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Los fabricantes han dados los primeros pasos preparatorios hacia el desarrollo de una vacuna contra una nueva cepa de gripe porcina que habría dejado hasta 149 muertos en México y amenaza con convertirse en una pandemia.
La farmacéutica suiza Novartis AG dijo el martes que había recibido el código genético de la nueva cepa de virus, lo que le permitiría comenzar a evaluar su producción, e indicó que esperaba recibir el virus en sus laboratorios "en un futuro cercano"
Sin embargo, es posible que pasen entre cinco a seis meses antes de que una vacuna esté disponible comercialmente, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS). El retraso no es por falta de intentos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en ingles) ya han tomado una muestra del virus H1N1 que causa la enfermedad, produjeron una cepa del virus para la vacuna y la están desarrollando, lo que marca la primera etapa del proceso de producción.
Esas muestras, que luego podrán ser distribuidas a las compañías, deben ser cultivadas en huevos de gallinas especialmente producidos, en un engorroso sistema que los expertos coinciden está obsoleto.
Sin embargo, las tecnologías nuevas y más eficientes, basadas en cultivos de células, están aún a años de distancia.
Al menos 20 compañías, además de Novartis, fabrican vacunas para la gripe, entre ellas Sanofi-Aventis, GlaxoSmithKline, Baxter International, la australiana CSL, y el fabricante de nebulizadores nasales MedImmune, ahora parte de AstraZeneca.
Todas están actualmente orientadas a producir dosis para la gripe estacional, que según especialistas en vacunas no impedirán que la nueva forma de gripe se extienda a través del mundo aunque la gente que ha sido inmunizada podría terminar con síntomas más leves.
La gripe porcina es una variante de la cepa H1N1 del virus de influenza humana, pero las pruebas muestran que el componente H1N1 de la actual vacuna para la gripe estacional no protege contra la nueva cepa. Un gran desafío que enfrentan los fabricantes será producir cantidades suficientes de vacuna usando una cantidad limitada de ingrediente activo, o antígeno.
Las compañías y las autoridades sanitarias también deberán decidir cuánto de su capacidad destinada a producir vacunas estacionales tendrán que destinarla a fabricar la nueva vacuna, lo que representa un proceso delicado de balance de riesgos.
Una opción para extender el suministro sería usar un aditivo, conocido como adyuvante, para incrementar la respuesta inmunológica del cuerpo y reducir la cantidad de antígeno necesario en cada inyección.
Varias compañías trabajan con este método. Glaxo, en particular, dijo que creía que su nueva tecnología adyuvante podría hacer una contribución significativa al ahorro de antígeno.
La compañía británica anteriormente desarrolló una vacuna contra la cepa H5N1 de gripe aviaria -que originalmente se creyó representaba el mayor riesgo de pandemia- usando un adyuvante especial que permitía el uso extremadamente reducido de ingrediente activo.
Publicado en MedlinePlus
Etiquetas: EPIDEMIA DE INFLUENZA, INVESTIGACIÓN, VACUNAS
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