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Prevenir la obesidad aumenta la función de los vasos sanguíneos, incluso sin pérdida de peso, según un estudio
Los componentes del síndrome metabólico que aparecen en niños deben ser tratados por médicos que también les exhorten a mejorar su dieta y su rutina de ejercicio, según un informe reciente.
En los adultos, el síndrome metabólico ocurre cuando tienen al menos tres factores de riesgo de los siguientes: obesidad abdominal (una circunferencia de cintura mayor de 35 pulgadas u 89 centímetros para las mujeres y de 40 pulgadas o 102 centímetros para los hombres), un colesterol LDL ("bueno") bajo, triglicéridos altos, glucosa en ayunas alta, y presión arterial alta.
Aunque a veces es difícil diagnosticarlos en los niños, pueden ocurrir agrupaciones similares en la niñez. El informe, que aparece en la edición en línea del 12 de enero de la revista Circulation, pidió a los médicos medir y tratar las piezas individuales del síndrome en los niños al mismo tiempo que intervienen para romper malos hábitos de dieta y ejercicio.
"Los factores de riesgo adversos y las conexiones entre ellos que eventualmente llevan al síndrome metabólico comienzan en la niñez", aseguró en un comunicado de prensa de la American Heart Association la Dra. Julia Steinberger, directora de ecocardiografía pediátrica y cardiología preventiva del Hospital pediátrico de la Universidad de Minnesota en Minneapolis. Fue presidenta del grupo que escribió el informe.
Gran parte del aumento del riesgo se relaciona al aumento continuo en la obesidad infantil, que la asociación cardiaca afirma se encuentra en alrededor del 17 por ciento de todos los niños de 6 a 19 años de edad. Tener un índice de masa corporal en o por encima del percentil 95 para la edad del niño se considera como obesidad.
"Podemos afirmar que la obesidad infantil es nuestro mayor problema", aseguró Steinberger. "Se ha demostrado que cuando la dieta y el ejercicio mejoran en los niños con sobrepeso, la estructura y la función de los vasos sanguíneos mejora incluso sin pérdida de peso".
Etiquetas: OBESIDAD INFANTIL, PEDIATRIA PREVENTIVA
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