Las últimas novedades en el campo de la pediatría, en un lenguaje accesible para los padres.
Que los adolescentes hagan deportes organizados no previene la disminución de la actividad física en la adolescencia tardía, pero los ayudaría a mantener algún nivel de actividad física en el tiempo.
El equipo del doctor Mathieu Belanger, de la Universidad de Moncton, en Canadá, identificó a 1.028 estudiantes físicamente activos a los 12-13 años y los estudió periódicamente durante los siguientes cinco años.
Al principio, el 87 por ciento hacía alguna actividad física organizada. El nivel de actividad física era un 42 por ciento más alto que en los que no hacían deporte.
Durante el seguimiento, los niveles de actividad física bajaron un 8 por ciento anual en ambos grupos, pero dado que aquellos que participaban en actividades organizadas comenzaron con una frecuencia mayor, siguieron siendo relativamente más activos que el resto.
Los adolescentes jóvenes deberían participar en deportes organizados "porque eso aumentará la probabilidad de que sean físicamente activos", indicó Belanger a Reuters Health.
La participación temprana en las actividades físicas comunitarias estuvo asociada con un aumento del 52 por ciento en las sesiones de actividad física por semana durante el estudio, publicó International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity.
Estos resultados sugieren que "cuanto más activo se es en la adolescencia temprana, más activo se será en la adolescencia tardía", agregó Belanger.
Los estudiantes que participaron en la investigación hacían principalmente fútbol, baloncesto, voleibol, natación y hockey. El equipo seguirá rastreando la popularidad y cuán sostenibles son ésas y otras actividades físicas de los adolescentes, para determinar cuáles serán las que ellos continuarán.
Publicado en International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity
Etiquetas: ADOLESCENTES, MEDICINA DEL DEPORTE
La realización de períodos más prolongados de ejercicio físico daría mejor resultado para que los niños mantengan un peso saludable que la actividad esporádica acumulada durante el día, sugirió un estudio.
La investigación sobre unos 2.500 niños y adolescentes, de entre 8 y 17 años, determinó que cuanta más actividad moderada a fuerte hacían, menos propensos eran a tener sobrepeso. Pero la forma en la que hacían ese ejercicio también importaba.
Cuantos más períodos sostenidos de entre 5 y 10 minutos de ejercicio hacían los niños por día, menos probabilidades tenían de tener sobrepeso; este beneficio era independiente del tiempo total diario que hacían actividad física.
Aun entre los niños con niveles relativamente altos de actividad física, los que acumulaban la mayor cantidad de períodos de ejercicio sostenido eran un 59 por ciento menos propensos a tener sobrepeso que los que hacían ejercicio esporádicamente durante menos de 5 minutos por vez.
Los resultados fueron publicados en American Journal of Preventive Medicine.
Las guías estadounidenses recomiendan que los niños hagan 60 minutos diarios de ejercicio moderado a fuerte. Aunque no especifican cómo deberían acumularse esos minutos.
Los nuevos resultados sugirieron que, para controlar el peso, los niños deberían tener períodos más prolongados de actividad, según explicó el doctor Ian Janssen, de Queen's University, en Ontario, Canadá.
En algunos casos, dijo a Reuters Health, la mejor forma de lograrlo son los deportes organizados u otras actividades.
De todos modos, Janssen señaló que no todos los deportes son iguales. En el básquet, por ejemplo, hay que quedarse parado mucho tiempo. En el fútbol, en cambio, los niños tienen que correr de un extremo al otro del campo permanentemente.
Según Janssen, se desconoce por qué los períodos de actividad serían tan beneficiosos independientemente del tiempo total que los niños ejercitan. Especuló que prolongar el tiempo de ejercicio tendría efectos hormonales mayores que la actividad esporádica acumulada en el día.
Publicado en la revista American Journal of Preventive Medicine
Etiquetas: MEDICINA DEL DEPORTE, OBESIDAD INFANTIL
En los adolescentes, la inactividad física se relaciona con problemas conductuales, sugiere un estudio finlandés realizado con más de 7,000 adolescentes que participaron en una encuesta que evaluaba sus niveles de actividad física y salud mental y emocional.
Los niños que reportaron menos de una hora de actividad física de moderada a vigorosa a la semana tenían más síntomas de ansiedad, retraimiento y depresión que los que eran más activos. Las niñas inactivas tenían problemas similares y eran más propensas que los niños inactivos también a informar sobre problemas de sueño y conductas de rompimiento de reglas. Los niños inactivos de ambos sexos tenían más probabilidades que sus pares activos a tener problemas sociales y de atención.
"La adolescencia es de por sí una etapa complicada y a veces difícil de la vida, emocional, mental y físicamente", señaló el autor del estudio Marko T. Kantomaa, en un comunicado de prensa del American College of Sports Medicine.
"Complicar esto con los efectos negativos mentales y emocionales de la inactividad física no ayuda a la gente joven a pasar sin problemas a la adultez. La actividad física podría ser una manera altamente eficaz y relativamente fácil de ayudar en esa transición y podría, además llevar al establecimiento de hábitos saludables de por vida", afirmó Kantomaa.
Los investigadores señalaron que cada vez hay más evidencia que sugiere que un aumento en la actividad física ayuda a reducir los síntomas de depresión y ansiedad tanto en adolescentes como en adultos.
"Parece haber una conexión psicológica y fisiológica que, cuando funciona simultáneamente, ayuda a explicar los efectos benéficos del ejercicio sobre la salud mental", apuntó Kantomaa.
Publicado en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise.
Etiquetas: ADOLESCENTES, MEDICINA DEL DEPORTE
Etiquetas: AUDIOS, MEDICINA DEL DEPORTE, PREVENCIÓN DE ACCIDENTES
BENEFICIO DEL ENTRENAMIENTO CON EJERCICIO AEROBICO EN EN EL CONTROL DE LA ENFERMEDAD Y CALIDAD DE VIDA DE LOS NIÑOS ASMÁTICOS
Los niños con asma respiran mejor, toman menos medicamentos y sienten una mejoría general si aumentan su aptitud física, indicaron investigadores en Brasil.
En un estudio sobre niños con asma bien tratado, el ejercicio aeróbico supervisado mejoró la aptitud respiratoria y redujo la sensación de falta de aliento inducida por la actividad física. Asimismo, las dosis diarias de esteroides inhaladas disminuyeron un 52 por ciento en los niños que habían participado en el entrenamiento físico, mientras que no cambiaron o aumentaron entre los chicos del grupo de "control" que no hicieron ejercicio.
"El acondicionamiento físico en los niños asmáticos bajo tratamiento médico adecuado también mejoró la calidad de vida, en especial, los síntomas de la enfermedad y la capacidad física", dijo a Reuters Health el autor del estudio, el doctor Celso R. F. Carvalho, de la Universidad de Sao Paulo.
Carvalho destacó también que los padres de niños asmáticos entrenados aeróbicamente dijeron estar "menos preocupados por el asma como una enfermedad crónica en sus hijos". Los resultados, publicados en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, surgen de datos sobre 38 niños y adolescentes de 7 a 15 años con asma moderado a grave, que al azar participaron en un grupo de entrenamiento aeróbico supervisado o un grupo de control.
El entrenamiento aeróbico fue de intensidad moderada a alta dos veces semanales durante 16 semanas. Todos los niños recibían tratamiento médico adecuado para el asma antes del entrenamiento.
Estos resultados, concluyeron los autores, subrayan la importancia de que los niños con asma hagan actividad física con regularidad.
"Los niños que tienen problemas para respirar debido al asma, a veces temen inducir la falta de aliento a través del ejercicio, lo que puede alterar la aptitud física con el tiempo", dijo Carvalho.
"Aquí es donde vemos a pacientes con asma tener bajos niveles de aptitud física. El entrenamiento, supervisado adecuadamente, no es sólo una opción para este grupo, sino también una estrategia de manejo de los síntomas", finalizó el experto.
Publicado en Medicine and Science in Sports and Exercise, septiembre del 2007
Etiquetas: ASMA, MEDICINA DEL DEPORTE, PEDIATRIA PREVENTIVA
UNA MUERTE POR BÁLSAMO BENGAY PONE EN RELIEVE EL PELIGRO DE LOS MEDICAMENTOS DE VENTA LIBRE
Sólo porque se vendan sin receta no significa que sean inofensivos, advierten los expertos a raíz de la muerte por sobredosis de una estrella adolescente del atletismo que usaba cremas deportivas.
La extraña muerte de una estrella adolescente de atletismo por el uso exagerado de una crema para el dolor muscular pone de relieve el peligro de usar medicamentos comunes de venta libre en exceso, señalan los expertos.
El instituto de medicina forense de la Ciudad de Nueva York dictaminó la semana pasada que la corredora de campo a través Arielle Newman de 17 años murió a causa de una sobredosis accidental de salicilato de metilo, un ingrediente a base de aceite sintético de olor a gaulteria que se encuentra en la mayoría de los bálsamos deportivos populares.
Al parecer, la adolescente de Staten Island se había estado aplicando Bengay en las piernas entre carrera y carrera junto con parches adhesivos que contenían salicilato de metilo, un antiinflamatorio similar a la aspirina, y un tercer producto para ayudar a aliviar las molestias relacionadas con el ejercicio, de acuerdo con Associated Press.
"Utilizó varios productos en exceso", declaró a la AP, Ellen Borakove, vocera del Instituto de medicina forense de la ciudad de Nueva York. Estos productos pueden adquirirse como artículos de venta libre en los anaqueles de las farmacias.
Sin embargo, el hecho de que un medicamento se venda sin receta no significa que sea "inofensivo", advirtieron los expertos.
El salicilato de metilo, o ácido salicílico, es un ingrediente activo en cremas como Bengay, Icy Hot y Tiger Balm, así como en la aspirina, y "es potencialmente dañino si se usa en exceso", dijo el Dr. Gerard Varlotta, director de rehabilitación deportiva del Instituto Rusk de medicina de rehabilitación de la ciudad de Nueva York.
Como agente anticoagulante, el ácido salicílico en dosis elevadas "puede causar sangrado interno, arritmias cardiacas y problemas hepáticos. Existen muchas vías por la que puede acceder al organismo", agregó Varlotta.
Sin embargo, las marcas familiares como Bengay (que debutó por primera vez en las farmacias de los EE.UU. hace más de 100 años) no encienden la alarma en la mayoría de los estadounidenses, así que la tentación de usarlas en exceso está ahí, apuntó Varlotta.
Y aunque la mayoría de las personas definitivamente lo piensa dos veces antes de tragarse un puñado de aspirinas u otras pastillas de venta libre, se olvidan de que las cremas también tienen sus peligros.
"Hay que tener presente que existe toda una variedad de productos medicinales que están formulados específicamente para ser absorbidos por la piel", dijo Varlotta.
Al igual que con cualquier otro medicamento, la moderación es clave, agregó otro experto. "Hay que seguir las instrucciones, porque el peligro de intoxicación está en la dosis", advirtió Elena Juris, especialista en divulgación educativa de los American Association of Poison Control Centers (Asociación estadounidense de centros de control de sustancias venenosas) de Washington, D.C. Esa máxima aplica a las cremas y a las pastillas por igual, apuntó.
Las estadísticas de su grupo para 2005 muestran que 14 estadounidenses murieron a causa de exposición cutánea a ciertos tipos de sustancias tóxicas, aunque aún no se ha realizado un desglose que detalle con exactitud cuáles sustancias causaron esas muertes, apuntó Juris.
Sin embargo, anotó que, de hecho, "las preparaciones tópicas ocupan el puesto número siete entre las sustancias comunes que están involucradas con el envenenamiento por exposición entre los seres humanos. En 2005, los centros de control de sustancias venenosas informaron sobre 109,831 exposiciones relacionadas con sustancias tópicas".
La muerte por Bengay es muy poco común. Sin embargo, Johnson & Johnson, que produce la crema, declaró a la AP que su producto es "seguro y efectivo cuando se utiliza siguiendo las indicaciones para aliviar el dolor artrítico menor, el dolor lacerante y el punzante, así como la distensión muscular y dolor de espalda".
Similar a los consejos dados para los medicamentos recetados, es crucial que los consumidores lean atentamente las instrucciones y advertencias de la etiqueta de todos los productos de venta libre. Sin embargo, Varlotta considera que las advertencias deberían resaltarse mejor. "Si vemos todos los productos de venta libre, no podemos deducir nada del exterior de la caja", apuntó. En el caso del Bengay usado por Newman, "no hay nada en letras mayúsculas que diga que contiene aspirina", dijo Varlotta. "Está en letra menuda".
También, muchos consumidores no se dan cuenta de que el mismo medicamento puede estar presente en múltiples productos de venta libre bien distintos.
"Las preparaciones para la tos y el resfriado constituyen un error común", dijo Juris. "Es probable que usted tome un medicamento para el resfriado que contenga acetaminofén y también pastillas de acetaminofén para el dolor de cabeza. Así que está tomando una sobredosis de este medicamento. Por lo tanto, no basta con leer las instrucciones de la etiqueta, es importante asegurarse de que no se estén combinando productos y de que no se esté aumentado la dosis recomendada".
Otros productos de venta libre en el radar de Varlotta comprenden los analgésicos Advil o Motrin (dos o tres pastillas de venta libre que tienen la misma dosis que una pastilla para el dolor muscular recetada, anotó), un grupo de complementos dietéticos y herbales poco regulados, y Voltaren, una crema antiinflamatoria muscular que muchos de sus pacientes traen consigo de Europa.
Voltaren no está aprobado para su venta en los Estados Unidos, señaló Varlotta, pero puede causar problemas reales para los estadounidenses que lo llevan a sus casas.
"Las personas regresan y vuelven a consultar a sus médicos por lo que reciben una receta para otro antiinflamatorio, esto significa que usan la crema más el antiinflamatorio y acaban teniendo problemas gastrointestinales y sangrado", dijo. "Y luego les digo, 'Déjenme ver la crema'. Y con certeza se trata de Voltaren o alguna otra crema que traen consigo".
El mensaje final, de acuerdo con los expertos, es que cada medicamento, aún las cremas de venta libre, tienen algún riesgo.
"Sólo porque sea un OTC no significa que sea del todo seguro y no puede usarse sin seguir las instrucciones establecidas por los fabricantes", apuntó Varlotta. "Las personas deben saber lo que toman, tanto por vía oral como dérmica".
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Noticia publicada en Usa Today
Sobredosis por ungüento Ben-Gay
Comentario: En México el Bengay se vende con el nombre de Bálsamo Bengué, Ultrabengue gel y Bengué no graso, todos contienen salicilato de metilo. Esta sustancia también la contienen parches para el dolor como el Parche Negro Promedic y Parche Poroso Cadera. El Bálsamo del Tigre contiene alcanfor, el cual es muy tóxico en los bebés y que es un componente del popular Vick Vaporub. En México los empleados del mostrador en las farmacias no tienen estudios, no son farmacéuticos de carrera como en otros países, por los que no son las personas mejor capacitadas para recomendar que medicamentos le administre a su hijo.
Etiquetas: INTOXICACIONES, MEDICINA DEL DEPORTE
HACER EJERCICIO Y COMER CON FRECUENCIA TENDRÍA EN FORMA A LOS NIÑOS
Si hacen ejercicio, los chicos que "pican" con frecuencia engordarían menos que los que distancian más las comidas, indicó un estudio.
Un equipo dirigido por el doctor Labros S. Sidossis, del Departamento de Nutrición y Dietética de la Universidad Harokopio en Atenas, estudió la relación entre los patrones alimentarios y la composición corporal de 66 chicos y 65 niñas de 9 a 11 años.
Según los resultados publicados en International Journal of Sports Medicine, el 24,5 por ciento de los chicos tenían sobrepeso u obesidad, el 67,2 por ciento tenía peso normal y el 7,4 por ciento estaba por debajo del peso normal.
El equipo halló que los niños que comían con más frecuencia durante el día pesaban menos que los chicos que comían menos.
Los que comían varias veces al día tenían menos grasa total y grasa abdominal, independientemente de consumir más calorías que el otro grupo.
¿Cómo se explica eso? Una evaluación de los patrones de actividad física de un subgrupo de 48 chicos mostró que los que comían con frecuencia eran más activos que los que ponían más distancia entre comidas.
La obesidad infantil aumentó enormemente en las últimas décadas, tanto que la prevención de la obesidad es una prioridad primaria en salud pública, dijeron los autores, dado que puede disparar la aparición de diabetes, hipertensión y colesterol alto.
Estas condiciones favorecerían el desarrollo de la enfermedad cardiovascular en la adultez.
Los resultados de este estudio, señaló el equipo, "podrían sumarse a la literatura disponible que sugiere que el aumento de la actividad física debería ser uno de los objetivos principales de los programas de prevención de la obesidad".
FUENTE: International Journal of Sports Medicine, 2007
Etiquetas: MEDICINA DEL DEPORTE, NUTRICIÓN INFANTIL, PEDIATRIA PREVENTIVA
IR CAMINANDO AL COLEGIO, UNA FORMA DE ACTIVIDAD FÍSICA PARA LAS ADOLESCENTES
En una época en que la obesidad es una epidemia y en la que los niños y adolescentes practican cada vez menos ejercicio, es importante detectar todas las posibilidades para que esta población realice actividad física. Los autores del artículo que se comenta evaluaron cuánto influye trasladarse caminando del hogar a la escuela sobre el total de la actividad física practicada por los adolescentes. El estudio se realizó en 32 escuelas de enseñanza media de seis regiones de los Estados Unidos. En el estudio participaron 1721 niñas de sexto grado, divididas en tres grupos: las que sólo iban caminando a la escuela, las que sólo volvían al hogar por este medio o las que cubrían ambos trayectos a pie. Se calculó el promedio de minutos de actividad física por acelerometría. Según las observaciones de los autores, las niñas que caminaban para ir y para volver del colegio tuvieron un promedio superior diario de actividad física de moderada a intensa que quienes iban al colegio por otros medios.
Etiquetas: ADOLESCENTES, MEDICINA DEL DEPORTE, PEDIATRIA PREVENTIVA
EL FÚTBOL ENVÍA A MÁS DE 100,000 NIÑOS A LA SALA DE EMERGENCIAS CADA AÑO
Aunque el fútbol juvenil se considera generalmente como un deporte seguro, una investigación reciente sugiere que más de 1.6 millones de niños estadounidenses terminaron en la sala de emergencias durante un periodo de 13 años por lesiones relacionadas con el fútbol.
En el estudio, que aparece en la edición de febrero de The American Journal of Sports Medicine, se incluyeron lesiones que tuvieron lugar tanto en situaciones de juego organizadas como no organizadas. Los investigadores hallaron que alrededor del 60 por ciento de las lesiones fueron sufridas por niños y la mitad ocurrió entre los 10 y 14 años de edad.
"El fútbol es un deporte relativamente seguro, sobre todo comparado con otros. Queremos que los niños jueguen, aunque también queremos que estén lo más seguros posible", aseguró Christy Collins, autora del estudio y asociada de investigación del Centro de investigación y políticas sobre lesiones del Hospital Infantil de Columbus en Ohio.
Los investigadores anotaron que, durante el periodo del estudio, de 1999 a 2003, la cantidad de estudiantes de secundaria que jugaba al fútbol se duplicó de 305,102 a 658,817. Collins aseguró que los cálculos precisos sobre la cantidad de niños pequeños que está practicando este deporte son difíciles de obtener porque no existe una base de datos nacional de clubes futbolísticos. Sin embargo, la American Academy of Pediatrics calcula que el 11.4 por ciento de los jóvenes se dedicada al fútbol juvenil en 1990 y que esa cifra aumentó a 21.8 para 2003, según la información de respaldo del estudio.
Para el estudio, Collins y sus colegas examinaron datos del Sistema de vigilancia electrónica nacional de lesiones de la U.S. Consumer Products Safety Commission, compuesta por 100 departamentos de emergencia de hospitales representativos a nivel nacional. Hallaron que poco menos de 1.6 millones de niños entre los 2 y los 18 sufrieron lesiones futbolísticas que eran lo suficiente graves como para visitar la sala de emergencias durante el periodo de estudio. Los niños eran los más propensos a sufrir lesiones, porque se lesionaron el 58.6 por ciento de las veces. Los jovencitos entre los 10 y 14 años tuvieron los índices más altos de lesiones, ya que sufrieron el 49 por ciento de las mismas.
Aunque los niños sufrieron la mayor parte de las lesiones, el índice de lesión aumentó con mucha rapidez entre las niñas. Los investigadores sospechan que esto podría deberse a que cada vez más niñas juegan al fútbol ahora.
Las lesiones más comunes fueron de mano, muñeca o dedos, seguidas por las de tobillo y rodilla. Era más probable que las niñas sufrieran lesiones de tobillo y de rodilla, y que tuvieran desgarres o esguinces que los niños.
Para los jugadores de más edad (entre los 15 y 18 años), las conmociones cerebrales fueron las lesiones más comunes y con frecuencia tuvieron lugar debido a colisiones con otros jugadores o por caer al suelo.
Incluso los jugadores más pequeñitos no fueron inmunes a las lesiones. Los niños entre los 2 y los 4 años tuvieron más lesiones en la cara, la cabeza y el cuello que los de mayor edad. Y los jugadores más pequeños tuvieron más probabilidades de resultar hospitalizados por sus lesiones. Collins aseguró que esto podría deberse a que los médicos podrían ser especialmente cuidadosos con las lesiones de cabeza que sufren estos pequeños.
"Este estudio es interesante, pero no incluye a todos los niños, es decir los que acuden al médico en lugar de dirigirse al hospital por sus lesiones. Como proveedora de medicina deportiva, veo infinidad de lesiones", aseguró la Dra. Cynthia LaBella, directora del Programa de prevención de lesiones de rodilla y directora del Instituto de medicina deportiva del Hospital Conmemorativo Infantil de Chicago.
El punto, según Collins, es que las lesiones ocurren cuando los niños practican deportes. Sin embargo, muchas de estas lesiones pueden evitarse. Tanto Collins como LaBella aseguraron que los niños deberían usar equipo protector adecuado al deporte que practican. Los campos de juego también deben ser uniformes y tener un buen mantenimiento para evitar caídas.
Los niños deben estar en equipos acordes con su edad y tamaño. La mayoría de las lesiones tuvieron lugar en el grupo de edad de los 10 a los 14, una época en la que hay gran variación en el tamaño de los niños. Ambos expertos sugirieron que los padres deben hablar con el entrenador y asegurarse de que el interés del juego sea el mismo que el de los niños. Por ejemplo, si su hijo quiere competir o si sólo quiere pasar un rato divertido.
LaBella recalcó que los niños nunca deben jugar si sienten dolor.
"Los niños no son adultos en miniatura. Necesitan darle a su cuerpo tiempo para recuperarse. Los niños no deben continuar si sienten dolor. El dolor es señal de exceso de uso o de lesión", puntualizó.
Etiquetas: MEDICINA DEL DEPORTE, PREVENCIÓN DE ACCIDENTES
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