de Salud, debe exigirse, para empezar, el retiro de las campañas “Movimiento Bienestar” de Coca Cola y “Vive Saludable” de Pepsico, de las escuelas, además de impedir que estas estrategias sigan siendo desarrolladas en los municipios marginados del país”, señalo El Poder del Consumidor.
La Secretaría de Salud es clara, a través de las RCBVS, en establecer que no deben ingerirse refrescos, reconociendo que representan la mayor ingesta calórica en la dieta, por lo cual, es una de las principales causas de la epidemia de obesidad en la población mexicana. Además, las recomendaciones establecen que no deben consumirse las bebidas light por preescolares y escolares. En relación a los jugos de frutas, se reitera la necesidad de aumentar el consumo de frutas, sin embargo, se advierte que el consumo de frutas en forma de jugo no es recomendable por la asimilación inmediata de sus azúcares, ya que la fruta ha perdido la fibra que permite que éstos se vayan liberando más lentamente. En el caso de jugos de fruta se recomienda no consumir más de 125 ml al día, si se consumen.
La Secretaría de Salud ha dado un paso fundamental en el combate a la epidemia de sobre peso y obesidad al dejar atrás el concepto impuesto por las empresas de que “no hay alimentos buenos o malos” para comenzar a señalar que hay alimentos y bebidas que no son recomendables para su consumo habitual y que si se consumen, sólo debe hacerse de manera esporádica.
El Poder del Consumidor ha demostrado públicamente, a través de un documento de Coca Cola, que el programa “Movimiento Bienestar” busca fortalecer el posicionamiento de los productos de esta empresa al interior de las escuelas, productos que no son recomendables de acuerdo a las RCBVS. El lanzamiento de “Movimiento Bienestar” el 27 de septiembre pasado, contó con el apoyo de la Secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, y como lo expresó el presidente de Coca Cola México James Robert Quincey el convenio que se firmó ese día permitiría llegar a más de 4 mil escuelas públicas y “beneficiando a un millón de niños”. EPC envío a la Secretaria de Educación Pública el documento de Coca Cola referido donde claramente se expone la intención de introducir sus productos a las escuelas a través de un programa que tiene por fachada la actividad física.
Tan sólo nueve días antes de la presentación de “Movimiento Bienestar” fue lanzado el programa de Pepsico “Vive Saludable Escuelas” con la presencia también de la Secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota. El programa patrocinado por el grupo Pepsico conformado por Gamesa-Quaker, Gatorade, Pepsi, Sabritas y Sonric´s ofrece un software que es instalado directamente en las escuelas y al cual no se tiene acceso público. El objetivo de este programa es llegar a más de un millón de niños.
El Poder del Consumidor recomienda llevar adelante las recomendaciones que presentó el pasado 10 de diciembre como parte de la Campaña Global contra los Refrescos (Global Dump Soft Drink Campaign*) lanzada por diversas organizaciones a escala internacional demandando: 1. Detener toda la publicidad dirigida a menores de 16 años de refrescos y bebidas endulzadas, 2. Prohibir la venta de refrescos y bebidas azucaradas en las escuelas públicas y privadas, 3. Prohibir el patrocinio por parte de estas marcas de cualquier tipo de actividad al interior de las escuelas, 4. Promocionar el consumo de agua.
“El Secretario de Salud ha sido claro en señalar el impacto negativo de la publicidad de comida chatarra sobre los niños, la necesidad de establecer un nuevo etiquetado que en verdad oriente a los consumidores, el impacto negativo de los refrescos y la necesidad de que las escuelas cuenten con bebederos de agua potable. Sin embargo, el Secretario espera llegar a un acuerdo con las empresas, promueve su autoregulación. Al respecto señalamos que la autoregulación de las empresas no es funcional. Los Estados Unidos son el mejor ejemplo del fracaso de la autoregulación. Es necesaria la regulación, aquello a lo que se oponen sistemáticamente las empresas” señaló Alejandro Calvillo.
*La Campaña Global contra los Refrescos (Global Dump Soft Drink Campaign) está integrada, entre otras organizaciones por el Center for Science in the Public Interest (Centro por la Ciencia de Interés Público), International Association of Consumer Food Organisations (Asociación Internacional de Organizaciones de Consumidores en Alimentos), Corporate Accountability International (Responsabilidad Corporativa Internacional), Safe Food International (Comida Sana Internacional), International Baby Food Action Network (Red Internacional de Acción en Alimentos para Bebes) y por El Poder del Consumidor A.C.
Para más información, llamar al 53384587, a al 0445523154210 o visitar www.elpoderdelconsumidor.org
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ETIQUETADO INGLÉS RECOMIENDA EVITAR EL CONSUMO DE LOS ALIMENTOS QUE SON PUBLICITADOS EN MÉXICO PARA NIÑOS
La calidad de los alimentos y bebidas publicitados para niños una de las principales causas de la epidemia de sobrepeso y obesidad
El Poder del Consumidor presentó una guía que clasifica a parte de los alimentos publicitados como sanos para los niños en México de acuerdo a la propuesta de etiquetado elaborada por la Agencia de Estándares en Alimentos del Reino Unido.
El resultado es que ninguno de los productos analizados es recomendable nutricionalmente.
La iniciativa forma parte de las actividades públicas desarrolladas por la Federación Mundial de Organizaciones de Consumidores, Consumers International (CI), con motivo del Día Mundial de los Derechos del Consumidor y que se dedica al impacto global de la publicidad de comida chatarra dirigida a niños.
La publicidad dirigida a niños ha sido señalada por la Organización Mundial de la Salud como una de las causas de la epidemia de sobrepeso y la obesidad a escala mundial. En nuestro país el sobrepeso y la obesidad en niños de 5 a 11 años de edad aumentó 40% en un periodo de tan sólo 7 años (1999-2006), colocándose México como la nación con el mayor crecimiento de este fenómeno en los últimos años.
El Poder del Consumidor (EPC) aplicó los criterios ingleses para la clasificación de productos que se publicitan como sanos para los niños en los siguientes productos: 16 cereales, 3 barras de cereal, 4 leches saborizadas y 4 jugos.
“Para elaborar esta guía, seleccionamos aquellos productos que se publicitan como sanos: cereales (16), barras de cereales (3), leches saborizadas (4) y jugos (4). De acuerdo a los resultados del etiquetado aplicado, ninguno de estos productos es recomendable nutricionalmente, de hecho, se recomienda no consumirlos. Por lo tanto, no debe de extrañarnos la confusión existente entre los consumidores y el consecuente deterioro de la salud en la población mexicana”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
EPC centró su atención en los cereales publicitados para niños al tratarse de productos presentados como sanos y que son promovidos para su consumo habitual en el desayuno y, ahora, en la cena. “Por el contenido de azúcar y la presencia dominante de harinas refinadas, estos productos tendrían que ser vistos como golosinas. Asi como los refrescos, las leches saborizadas y la mayor parte de los jugos embotellados, deben ser concebidos como caramelos líquidos.
Sin embargo, no son vistos ni concebidos de esta manera gracias a la publicidad que engaña a los consumidores y a los etiquetados que más que orientar , promueven malos hábitos alimenticios”, señaló el director de EPC.
El etiquetado inglés, conocido como semáforo, consiste en otorgar los colores verde, amarillo y rojo como indicador de la presencia baja, media o alta de azúcares, sal, grasas y grasas saturadas en cada producto. La presencia alta, el rojo, significa que el producto no debería consumirse, solo de manera esporádica; el color amarillo indica que el producto es recomendable pero no para su consumo habitual, y el color verde, que el producto es recomendable y puede consumirse de manera habitual.
El etiquetado inglés es reconocido como una de las mejores propuestas existentes, tanto por asociaciones de consumidores como por expertos. La preferencia de las asociaciones por este etiquetado se debe a que fue el resultado de evaluaciones realizadas durante años, de diversas opciones, directamente con consumidores. La mayor virtud es que permite, de manera rápida, “con un vistazo”, identificar características de un producto de acuerdo con los intereses del consumidor.
“Dos aspectos se desprenden de los resultados de esta guía: primero, los alimentos y bebidas que las empresas publicitan como sanos para niños en México, no son recomendables nutricionalmente y se sugiere no consumirlos; segundo, la información que se ofrece en el etiquetado de los alimentos y bebidas en México no sirve al consumidor. La conclusión es clara: México requiere, de manera urgente, el establecimiento de otro etiquetado que verdaderamente oriente al consumidor y debe decretarse la prohibición de la publicidad de comida chatarra dirigida a niños. Los legisladores y el ejecutivo no pueden dejar la salud pública en manos de las empresas que tienen por objetivo su crecimiento económico y rendir beneficios a sus accionistas. La salud pública es un interés colectivo y, por lo tanto, es responsabilidad del legislativo y el ejecutivo velar por él. Hasta ahora, no lo han hecho en referencia a la epidemia de sobrepeso y obesidad que vivimos en México”, señaló Alejandro Calvillo.
El Poder del Consumidor A.C. (EPC) es una organización independiente de partidos políticos, empresas y grupos religiosos. Su objetivo es la defensa de los derechos de los consumidores y la promoción de sus responsabilidades.. EPC es miembro de Consumers International y del Consejo Consultivo para el Consumo de la Procuraduría Federal del Consumidor. Para mayor información comunicarse a los tels. 53384587 y 0445523154210, consultar la página www.elpoderdelconsumidor.org
El Etiquetado Traffic Light- Semáforo
Establecido por la Agencia de Estándares en Alimentos del Reino Unido en Noviembre de 2007, el etiquetado de alimentos conocido como Traffic Light (semáforo) , fue el resultado de años de trabajo con consumidores. Esta labor incluyó la consulta con la industria procesadora de alimentos y la realización de varias evaluaciones ya entrado en operación.
De acuerdo a los consumidores, las mayo:
- Permite hacer una evaluación con “una sola mirada” - El uso sencillo y rápido permite evaluar todas las decisiones. - Da la oportunidad de que si el consumidor quiere más información, puede detenerse a obtenerla.
El semáforo tiene como objetivo brindar información fácil de leer a simple vista y útil para el consumidor sobre cuatro elementos que son fundamentales para regular la dieta. Por lo tanto, el semáforo ofrece:
. información separada en azucares, sal, grasas y grasas saturadas. . un código con los colores verde, amarillo y rojo
¿Cómo se establecieron los niveles para determinar los niveles bajos, medios y altos?
Las fronteras entre el color verde y el amarillo (bajo/medio) fueron determinadas por la Regulación Europea No 1924/2006 en Información en Nutrición y Salud que entró en vigor el 1 de julio de 2007.
Las fronteras entre el amarillo y el rojo (medio/alto) se basaron en las recomendaciones de DEL Comité sobre Aspectos Médicos en Política Ambiental (Committee on the Medical Aspects of Food Policy) y el Comité Científico Asesor en Nutrición (Scientific Advisory Committee on Nutrition) que asesoran al gobierno del Reino Unido para la grasa, la grasa saturada, los azucares y la sal.
El criterio para determinar el color de cada uno de estos cuatro elementos (azucares, sal, grasa y grasa saturada) ha sido establecido por la Agencia de Estándares en Alimentos en dos tablas, una para alimentos y otra para bebidas. En el caso de los alimentos se toma como relación la cantidad de cada uno de los cuatro elementos con 100 gramos del producto, y en el de las bebidas con 100 ml. El propósito es asegurar que una porción del producto, en el caso de las azucares y las grasas, que contribuya con el 30% o más del máximo recomendado de ingesta diaria para un adulto esté marcado con el color rojo. En el caso de la sal, el color rojo debe estar indicado cuando la porción alcance 40% o más de la ingesta diaria recomendada para un adulto.
Mención especial requieren los cereales previamente endulzados. La porción considerada por la Agencia de Estándares en Alimentos del Reino Unido para los cereales es más realista que la expresada en México por las empresas. Mientras en México la porción es de 30 gramos, en el Reino Unido va de 40 a 50 gramos. En el caso de las Zucaritas de Kellogg´s, esto significa una diferencia entre 12 gramos de azúcar por porción de 30 gramos y 16 gramos por porción de 40 gramos. Esto último equivale a más de tres cucharadas de azúcar por porción, además del almidón presente en la harina refinada, generándose un fuerte impacto glusémico en el organismo, tanto por la azúcar como por la harina refinada.
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LA SECRETARÍA DE SALUD LANZA SUGERENCIAS DE BEBIDAS SALUDABLES
Expertos buscan que mexicanos eviten líquidos que engordan
La leche entera, los jugos naturales, los atoles, los refrescos y el alcohol son bebidas con un alto contenido de calorías, que aumentan el riesgo de obesidad y diabetes en México, alertó un grupo de expertos nacionales e internacionales convocados por la Secretaría de Salud (Ssa).
Este grupo de científicos en nutrición y de enfermedades crónicas presentó ayer las “Recomendaciones sobre el consumo de bebidas para una vida saludable para la población mexicana”, que buscará frenar las tasas de obesidad y de diabetes tipo II en el país, que alcanzan cifras alarmantes en la literatura científica mundial.
José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud, explicó que existe un desbalance de la energía como resultado de la falta de actividad física y una alimentación con muchos aportes calóricos. De ahí, agregó, que la población ingiera más calorías y gaste menor cantidad de ellas.
Incluso, la población mexicana duplicó su proporción de energía obtenida por el consumo de diversas bebidas, al pasar de 100 calorías por día a 300 en tan sólo siete años.
El funcionario evidenció que 21% del consumo total energético de los adolescentes y los adultos proviene de las bebidas cuyo patrón de consumo es poco saludable. Lo ideal, explicaron los especialistas, debería ser un aporte calórico de 10%.
José Ángel Córdova aclaró que estas guías nutricionales no tratan de satanizar ningún alimento o bebida; “se trata de que el consumo sea reducido o moderado, ya que ninguna bebida es venenosa o tóxica”, afirmó.
Los especialistas en nutrición explicaron que los estudios sobre sensaciones de hambre y apetito muestran que los líquidos tienen menor capacidad para producir saciedad que los alimentos sólidos.
Lo que sugiere que la ingestión de energía a partir de bebidas no se acompaña de regulación eficiente del apetito, lo que contribuye al aumento de peso.
El grupo de expertos de la Secretaría de Salud clasificó en seis niveles, de más a menos saludable, los diferentes tipos de bebidas.
Al respecto, el coordinador del Comité de Expertos, Juan Rivera, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), explicó que entre las recomendaciones a la población es que el agua natural debe consumirse entre seis y ocho vasos diarios, porque además de ser necesaria para el metabolismo proporciona calcio, magnesio y fluoruro.
También, dijo, es recomendable consumir al día uno o dos vasos de leche semidescremada y bebidas de soya sin azúcar adicional, porque son fuente de calcio y vitamina D, así como de proteína.
Del café y té, explicó Juan Rivera, del Instituto Nacional de Salud Pública, podrán tomarse hasta cuatro tazas al día pero sin azúcar, y en el caso de las mujeres embarazadas hasta tres, porque su alto consumo aumenta el riesgo de aborto o provoca bajo peso del producto.
De las bebidas no calóricas con edulcorantes artificiales, como son los refrescos de dieta, aguas con vitaminas, bebidas energizantes y dietéticas, deben tomarse sólo dos vasos al día, y solamente adultos, “no niños en edad preescolar y escolares, porque es preocupante que se acostumbren a este sabor dulce”, aclaró.
Lo menos recomendable son las bebidas con alto valor calórico y beneficios a la salud limitados como lo son la leche entera, que por sus efectos de grasa saturada pueden provocar riesgo de enfermedades cardiovasculares; los jugos de frutas, “porque al licuarlos se duplica el nivel de azúcar” o las bebidas deportivas y las alcohólicas, las cuales deben consumirse sólo medio vaso al día, de así desearlo o de preferencia ninguno.
En el caso de la leche entera, no se recomienda su consumo en niños menores de un año, ni en personas mayores de dos años.
Y lo que debe evitarse beber totalmente, de acuerdo con los expertos, son los refrescos y aguas de sabores hechas en casa, y si se consumen éstas últimas debe procurarse no hacerlas muy dulces o de preferencia comer las rebanadas de fruta entera.
En esta reunión, también se hizo énfasis de que los desayunos escolares que promueve la Secretaría de Desarrollo Social deben cambiar, ya que contienen una alta ingesta de calorías, y sólo deben permanecer en zonas de alta marginación donde aún hay desnutrición.
El secretario de Salud informó que todas estas recomendaciones se distribuirán en escuelas, oficinas de gobierno y se hará una amplia campaña de difusión con la finalidad de que toda la población (padres de familia, médicos y maestros) las conozca y las aplique
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EL PESO INFANTIL PREDECIRÍA RIESGO CARDIACO Y DIABETES EN EL FUTURO
Los niños que superan los límites considerados saludables de circunferencia de cintura e índice de masa corporal (IMC) correrían riesgo de sufrir síndrome metabólico en la edad adulta.
En cambio, los chicos que están por debajo de esos límites promedio, tendrían una gran ventaja de por vida, ya que "se puede predecir que no desarrollarán síndrome metabólico en la adultez", dijo la doctora Shumei S. Sun a Reuters Health.
El síndrome metabólico aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
Está formado por un conjunto de factores, como obesidad, hipertensión, glucosa elevada, gran cantidad de moléculas de grasa en la sangre (triglicéridos) y bajos niveles de lipoproteínas de alta densidad o "colesterol bueno", según Sun, de la Virginia Commonwealth University, en Richmond.
Los niños con una circunferencia de cintura promedio según las guías de crecimiento de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC) y los chicos y adolescentes con IMC por debajo de ese promedio no serán propensos a desarrollar síndrome metabólico en la edad adulta, afirmó el equipo.
El IMC es la relación entre la estatura y el peso.
En cambio, un tamaño de cintura y un IMC por encima del promedio sugiere que los chicos corren riesgo significativamente elevado de desarrollar síndrome metabólico en la adultez, escribieron los autores en Journal of Pediatrics.
El equipo de Sun, que trabajaba en la Wright State University al momento de realizar el estudio, analizó el tamaño de la circunferencia de cintura y el IMC de 743 personas a las que se había medido desde el nacimiento y que participaban en el Estudio Longitudinal FELS.
Los investigadores establecieron las edades de los participantes en el momento en que las medidas los dividieron en adultos con y sin síndrome metabólico. Entre los hombres, esto comenzó a los 6 años, mientras que en las mujeres, a los 13.
Una vez que las mediciones comenzaron a diferenciarse, siguieron aumentando por separado en el tiempo, informaron los autores.
El riesgo de desarrollar síndrome metabólico en la edad adulta fue entre 1,4 y 1,9 veces mayor en los varones y entre 0,8 y 2,8 veces más alto en las mujeres con elevado IMC.
El aumento del riesgo en el caso de la circunferencia de cintura fue entre 2,5 y 31,4 veces para los varones y entre 1,7 y 2,5 veces para las mujeres.
"La circunferencia de cintura sería un indicador más confiable", dijo Sun, dado que proporciona una estimación más cercana a la realidad del nivel de grasa corporal.
El equipo sugiere que los pediatras les midan a sus pacientes la cintura como parte del control anual de los niños para identificar a los que necesitan prevención.
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QUERIDO, ESTAMOS MATANDO A LOS NIÑOS
Libro creado para ir de la mano con la serie Televisiva llamada Honey We Are Killing the Kids, en la que los padres de niños con sobrepeso observan el futuro nutricional de sus hijos, es decir, mediante computadoras hacen una proyección de cómo serán físicamente los niños a los 40 años, generando una serie de emociones encontradas en los padres, a quienes se les propone la oportunidad de generar un cambio en el estado nutricional de sus hijos.
Vea el impresionante video en el siguiente link:
http://www.alertanutricional.org/estamos_matando_a_los_ninos.htm
Conozca más sobre la autora Kristina Murrin, psicóloga y especialista en marketing, creadora de este exitoso programa. (link con información en inglés, verá también un video)
http://www.firstartist.co.uk/client.asp?nm=kristinamurrin
El programa se produce por el canal TLC de Discovery conducido por la doctora y nutricionista Lisa Hark tiene más de 20 años de experiencia en consejeria nutricional, y por la nutricionista Felicia Stoler.
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Reportaje de la BBC de Londres (inglés)
El peso de los niños (traducción google)
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SI SU HIJO NO QUIERE COMER: NO LE DÉ PEDIASURE
Desde hace un tiempo se puede ver en la televisión por cable, la publicidad del producto Pediasure dirigido a los padres de niños que no quieren comer su comida. Este comercial dista de ser un espacio de información adecuada para los padres, al ser parcializada y recomendar acostumbrar a un niño a ingerir alimento artificial como si fuese la solución a los problemas de alimentación.
El objetivo inicial de Pediasure fue brindar alimentación líquida a los niños, que por alguna razón médica no podían masticar alimentos y deben hasta la actualidad, dárselos por una sonda naso-gástrica (de la nariz al estómago) o por una cañita, para poder alimentarlos; para esta función inicial es correcto su uso, pero todos los demás niños del planeta que no tienen problemas de masticación, no tienen porqué tomarlo y menos reemplazarlo por las comidas que deben ingerir diariamente.
Apetito de los niños.- El hecho de que los niños pierdan el apetito se debe a muchos factores, los más comunes son, por que comen golosinas, galletas, caramelos, etc antes de las comidas, motivo por el cual llegan inapetentes a las mismas. Los niños entre 2 y 5 años tienen un menor grado de crecimiento, por ello su apetito es menor, esto no debe alarmar a los padres, es normal.
Los niños no tienen un patrón uniforme de alimentación como los adultos, algunos días tienen poco apetito y comen poco, y otros días comerán mucho más cantidad, ellos se regulan solos. Es importante tener opciones nutritivas para los momentos en que sientan hambre, como a media mañana y media tarde, como frutas, huevos duros, barritas de cereales, pop corn, no brindar alimentos con calorías vacías y con una extrema cantidad de azúcar, denominados “chatarra” como golosinas, galletas con cremas, hojuelas fritas, leche chocolatada, helados entre otros. Otro aspecto a tomar en cuenta es que los niños no comen las mismas cantidades que los adultos, obviamente requieren cantidades mucho menores, por ello no se debe comparar su plato con el de un adulto.
Algunos niños, efectivamente, comen poco o se pueden pasar medio día o un día sin comer, y los padres con toda razón se alarman por este hecho, sobre todo si es cotidiano. Habrá que hacer un análisis de la alimentación para ver si es que el niño o la niña consumen golosinas o galletas antes de las comidas principales. Muchas veces esta actitud (la de no comer) es utilizada como medio para llamar la atención de los padres, o para demostrar enojo o descontento por alguna situación familiar, también puede ser una relación defensiva del niño que se siente sumamente controlado, según la psicóloga Gil. Se deben analizar bien estas circunstancias para poder corregir y dar solución a los problemas de alimentación de los niños.
Cómo aprenden los niños.- Los niños aprenden por imitación, si la familia consume los alimentos con gusto y no hace referencias negativas a los mismos, los niños tendrán una relación adecuada con los alimentos, pero darles pediasure en vez de un plato de comida es un franco retroceso en el objetivo de intentar darles una buena alimentación a los niños. Se debe tratar de entender las motivaciones alimenticias de los niños, ir indagando sobre sus gustos y respetarlos, estos varían con rapidez, lo que no les gustó ayer les agradara dentro de unas semanas, chequear, (si es que los padres no comen con los niños), si la comida que preparan en casa es agradable.
Un aspecto importante que los padres deben tener en cuenta es que no tienen que comer nada que les genere malestar, nauseas o rechazo, como por ejemplo, muchos niños intolerantes a la lactosa son obligados a tomar leche, esto es bastante común y totalmente innecesario, lo considero una maldad.
Muchos padres por querer asegurar la ingesta de determinado alimento, que consideran indispensable, irrespetan al niño cuando lo obliga a consumirlo. Debe saber que los alimentos afectan a cada persona de distinta manera, como dice el dicho “mi alimento puede ser tu veneno”. No se puede generalizar y hay que desmitificar a muchos alimentos. Muchos niños pasan por algunas etapas de monotonía alimenticia, esto no es malo mientras consuman comida de “casa” por ejemplo: pollo a la plancha o huevo frito (proteínas) con arroz (carbohidratos), llegará un momento en el que se aburrirán y cambiaran o aumentarán algún alimento. En casa se puede incentivar el preparar nuevos alimentos y darles a probar pequeñas porciones, o al menos que vean a los demás consumirlos. Recuerde que la mayoría de las veces la actitud de los niños hacia la alimentación es un reflejo de la de los padres, no haga alusiones negativas a los alimentos, deje que ellos no se vean influenciados por sus gustos o costumbres negativas hacia ellos.
Algunas estrategias.- Explíquele a los niños las ventajas de los alimentos naturales como las frutas, vegetales, pescados, alimentos integrales, dígales que estos los harán crecer, que las frutas son golosinas saludables, que brindan energía, vitaminas, relaciónelos con deportistas quienes llevan una alimentación balanceada, por ejemplo. También explíqueles las desventajas del consumo de golosinas y comida chatarra, ya que los podrá gordos no les proporcionarán vitaminas, minerales, proteínas para crecer y ser saludables. Ellos a pesar de su corta edad comprenden muy bien, y esto los ayuda a hacer mejores elecciones de alimentación, generando niños sanos, evitando la obesidad, se sorprenderá de los resultados.
No se debe obligar a los niños a comer si no tienen hambre. La comida no consumida se debe refrigerar y volver a calentar dentro de una hora, lapso de tiempo en el que los niños no deben ingerir otros alimentos para evitar la falta de apetito. No castigue ni grite al niño si no termina la comida o si no come, analice los motivos que lo llevan a tener tal actitud.
No se deje llevar por las opciones comerciales de alimentación que invaden la televisión y la vía pública, como nuggets, hamburguesas, Kentucky, papas fritas, golosinas, galletas, helados, Pediasure, leche chocolatada, mientras menos tiempo pasen los niños frente a la TV mejor para ellos y su alimentación, lo ideal es que tengan actividades deportivas o educativas luego de la escuela, esto también influye positivamente en el apetito de los niños y están menos expuestos a la información parcializada y negativa para la salud que invade los programas para niños y padres en la TV.
Mg.Geraldine Maurer Nutricionista
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Comentario:
Este interesante artículo de una especialista en nutrición infantil, confirma lo que a diario vemos los pediatras en el consultorio: madres que llevan a sus hijos a consulta porque su hijo no quiere comer, pero por otra parte están sanos, y al revisarlos muchos de ellos tienen sobrepeso u obesidad. En muchas ocasiones la actitud que toman los padres ante el niño que no come, resulta contraproducente, y lo único que logran es que no quiera comer en casa los alimentos sanos, pero que en la escuela u otros lugares busque comer “alimentos basura o chatarra”. Muchas madres piensan: si mi hijo no come, por lo menos que beba mucha leche, o le agregan suplementos vitamínicos y proteínicos adicionados, colorantes y aditivos y que proporcionan exceso de calorías, (como el Pediasure) y lo que logran es prolongar el tiempo que el niño permanece sin comer. Es importante que los padres entiendan que la primera regla para comer es tener hambre y si el niño se la pasa comiendo entre las horas de las comidas, o si le dan suplementos agregados a la leche, estarán inhibiendo el apetito. Como menciona la Nutrióloga en su artículo, este tipo de productos fueron diseñados para alimentar al paciente enfermo, y para sustituir el contenido nutritivo de una alimentación al niño que por su enfermedad no puede ingerir o masticar alimentos.
Recuerden, estamos invadidos por publicidad engañosa en los medios de comunicación por lo que hay que informarse con los expertos en niños y en nutrición antes de darles a los niños sanos este tipo de productos.
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LA IMPORTANCIA DE DISMINUIR EL TAMAÑO DE LA RACIÓN DE ALIMENTO
Investigadores hallaron que aún cuando los chicos de 5 años no terminaban las porciones pequeñas de varios platos, comían más cuando recibían una porción doble. Los resultados publicados en American Journal of Clinical Nutrition coinciden con la evidencia de que las porciones grandes favorecen el consumo excesivo de comida. Expertos apuntaron a las porciones generosas de la industria alimentaria como uno de los factores que influyen en el problema de la obesidad en los Estados Unidos.
Y algunos estudios en el laboratorio de nutrición demostraron que los adultos y los niños tienden a comer más cuando las porciones son grandes. El estudio, dirigido por la doctora Jennifer O. Fisher, del Baylor College of Medicine, en Houston, incluyó 59 niños afroamericanos e hispanos de bajos recursos, grupos en riesgo de obesidad. Los niños y sus madres pasaron dos días en el Centro de Investigación en Nutrición Infantil de Baylor, donde se controló el consumo calórico diario.
Un día, las madres y los niños recibieron porciones normales de comida y "snacks"; al día siguiente, comían lo mismo, pero la porción del plato principal de cada comida era doble e incluía macarrón con queso en el almuerzo y pollo en la cena. La merienda también tenía tamaño doble. El equipo dirigido por Fisher halló que cuando los niños recibían las porciones dobles, comían unas 180 calorías diarias más de esos alimentos. Sí comían menos alimentos en porciones reducidas, pero esto no compensaba las calorías adicionales. El mismo patrón se observó en las madres, pero el efecto fue aún mayor en sus hijos, que comían un 12 por ciento más de calorías el día "de porción abundante", comparado con el 6 por ciento más que comían las madres. Es improbable que los niños comieran más el día que recibían la porción abundante porque las porciones pequeñas eran demasiado pequeñas, indicaron los autores. Y señalan que los niños comían menos de dos tercios de esas porciones.
Los resultados sugieren que las porciones abundantes favorecen un entorno alimentario que promueve la obesidad alrededor de muchos niños en los Estados Unidos. Y concluyen que se necesitan estudios de largo plazo para conocer si el tamaño de las porciones está directamente relacionado con el riesgo de obesidad infantil.
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Publicado en la revista Tha American Journal of Clinical Nutrition.
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SI LA MADRE ESTÁ ESTRESADA, BAJA LA PRODUCCIÓN DE LECHE MATERNA
La doctora Marta Castells, farmacéutica y experta en alimentación, explica que la leche materna no se almacena en los pechos, sino que la va produciendo el bebé a medida que va succionando. Si la madre está nerviosa o estresada, el niño lo nota y la producción de la leche materna baja.
La madre que amamanta con leche materna puede saber si el bebé ha tenido suficiente leche en cada toma comprobando si se le nota tranquilo y satisfecho, si va ganando peso de manera correcta y duerme bien.
La leche es el único alimento y el más completo para un bebé de entre 4 y 6 meses de vida. En esa fase de transición, entre los 4 y 6 meses, es cuando debe empezar a introducirse la alimentación complementaria. Durante el primer año de vida no se puede administrar leche de vaca. Los preparados especiales que existen están elaborados a partir de esa sustancia, pero están muy modificados para que puedan ser bien tolerados por los niños.
Escuchar la entrevista a la Dra. Marta Castells(audio MP3)
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MÉXICO: EL PARAÍSO DE LA COMIDA CHATARRA
"La principal causa de diabetes es el sobrepeso y la obesidad. En México hay 10 millones de diabéticos. La diabetes es la principal causa de muerte en el país."
"Las principales causas del sobrepeso y la obesidad son la comida chatarra y la falta de actividad física"
"En México el consumo de refrescos aumentó un 60% en los últimos 14 años y bajó en 30% en consumo de frutas y verduras"
"En México no existe regulación a la publicidad de la comida chatarra, se vende en escuelas y no existe información en las etiquetas acerca del riesgo que significa su consumo"
México se ha convertido en el paraíso para empresas procesadoras de alimentos de bajo o nulo valor alimenticio, conocidos popularmente como “comida chatarra”. En consecuencia, los cambios en los hábitos alimenticios en México han sido radicales. En las familias más pobres del país el consumo de refrescos se ha incrementado en 60% y en las más ricas en 45%, en los últimos 14 años. Y lo más dramático, el consumo de frutas y verduras bajo un 30% en ese periodo (1). Por su parte las empresas alcanzan ventas formidables, Coca Cola realiza el 11% de sus ventas mundiales en México. Los datos oficiales muestran una situación fuera de control. Entre los niños de 5 a 11 años el sobrepeso y la obesidad creció un 40% en los últimos 7 años y en ese mismo periodo la circunferencia promedio de las mujeres en edad fértil aumentó 10 centímetros. Entre los mayores de 20 años, 71.9% de las mujeres (alrededor de 24,910,507) y 66.7% de los hombres (alrededor de 16,231,820) tienen sobrepeso u obesidad. Uno de cada tres hombres y mujeres adolescentes tiene sobrepeso u obesidad (2). Paralelamente, la diabetes tuvo un crecimiento del 3% anual. De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública el costo para el sector salud del tratamiento de la diabetes es superior a los 3 mil millones de pesos. La Comisión Mexicana sobre Macroeconomía y Salud señala que los costos indirectos son 6.6 veces mayores que los costos de tratamiento, es decir de cerca de 20 mil millones de pesos (3).
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006, después de exponer el grave panorama del sobrepeso y la obesidad en México indica que “Los resultados señalan la urgencia de aplicar medidas conducentes a la prevención de la obesidad en los escolares” y “El aumento de la prevalencia de obesidad en los últimos siete años en México es alarmante, ya que ocurre en todos los grupos de edad. Es urgente aplicar estrategias y programas dirigidos a la prevención y control de la obesidad del niño, el adolescente y el adulto”. El Informe Salud 200-2005 de la Secretaría de Salud señala “La magnitud que ha alcanzado este problema permite calificar la situación de la obesidad en México como una epidemia que requiere de acciones inmediatas como la promoción a nivel poblacional de la actividad física y restricciones al consumo de alimentos de calidad nutricional inadecuada en escuelas y oficinas”. Se concluye en la necesidad de realizar “programas de prevención y control” y regulaciones para “restringir el consumo de alimentos de calidad inadecuada en escuelas y oficinas”.
Por otro lado tenemos a las empresas. ConMéxico, que agrupa, entre otras, a las empresas procesadoras de alimentos, en su Informe de Actividades 2006 establece : “Los conceptos de “alimentos chatarra” y “alimentos de bajo y nulo valor nutricional” son subjetivos y discrecionales” y “CONMÉXICO se ha manifestado claramente en contra de cualquier tipo de acción para prohibir la venta o consumo en las escuelas de “alimentos de bajo o nulo valor nutricional”.
Sin información en las etiquetas de estos productos sobre los riesgos que significa su consumo frecuente; sin regulaciones a su publicidad y, en especial, la que dirigen a los niños; sin restricciones a la venta de estos productos que se convierten en los más accesibles (desde los grandes centros comerciales hasta las comunidades más pobres) de manera especial en las escuelas, oficinas y hospitales; sin campañas gubernamentales que promuevan hábitos alimenticios sanos señalando se manera clara cuáles son los productos que deben consumirse menos; en México lo que prevalece es un ambiente obesigénico con muy graves consecuencias para la salud de millones de personas, para la economía del país y de millones de familias.
“Obesity and nutrition-related chronic disease in middle income countries: the case of México”. Dr. Simon Barquera, Dr. Mario Flores. Artículo aparecido en “Understanding and Overcoming Obesity: The need for action”. Decision Media, Conference of Montreal. Health Decision Series. Edited by Gil Rémillard. 2004.
Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006, Secretaría de Salud.
Macroeconomía y Salud. Invertir en salud para el desarrollo económico. Comisión Mexicana sobre Macroeconomía y Salud. Fondo de Cultura Económica, 2006.
Lea también "Contra la obesidad y sus consecuencias. Por una alimentación sana"
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CONSUMO DE REFRESCOS Y OBESIDAD. ¿SABÍA UD QUE....
¿Sabía usted que una botella de refresco o soda de 360 ml (12 onzas) contiene aproximadamente 10 cucharadas de azúcar y 150 calorías ?. Beber una sola botella o lata de refresco al día aumenta a los niños el riesgo de presentar obesidad en un 60 por ciento.
Fuente: American Academic of Pediatrics
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LAS BARRITAS DE CEREAL
Saber elegir adecuadamente los alimentos es esencial para estar sanos. Si un alimento se pone de moda (como las barritas de cereal) es conveniente informarse con un profesional para saber si es beneficioso o no incluirlo en nuestra alimentación, además de cómo y con qué frecuencia hacerlo.
Últimamente se ha puesto muy de moda la utilización de las barritas de cereal como alternativa para resolver algunas comidas del día. Lo importante es que no deben utilizarse para reemplazar cotidianamente el almuerzo y la cena. Como colación o como suplemento energético son perfectas, pero no para reemplazar comidas.
Alrededor de este alimento se han creado algunos mitos. Ciertas personas les tienen desconfianza, otras piensan que no aportan nada de calorías y entonces las consumen en exceso, y otras (las más acertadas) las utilizan en compañía de otros alimentos en el desayuno, merienda o como colación.
Las barritas de cereal nacieron como suplemento energético para los deportistas, pero su aceptación en el público en general hizo que los fabricantes hicieran otras versiones menos energéticas e incluso de bajas calorías.
Ingredientes: contienen cereales (trigo, avena, maíz, arroz, cebada o centeno). Su excelente aporte energético está dado por su contenido en hidratos de carbono, además de aportar fibras, muy pocas grasas de tipo insaturadas e incluso en la actualidad hay versiones sin grasas trans. Vitaminas del grupo B, hierro, magnesio, fósforo y potasio. Otros ingredientes son las frutas secas (almendras, maníes), semillas (sésamo), frutas deshidratadas (durazno, damasco, manzana, ciruelas y pasas de uva), frutos del bosque desecados (frutillas, frambuesas, cerezas, moras), cáscara de naranja, chocolate, coco, miel, yogur, leche y salvado de trigo y avena.
Ante esta enorme variedad, ¿cuál debemos elegir? Para esto es necesario leer las etiquetas, verificar qué ingredientes contienen y las proporciones de los mismos. Las más recomendables son las que contienen frutas deshidratadas, soja, yogur, semillas, leche y salvado. Esto no significa de ninguna manera que hay que descartar las restantes. Es importante tener claro para qué las utilizamos, y de acuerdo a esto es la selección.
Para los deportistas se recomienda utilizar las barritas con alto contenido en proteínas, azúcar, miel y pocas fibras, que aportan aproximadamente entre 200 y 300 calorías por unidad.
Para las personas que tienen que bajar de peso recomendamos las versiones “ligth” (sin azúcar y con más fibras), que son adecuadas ya que aportan casi la mitad de calorías (60 – 70 cal.) que las comunes, las cuales pesan 23 gr. y están entre las 100 y las 120 calorías cada una.
Hay muchas personas con trastornos del aparato digestivo que por lo general las toleran muy poco. Las personas con diabetes deben manejarse con mucha precaución, deben elegir las barritas sin azúcar y preferentemente las que son a base de avena o salvado de avena. Son útiles y están aconsejadas para las personas que padecen de constipación, especialmente las que aportan salvado de trigo y/o ciruelas. Con respecto a los niños, desde ya son preferibles las barritas a cualquier otra variante de alfajores, galletitas o golosinas.
Las barritas de cereal, a diferencia de muchos otros alimentos, tienen una información nutricional muy completa en las etiquetas. Por eso, es muy importante leerlas y comparar con otras variedades y marcas.
Comentario: Considero que entre las golosinas que habitualmente utilizan los niños, una barrita de cereal puede ser una opción nutricionalmente válida, en especial frente a tantos otros productos de su clase, los que en general tienen una alta concentración de grasa, azúcar o sal.
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DENUNCIAN A NESTLÉ Y KELLOGG'S POR ENGAÑAR Y MANIPULAR A LOS NIÑOS, DETERIORANDO SUS HÁBITOS ALIMENTICIOS
· Se solicita aplicar la mayor sanción contra Nestlé por publicitar en contra del consumo de alimentos naturales. · Kellogg´s reincide en publicidad engañosa.
Las empresas Nestlé y Kellogg´s han sido denunciadas por la asociación civil El poder del Consumidor por mantener campañas publicitarias de alimentos procesados dirigidas a niños que violan la legislación que protege la salud y a los consumidores de México, haciéndolos caer en el engaño y deteriorando sus hábitos alimenticios. “La trascendencia de estas denuncias reside en que la publicidad dirigida a niños, de este tipo de alimentos procesados, como lo establece la Organización Mundial de la Salud, es uno de los factores que contribuye a la epidemia de sobrepeso y obesidad en la infancia”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor (EPC).
Leer el Boletín completo publicado por el Poder del Consumidor
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ADITIVO EN LAS PALOMITAS PARA HORNO DE MICROONDAS CAUSA DAÑOS EN LOS PULMONES
El aditivo llamado diacetyl, utilizado para dar el sabor a mantequilla a las palomitas empacadas para horno de microondas, puede estar causando daños en los pulmones de los consumidores y, por lo pronto, las mayores empresas productoras de los Estados Unidos anuncian retirarlo. El producto que se comercializa en México proviene de estas empresas y contiene el aditivo denunciado por sus efectos en salud.
Diacetyl y efectos en pulmones
Se había demostrado que el diacetyl estaba afectando la salud de los trabajadores que laboran en las fábricas que producen este saborizante. Los propietarios de estas empresas han tenido que pagar 100 millones de dólares en los pasados 5 años para enfrentar los juicios de los trabajadores afectados por la exposición a este aditivo.
Recientemente se presentó evidencia muy sólida en el sentido de que un consumidor que ingería 2 paquetes de palomitas para microondas cada día, había desarrollado deficiencia en su capacidad pulmonar, presentando síntomas similares a los de los trabajadores que laboran en las fábricas que producen el diacetyl.
El caso expuesto por la especialista, Dra. Cecile Rose, del Denver´s Nacional Jewish Medical and Research Center llamó la atención de la Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Medicamentos) de los Estados Unidos. La FDA declaró que está considerando la regulación del diacetyl. Los principales fabricantes han reaccionado: Weaver Popcorn, ConAgra Foods, General Mills y la American Pop Corn Company anunciaron que reemplazaran el diacetyl.
Por su parte, el Congreso de los Estados Unidos está considerando implementar una legislación que establezca medidas de seguridad para los trabajadores que entran en contacto con el diacetyl.
“El diacetyl es sólo uno de los miles de aditivos que se han incorporado en los alimentos industrialmente procesados sin que exista una evaluación imparcial sobre sus riesgos. Desde los años 1990, la evaluación sobre los riesgos de los aditivos – colorantes, saborizantes, conservadores, endulzantes,etc -se ha dejado a las propias empresas. Sin duda, el efecto sinérgico de estos aditivos, es decir, el efecto de la suma a la exposición de todos estos químicos, es uno de los principales problemas de salud que enfrentamos. Por lo pronto, se está demostrando que afecta el comportamiento de los niños”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, A.C.
Calvillo agregó, “Lo más grave es que en México los ciudadanos, los consumidores, no recibimos ningún tipo de orientación nutricional, ésta es el resultado de la caótica, invasiva, antiética y desregulada publicidad que confunde a la población llevándola a hábitos de alimentación nocivos y que se expresan en que seamos el segundo país con sobrepeso y obesidad a nivel mundial”, señaló Alejandro Calvillo, Director de El Poder del Consumidor, A.C.
Para más información, llamar al (52)-(55) 53384587, a al (044)(55) 23154210 o visitar http://www.elpoderdelconsumidor.org/
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LA CRECIENTE OBESIDAD INFANTIL PODRÍA DAR LUGAR A LA PRIMERA GENERACIÓN DE HIJOS QUE VIVA MENOS QUE SUS PADRES
El aumento de la obesidad infantil y los problemas cardiovasculares que se derivan de ella desde edades "cada vez más tempranas" puede provocar que los niños de hoy se conviertan en la primera generación de hijos que viva menos que sus padres, según afirmó el profesor de Epidemiología de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), Jay Olshansky, en el marco de un encuentro de medios organizado por General Electric Healthcare en Berlín (Alemania).
Este experto destacó que si no se tuvieran en cuenta el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, la esperanza media de vida sería de 86,4 años en hombres y de 94,1 en mujeres, cifras que quedan "muy lejos de los datos actuales y rebajan la esperanza de vida real", ya que estas patologías afectan a un importante porcentaje de la población.
A esto se añade la creciente epidemia que se está acercando "con forma de tormenta tropical" a los países industrializados como Estados Unidos o incluso España, donde más de un 30% de los menores de 12 años padecen sobrepeso y casi un 10% son obesos.
Precisamente es esta temprana aparición del sobrepeso en los niños lo que podría propiciar el "cambio en el ritmo de la teoría de la evolución", ya que las consecuencias son muy variadas, desde hipertensión, hipercolesterolemia o diabetes. Como ejemplo, destacó que el sistema cardiovascular de un niño con diabético tipo 2 equivale al de un hombre de 41 a 59 años de media, "con el riesgo para la salud que esto conlleva", apuntó.
El motivo de esta creciente obesidad, a su juicio, está relacionado con la amplia oferta de alimentos y el alto contenido porcentaje de calorías que aportan al organismo. La base nutricional ha cambiado y el ser humano necesita de unas condiciones adecuadas para que el organismo pueda mantenerse funcionando con independencia de las enfermedades que pueda sufrir.
Además, "la alimentación saludable y variada ha dejado paso a las grandes estrategias comerciales", de ahí que insistiera en la necesidad de que los estados intervengan en estos aspectos. "Es obvio que el modo de hacerlo no es fácil, pero es que incluso hay países que ni siquiera comprenden la magnitud de lo que se les viene encima".
Otro aspecto que influye en este aumento de la obesidad sería el cambio de estilo de vida en los países desarrollados, como destacó el profesor de Pediatría de la Universidad de Munich, Berthold Koletzko, quien insistió que el mayor sedentarismo y la falta de ejercicio físico causan efectos "muy nocivos" para su salud.
Para paliar esta situación, este experto propone una estrategia preventiva que debe contar con el papel "fundamental" de padres y educadores, de modo que desde edades tempranas se ofrezcan alternativas de ocio y hábitos "diferentes y saludables".
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LAS COMIDAS EN FAMILIA FOMENTAN HÁBITOS ALIMENTARIOS MÁS SANOS.
Un estudio encuentra que la rutina ayuda a los adolescentes a hacer tomar mejores decisiones alimentarias como adultos
Es más probable que los adolescentes que comen con sus familias regularmente consuman frutas y verduras cuando son adultos jóvenes, según muestra un estudio reciente. Estos adolescentes también tienden a beber menos gaseosas en su adultez, según encontró el estudio.
En un informe que aparece en el Journal of the American Dietetic Association, investigadores de la Universidad de Minnesota encuestaron a más de 1,500 estudiantes una vez durante la secundaria y una vez más a los 20 años sobre sus dietas, comidas sociales, estructura de las comidas y frecuencia de las mismas.
La encuesta incluía preguntas sobre con qué frecuencia la familia comía junta, cuánto disfrutaban de comer con su familia, si comían de prisa y con qué frecuencia comían desayuno, almuerzo y cena.
Fue más probable que los adolescentes que informaron comer en familia informaran sobre comer fruta, verduras de color verde oscuro y naranja, y nutrientes claves, así como que tomaran menos gaseosas. Mientras más frecuentemente comían en familia en la adolescencia, más probable era que comieran la cena como adultos, le dieran mayor prioridad a las comidas estructuradas y a las comidas sociales.
Para las mujeres, comer en familia durante la adolescencia conllevaba un consumo diario de calcio, magnesio, potasio, vitamina B6 y fibra significativamente más alto en la adultez. Entre los hombres, comer en familia durante la adolescencia lograba un mayor consumo de calcio, magnesio, potasio y fibra en la adultez.
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Estudio publicado en el Journal of American Dietetic Association
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UNA BUENA DIETA INFANTIL
El preparar la comida diaria puede llegar a ser un rompecabezas para las madres, pues además de decidirse por un determinado plato que guste a todos, debe poner sobre la mesa alimentos nutritivos
El preparar la comida diaria puede llegar a ser un rompecabezas para las madres, pues además de decidirse por un determinado plato que guste a todos, debe poner sobre la mesa alimentos nutritivos, sobre todo para los niños que se encuentran en pleno desarrollo físico y mental.
La Junior League de México, dedicada a apoyar la buena alimentación infantil, explica que una buena nutrición requiere que la ingestión de energía sea balanceada con su consumo, ya que cualquier distorsión es perjudicial. Una ingestión menor de carbohidratos produce agotamiento y desnutrición, mientras que una superior a la deman-dada por el organismo causa acumulación y, por lo tanto, sobrepeso y obesidad.
Estos expertos ofrecen una guía básica para una dieta sana del niño:
• Completa. Que contenga de todos los grupos de alimentos. • Equilibrada. Proporciones apropiadas entre sí. • Inocua. Que su consumo habitual no implique riesgos para la salud. • Suficiente. Que cubra las necesidades de todos los nutrimentos. • Variada. Que incluya diferentes alimentos de cada grupo en las comidas. • Adecuada. Que esté acorde con los gustos y la cultura de quien la consume y se ajuste a sus recursos económicos.
Ases sobre la mesa
Como aperitivo, dicen los expertos, la gente debe tener en mente que una alimentación apropiada es ba-se para conservar la salud y evi-tar males como sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiacas, vasculares y otras que tienen un gran impacto en el organismo, como la diabetes.
Cosas importantes que hay que saber para comer bien:
1. Frutas y verduras. Están compuestos de carbohidratos complejos y agua, y son importantes fuentes de fibra y vitaminas. Proporcionan vitamina A, C y E, que desempeñan la función de antioxidante. Comer diario al menos cinco frutas y verduras, de diferentes colores y con cáscara o crudas.
2. Los cereales son la principal fuente de energía, representan entre 55% y 60% del total de las calorías. Proporcionan carbohidratos, vitaminas y minerales, algunos contienen proteína y grasas en pequeñas cantidades. Es mejor comer los integrales.
3. Las leguminosas y alimentos de origen animal aportan proteínas y grasas, las primeras forman tejidos como músculos, piel y cabello. Las otras protegen a los órganos de los golpes, cambios bruscos de temperatura, lubrican la piel y ayudan a absorber las vitaminas A, D, E, K y la formación de hormonas.
4. Los lácteos son fuente de calcio, que fortalece los huesos y dientes.
5. La carne, el pescado y el huevo proporcionan proteínas, hierro y la familia de vitaminas B. La carne roja posee un contenido en grasa mayor que el de la carne blanca, que, a su vez, tiene más grasa que el pescado blanco.
6. Las leguminosas son alimentos muy nutritivos, ofrecen proteínas de calidad, fibra, minerales y vitaminas, son varios: garbanzos, lentejas, alubias, frijoles, habas y soya.
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NIÑOS SANOS SIN COLESTEROL ALTO
¿Sabia usted que los niños también pueden tener colesterol alto? Quizá esto le sorprenda pero cada vez se ven más niños con colesterol elevado, sobre todo en aquellos que tienen sobrepeso.
Es importante saber que los problemas cardiacos se inician desde una temprana edad, luego de algunas décadas la enfermedad se manifiesta con el endurecimiento de las arterias o el taponamiento generando infartos cerebro vasculares.
Las familias pueden mejorar el estado nutricional de los niños eligiendo alimentos de bajo contenido graso y de bajo contenido de grasas trans.
Para ello desde muy pequeños los niños deben consumir alimentos saludables, por ejemplo es importante no consumir margarina, ni tenerla en casa, untar los panes con palta o aceite de oliva por ejemplo.
No comprarles galletas con rellenos ya que están llenas de grasa saturadas y trans justamente las que elevan el colesterol sanguíneo.
Evitar al máximo la comida chatarra, sobre todo el Kentucky y las papas fritas. Buenas opciones son por ejemplo el pollo a la brasa sin piel o a la parrilla con papa al horno y ensalada, anticuchos, o pescados y mariscos en cebiche a la parrilla a la plancha.
Los nuggets fritos no son una buena opción ya que el pan absorbe grasa, aumentando considerablemente su contenido en la comida. Por ello las carnes a la plancha o parrilla con un buen aderezo son indicados e igual de sabrosos.
Muchos padres y familiares sienten pena por los niños que no consumen golosinas con frecuencia, pero deberá saber que este es un problema de los padres, no de los niños, ya que ellos se sienten contentos consumiendo opciones saludables cuando se les explica el daño que puede ocasionarles los alimentos considerados como chatarra; y el crecimiento y buena salud que obtendrán al consumir alimentos nutritivos y saludables.
Claro que la publicidad de alimentos infantiles no ayuda en esta tarea de inculcar buenos hábitos alimenticios, y es que es muy fácil convencer a un niño con un juguete con figuritas llamativas y un alimento “golosina” LLENO DE AZUCAR Y GRASA DE MALA CALIDAD.
Por ello como parte de un hábito saludable de alimentación, debemos planificar más horas de juego a los niños y menos televisión que está llena de programas violentos y de propagandas de comida Chatarra. Geraldine Maurer
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¿MANIPULAN LOS NIÑOS A TRAVÉS DE LA COMIDA?
Una de las preocupaciones constantes de los padres, es la falta de apetito en los niños. Este problema puede ser de origen físico, sin embargo, en muchas ocasiones está más relacionado con la falta de límites en el infante. Para hablarnos sobre este tema, Mediks.com entrevisto a la Lic. Angélica Gil Aragón, psicóloga del Hospital Angeles Mocel.
Dra. Angélica Gil, cuando no existen impedimentos físicos, ¿cuáles serían las causas por las que un niño no quiere comer?
En algunas ocasiones, dentro de la familia no se han establecido los límites necesarios, por ejemplo, cuando llega la hora de la comida y la mamá llama a su hijo para que se siente a la mesa, el niño responde que no tiene hambre, ya que quiere seguir jugando o viendo la televisión. En muchos hogares no se considera esta situación como un problema y le sirven de comer más tarde o le dan dinero para que pueda comprar frituras o dulces, cuando el niño sienta hambre. De esta manera el niño no tiene la necesidad de atenerse a una hora o comida específica. Otra causa podría ser que obtiene premios a través de la comida, es decir, los papás le dicen: “si te comes todo, te dejo ver más tiempo la televisión, o te compro algo”. Entonces se da cuenta de que puede utilizar la comida para obtener lo que quiere.
¿El niño nace con preferencias hacia algunos alimentos o depende de otros factores?
Definitivamente es cuestión de aprendizaje, el niño adopta los hábitos alimenticios de la familia o de las personas que lo rodean. Si en su casa no se consumen regularmente verduras o frutas, el niño puede llegar a pensar que esos alimentos “no le gustan”, aunque en realidad sólo se trata de costumbre. La alimentación de cualquier persona, se desarrolla según las costumbres tanto familiares como sociales, es decir, no come lo mismo un mexicano, que un español o que un norteamericano, incluso esa diferencia se puede percibir de una ciudad a otra y de una casa a otra.
¿Es conveniente dejar que un niño coma hasta que tenga hambre?
Si, en ciertas ocasiones; es decir, es conveniente no obligar al niño a que coma en ese momento, ya que tal vez es verdad que no tiene hambre. Sin embargo, no le deben proporcionar dinero para comprar comida chatarra o darle algún bocadillo entre comidas. Es necesario que el niño aprenda que si no come en el momento en que lo hace el resto de la familia, no podrá comer hasta la siguiente hora de comida. Esto establece en los niños ciertos límites que son necesarios para su desarrollo.
¿A partir de qué edad se debe empezar con este tipo de límites?
Se debe empezar cuando los niños comen solos y entienden claramente el lenguaje tanto hablado, como corporal. De ésta manera, cuando el niño dice “no quiero comer”, la mamá puede sólo decirle “está bien y permitirle que se levante de la mesa”, mientras tanto el resto de la familia seguirá comiendo normalmente. Sin embargo, no todos los padres pueden manejar una situación así, ya que por dejar a su hijo sin comer, sienten sentimientos de angustia y culpa. Hay casos en los que uno de los padres le produce tal remordimiento, que termina dándole dinero o comida fuera de las horas establecidas. Esto puede ser perjudicial para el niño en su desarrollo, tanto físico, como psicológico.
¿Qué busca un niño cuando se comporta de esta manera?
Pueden buscar atención o quizás sea una forma de manifestar su enojo o descontento con respecto a alguna situación familiar.También puede ser una reacción defensiva de un niño que se siente sumamente controlado. Esto sucede cuando los papás son sobreprotectores y le indican a su hijo lo que tiene qué hacer, cómo se tiene que vestir, qué programas de televisión puede ver y con quién jugar, es decir no le permiten tomar sus propias decisiones. El niño busca alguna forma de mantener un poco de control y la comida puede ser esta vía.Esta es una situación que regularmente se presenta en las personas que padecen bulimia o anorexia.
¿Se puede decir que es una forma de manipulación?
Sí, puede llegar a convertirse en una forma de manipulación. Inclusive el niño puede vomitar si los padres lo obligan a comer algo que no quiere. Esto puede ocasionar sentimiento de culpa en los padres, además regularmente no saben cómo reaccionar ante esta situación.En caso de que los padres no sepan cómo actuar, pueden acudir con un psicólogo, que seguramente les va a proporcionar la orientación adecuada.
Dra. Angélica Gil, ¿cuáles son los signos de advertencia?
Definitivamente se trata de un problema cuando el niño está bajando de peso y se ve afectado su desarrollo, ya que puede desencadenarse un problema físico. En este tipo de casos, es necesario acudir tanto con un médico, como con un psicólogo. También es importante que pida la ayuda, cuando el niño se encierra, no habla, no come, es decir, se aísla. Tal vez está enojado o le molesta alguna situación familiar y es su manera de mostrar su descontento.
¿Nos podría proporcionar algunas recomendaciones para evitar este tipo de problemas?
En primer lugar, es importante respetar los sentimientos del niño, ¿en qué sentido?. “Si el niño dice que algún alimento no le gusta, lo mejor es no obligarlo a que lo coma “todo”, es decir, explicarle que es importante que consuma todo tipo de alimentos y si no le gusta, sólo comerá una parte de la ración normal”.Sería conveniente que un nutriólogo le recomiende alimentos que puedan sustituir los que el niño no come para complementar su alimentación. De esta manera no perderá los nutrimentos necesarios para su desarrollo.
El comportamiento de los niños, en muchas ocasiones es el reflejo de la familia. El Hospital Angeles Mocel, cuenta con un servicio psicológico, que podría ayudar a los padres en casos como éste.
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TAMPICO CITRUS PUNCH: BEBIDA QUE NO DEBE COMPRAR
Como nutricionista, veo con mucha preocupación que muchos padres compran para sus niños la temible bebida Tampico. La considero totalmente inadecuada como alimento ya que contiene muchos aditivos químicos y colorantes que generan alergias, y azúcar, un carbohidrato simple que en exceso genera obesidad y trastornos metabólicos.
Viviendo en un país con tanta cantidad de frutas frescas disponibles durante todo el año, resulta ilógico tener que comprar dicho producto y menos aún brindárselos a los niños.
Ingredientes del producto:
Agua pasteurizada, azúcar, concentrado de jugo de naranja, mandarina y limón, Aceite de maíz, regulador de acidez (E-330), estabilizantes (almidón modificado (E-415), (E-332)). Sabores naturales, Vitamina A y Vitamina C, preservantes (E212) y E-202), Colorantes (tartrazina y amarillo crepúsculo) y Antioxidante (EDTA) autorizados.
Sorprendente.
Fíjese bien qué es lo que consume usted y qué les da a sus hijos leyendo el contenido que aparece en la etiqueta de los alimentos. En este caso, el azúcar está antes que el concentrado de jugo, significa que hay mayor cantidad de azúcar que de concentrado; luego aparece Aceite de Maíz!!!! Lo demás son casi todos químicos añadidos: E330, E415, E332, E212, E202, tartrazina y otro colorante amarillo y EDTA. Según la lista de ingredientes la foto del producto debería tener azúcar y no naranjas ni limones. ¿Alguien la compraría si fuese así? Y ¿por qué necesita “sabores naturales” si ya tiene “concentrado de jugo de naranja, mandarina y limón”?
Considero muy importante la opinión de otros nutricionistas sobre este producto en la alimentación infantil. Por ello realicé una encuesta para conocer sus pareceres. La respuesta fue rápida y determinante: todos, absolutamente todos los que respondieron la encuesta opinaron en contra de que los niños y también los adultos consuman esta bebida. Aquí un extracto de las respuestas:
Recomendaría esta bebida a niños
No. El que los niños consuman esta bebida resulta totalmente inadecuado. No se le debe incluir como parte de su alimentación diaria ni como opción de lonchera escolar. El daño que provoca el consumo de esta bebida a corto, mediano o largo plazo resulta inaudito frente a la posibilidad del beneficio de brindarle a su hijo bebidas naturales hechas en casa o bebidas con un menor contenido de ingredientes artificiales y azúcar que aseguren el bienestar y el crecimiento óptimo de su hijo.
La bebida Tampico, como muchas otras bebidas envasadas, contiene un alto porcentaje de ingredientes artificiales como el amarillo Nº 5, denominado también tartrazina, que es altamente alérgeno sobre todo en personas sensibles. Además tiene entre sus ingredientes el antioxidante EDTA que, con el tiempo, disminuye la función de la barrera de los antioxidantes en el cuerpo.
Las personas con sobrepeso tampoco deben consumirlo por el alto contenido de azúcar y elevado aporte calórico, totalmente perjudicial para ellas.
Consume usted este producto
No. Ninguno de los nutricionistas que respondieron la encuesta consume ni consumiría nunca este producto. Sólo una de las encuestadas lo había consumido hace mucho tiempo en una oportunidad.
Recuerde siempre que: “Pequeños cambios en la alimentación inadecuada, generan grandes beneficios para la salud”.
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Artículo publicado por la especialista en nutrición Geraldine Maurer en su página sobre Alerta Nutricional.
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HACER EJERCICIO Y COMER CON FRECUENCIA TENDRÍA EN FORMA A LOS NIÑOS
Si hacen ejercicio, los chicos que "pican" con frecuencia engordarían menos que los que distancian más las comidas, indicó un estudio.
Un equipo dirigido por el doctor Labros S. Sidossis, del Departamento de Nutrición y Dietética de la Universidad Harokopio en Atenas, estudió la relación entre los patrones alimentarios y la composición corporal de 66 chicos y 65 niñas de 9 a 11 años.
Según los resultados publicados en International Journal of Sports Medicine, el 24,5 por ciento de los chicos tenían sobrepeso u obesidad, el 67,2 por ciento tenía peso normal y el 7,4 por ciento estaba por debajo del peso normal.
El equipo halló que los niños que comían con más frecuencia durante el día pesaban menos que los chicos que comían menos.
Los que comían varias veces al día tenían menos grasa total y grasa abdominal, independientemente de consumir más calorías que el otro grupo.
¿Cómo se explica eso? Una evaluación de los patrones de actividad física de un subgrupo de 48 chicos mostró que los que comían con frecuencia eran más activos que los que ponían más distancia entre comidas.
La obesidad infantil aumentó enormemente en las últimas décadas, tanto que la prevención de la obesidad es una prioridad primaria en salud pública, dijeron los autores, dado que puede disparar la aparición de diabetes, hipertensión y colesterol alto.
Estas condiciones favorecerían el desarrollo de la enfermedad cardiovascular en la adultez.
Los resultados de este estudio, señaló el equipo, "podrían sumarse a la literatura disponible que sugiere que el aumento de la actividad física debería ser uno de los objetivos principales de los programas de prevención de la obesidad".
FUENTE: International Journal of Sports Medicine, 2007
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INTOLERANCIA A LA LACTOSA
De todos es sabido que uno de los principales alimentos de los niños es la leche de vaca o las fórmulas elaboradas a base de ésta; sin embargo, a muchos no les cae bien. Esto puede ser debido a que presentan intolerancia a la lactosa o a la proteína de la leche. En éste artículo se revisa ampliamente el tema, en un lenguaje sencillo de entender.´
Etiquetas: ALIMENTACIÓN INFANTIL, NUTRICIÓN INFANTIL, TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES
EL SOBREPESO EN LA INFANCIA SE ASOCIA A PROBLEMAS CARDIACOS A MEDIO Y LARGO PLAZO.
Niñas de 9 años con sobrepeso tienen un alto riesgo de desarrollar problemas de salud graves a corto y largo plazo que aumentan las probabilidades de enfermedad cardiovascular. Por ejemplo, las niñas con sobrepeso son más propensas que aquellas con peso normal a tener hipertensión arterial y valores de colesterol elevados.
Dentro del National Heart, Lung, and Blood Institute Growth and Health Study, los investigadores controlaron durante más de 10 años a 1.166 chicas caucásicas y 1.213 afroamericanas de 9 y 10 años. Los expertos midieron anualmente la altura, el peso, la presión arterial y el colesterol de las niñas hasta los 18 años. Las participantes proporcionaron las mediciones entre los 21 y los 23 años.
Según el estudio publicado en “Journal of Pediatrics”, las tasas de sobrepeso aumentaron durante la adolescencia entre el 7 y el 10% en las chicas caucásicas y del 17 al 24% entre las afroamericanas. Las chicas eran 1,6 veces más propensas a tener sobrepeso entre los 9 y los 12 años que en la adolescencia.
"Las niñas con sobrepeso durante la niñez eran 11 a 30 veces más propensas a ser obesas en la juventud", informó el equipo dirigido por el Dr. Douglas R. Thompson, del Maryland Medical Research Institute, en Baltimore.
Para los autores, lo más preocupante es que las chicas con sobrepeso eran 3 a 10 veces más propensas a tener niveles poco saludables de presión arterial, colesterol HDL y triglicéridos. También tenían el triple de probabilidades de poseer alto el colesterol LDL. Estos datos indican que a los 9 años ya existe relación entre los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y la obesidad, y "sugieren que los pediatras deberían tratar las consecuencias para la salud del sobrepeso en la niñez".
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CONSUMO DE MARISCOS DURANTE EL EMBARAZO: MEJORES RESULTADOS NEUROLÓGICOS EN LOS NIÑOS
Consumir más de 340 de gramos semanales de mariscos (la principal fuente de ácidos grasos omega-3) durante el embarazo tiene efectos beneficiosos en el desarrollo neurológico de los hijos, halló un estudio conjunto de facultativos ingleses y estadounidenses.
En este trabajo de diseño observacional y de cohortes, publicado en la revista The Lancet, los autores evaluaron el cuestionario nutricional completado por 11.875 embarazadas en su trigesimosegunda semana de gestación, y efectuaron análisis estadísticos por regresión logística con ajuste de acuerdo con 28 posibles variables de distracción o confusión para comparar datos cognitivos, conductuales y relacionados con el desarrollo de sus hijos de entre 6 meses y 8 años de vida.
Hallaron que un consumo de mariscos de menos de 340 gramos por semana durante la gestación se asoció con un mayor riesgo de tener hijos con un coeficiente intelectual verbal ubicado en el cuartilo más bajo, respecto de las embarazadas que ingirieron una cantidad mayor de estos alimentos de mar.
Además, la menor ingesta de mariscos se asoció con resultados subóptimos según las escalas empleadas que valoraron el desarrollo de la motricidad fina, la comunicación, el desenvolvimiento social y su comportamiento, comentan los autores.
Estos resultados destacan que el riesgo proveniente de la pérdida de nutrientes supera el daño por la exposición a contaminantes que pueden estar presentes en los mariscos cuando la cantidad consumida semanal es igual o mayor a la evaluada en este estudio.
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TÓMATE LA LECHE A PECHO
La lactancia materna ya no supone una cuestión de supervivencia. Por ello, la forma de criar a los recién nacidos se ha convertido en una elección libre para la madre que desee vivir en su cuerpo una experiencia única y dar a su hijo lo mejor.
Los profesionales sanitarios y las mujeres saben que la lactancia materna proporciona innumerables ventajas para la salud, el crecimiento y el desarrollo de los niños, disminuye el riesgo de gran número de enfermedades agudas y crónicas.
Pese a ello, en las últimas décadas se ha observado una disminución del número de mujeres que amamantan a sus hijos, fenómeno relacionado con los nuevos estilos de vida, la incorporación de la mujer al mundo laboral, la gran influencia de la “cultura del biberón”, etc.
Les recomendamos leer este excelente suplemento sobre la lactancia materna.
Leer el suplemento sobre la lactancia materna
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LA LACTANCIA MEJORA LA VISIÓN INFANTIL
Los niños amamantados son significativamente más propensos a obtener buenos resultados en la medición de la visión estereoscópica con los alimentados con fórmula láctea, de acuerdo con una investigación del Institute of Child Health (Reino Unido), publicada por “American Journal of Clinical Nutrition”.
"Nuestro estudio se suma a la evidencia cada vez mayor de que la lactancia tiene beneficios a largo plazo para el desarrollo visual", han manifestado los investigadores.
Una de las explicaciones propuestas sería la mayor concentración del ácido graso DHA (ácido docosahexaenoico) en la leche materna que en las fórmulas. Ese principio ha sido la justificación para agregar DHA a la fórmula infantil.
Para investigar el tema, el equipo estudió a 78 chicos que habían sido amantados y a 184 niños alimentados con fórmula, de 4 a 6 años de edad. En los primeros 6 meses de vida, el grupo criado con fórmula recibió al azar productos con o sin suplemento de DHA o de ácido araquidónico.
Cuando se los controló, los niños amamantados eran mucho más propensos a tener una mayor agudeza visual en estéreo que los chicos alimentados con fórmula. No se observaron diferencias significativas entre los que recibieron o no fórmula con DHA. Los investigadores concluyeron que "esos resultados respaldan la hipótesis de los beneficios de la lactancia materna en el desarrollo estereoscópico a largo plazo".
Publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition 2007;85:152-159
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LA ALIMENTACIÓN CON BIBERÓN FAVORECERÍA EL DÉFICIT DE HIERRO
La deficiencia de hierro durante la infancia es un problema sanitario global de gravedad que tiene repercusiones en la adultez. Por ello, los autores del artículo que se comenta decidieron analizar la vinculación entre la alimentación con biberón y la depleción de los depósitos de hierro. En el estudio participaron 150 niños de 12 a 38 meses de edad, atendidos en una clínica de seguimiento de niños sanos. La principal medición del estudio fue la caída de los niveles de ferritina sérica por debajo de los 10 Ug/L. Los investigadores compararon dos modos de recibir alimentación suplementaria en los participantes: un grupo se alimentó con biberón, y el otro recibió el alimento desde una taza o recipiente mediante una cuchara (cup-feeding). Según las observaciones realizadas durante el segundo y tercer año de vida, el riesgo de padecer deficiencia de hierro en los niños alimentados de manera suplementaria con biberón duplicó el de aquellos que se nutrieron desde una taza. Los autores aclaran que la edad del niño y el volumen de leche consumida podrían ser variables que deben tenerse en cuenta, así como el tiempo que el niño recibió el biberón.
Publicado en la revista Arch Pediatr Adolesc Med. 2006 Nov;160(11):1114-20
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