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Tras el mito. No importa si escuchas tonos agudos o bajos, subirle al volumen causa daños a tus oídos
Nadie pone en duda que escuchar la música a altos volúmenes termina llevando a la sordera, pero eso no quita que haya múltiples mitos alrededor de la situación.
Unos dicen que los bajos son los peores y otros que son los agudos. Alguno te dirá que los audífonos que van dentro del canal son una receta segura para la sordera, y hasta encontraras quien te diga que la música le produce taquicardia.
¿Que hay de cierto detrás de todo esto? Vamos por partes.
Mito 1: Sólo los rockeros corren peligro
Kathy Peck era bajista y cantante para una banda punk en San Francisco, pero tuvo que abandonar su carrera musical debido a la pérdida de capacidad auditiva que le causaron sus propios instrumentos.
Eso la motivó para co-fundar la organización H.E.A.R. , que tiene el objetivo de educar al público sobre cómo disfrutar de la música sin dañar sus oídos. De hecho, Kathy recomienda llevar tapones para los oídos a los conciertos, cosa que uno no esperaría de una punk retirada. Pero Kathy señala que el sonido es sonido, no importa si proviene de un rockero o de una grabación.
"Es lo mismo. Lo que importa es cuánto tiempo escuchas y a qué volumen", dijo Kathy en entrevista con Grupo Reforma. "Un concierto alcanza un nivel de presión sónica de 105 a 120 decibelios.
Un iPod o walkman con el volumen al máximo puede llegar a los 105 decibelios. Si una persona sentada junto a ti puede escuchar tus MP3, definitivamente el volumen es muy alto".
(Como referencia, una conversión normal tiene un volumen de 60 decibelios, mientras que un balazo resuena con 130).
Conclusión: No necesitas ser un rockero para que la música te deje sordo.
Mito 2: Los audífonos que van adentro de la oreja, como los del iPod, son los peores.
Debido a la popularidad del dispositivo, un especialista de la Universidad de Colorado decidió investigar específicamente los riesgos para la salud auditiva que el iPod podría representar. La conclusión de Cory Portnuff es que sí existe un cierto peligro, aunque sólo para una minoría: la mayoría de las personas tienden por naturaleza a escuchar su música a un nivel seguro, pero entre un 7 y un 24 por ciento de los adolescentes suben el volumen a un grado que pone en riesgo a sus oídos. Sin embargo, este riesgo no tiene nada qué ver con el diseño de los audífonos.
"Los audífonos como los del iPod, que van dentro del canal auditivo, no sin inherentemente peligrosos", señalo Portnuff en entrevista. "Más bien, el riesgo está en la forma en que uno usa los audífonos. Los audífonos tipo iPod son capaces de producir el mismo nivel de sonido que los audífonos supra-aurales (los de diadema). La mayoría de las personas eligen escuchar al mismo nivel, ya sea que usen audífonos internos o supra-aurales".
Si el riesgo no está en los audífonos... ¿qué es lo que hace que el iPod sea más peligroso que los Walkman de la generación anterior?
"Los Walkmans de aquellos tiempos operaban con baterías AA que normalmente comenzaban a agotarse después de unas horas. Los jóvenes de hoy pueden escuchar a sus iPods hasta por 20 horas sin necesidad de recargarlos", señaló.
Las células del órgano de Corti, en el interior del oído, son como un tapiz de cabellos necroscópicos vagamente parecidos al pasto. De hecho, la relación entre el oído y la música fuerte puede compararse con la relación entre el pasto y los pisotones: si una persona camina en un jardín de vez en cuando, al pasto no le pasa nada porque tiene oportunidad de recuperarse... Pero si muchas personas caminan sobre un jardín todo el tiempo, el pasto termina por marchitarse.
"Una regla fácil de recordar es la del 80-90", explica Portneuff. "Puedes usar los audífonos a un 80 por ciento del volumen máximo hasta por 90 minutos al día. Si escuchas a un volumen menor, puedes escuchar por mas tiempo".
Conclusión: Lo importante es el volumen al que escuchas la música, no el tipo de audífono con el que lo haces. Sin embargo, Portneuff recomienda usar audífonos aislantes, por que así puedes disfrutar la música sin subirle tanto.
"Los audífonos más seguros son los que te ayudan a escuchar mejor sin subir el volumen. Los audífonos aislantes son una buena opción. Son los que se ajustan al interior del oído para bloquear a una parte del ruido de fondo (los audífonos blancos normales no bloquean al ruido exterior). Cuando bloqueas al ruido, puedes escuchar bien sin subir el volumen", señala.
Mito 3: Los bajos son los sonidos más peligrosos.
Mito 4: Los audífonos son más peligrosos que las bocinas
Estos mitos están estrechamente ligados. Chu Moy, diseñador de un popular amplificador de audio, señala que los audífonos son potencialmente más peligrosos que las bocinas, debido a dos factores relacionados con las diferentes frecuencias del sonido.
Los sonidos de más alta frecuencia (los agudos) contienen más energía, y por lo tanto más potencial para dañar al oído, pero también son los que se disipan más fácilmente con la distancia.
Al escuchar música con bocinas, dichos agudos tienen espacio para disiparse un poco, pero ya que con los audífonos sólo tienen que viajar unos cuantos milímetros, llegan a tus oídos con toda su intensidad.
Por otra parte, los sonidos de baja frecuencia plantean un peligro diferente: ya que la distancia no los atenúa fácilmente, es relativamente fácil que un vecino con gusto por los bajos ponga en riesgo tu salud auditiva, aunque haya paredes de por medio.
Conclusiones: Los audífonos sí pueden ser más peligrosos que las bocinas. Los bajos y los altos son igual de peligrosos, cada uno a su manera.
Reportaje de Alan Valdez publicado en Reforma
Etiquetas: ADOLESCENTES, PEDIATRIA PREVENTIVA
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