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LA ANGUSTIA MATERNA AUMENTA EL RIESGO DE ASMA INFANTIL.
Un estudio encuentra que las madres que tienen depresión o ansiedad persistentes tienen más probabilidades de tener niños con enfermedad de las vías respiratorias
Los hijos de mujeres que tienen depresión o ansiedad persistentes tienen un mayor riesgo de desarrollar asma, según sugiere una investigación reciente.
Investigadores canadienses informan sobre un aumento de 25 por ciento en las probabilidades de asma para los niños que son expuestos a la angustia materna desde el nacimiento hasta los siete años de edad. No se encontró tal asociación para la angustia materna de corta duración, como la depresión posparto.
"El asma es una enfermedad multifactorial y hemos identificado un posible factor que podría estar relacionado con su desarrollo", afirmó Anita Kozyrskyj, autora del estudio y profesora asociada de la facultad de farmacia de la Universidad de Manitoba en Winnipeg, Canadá. "Yo creo que lo bueno es que se trata de un factor de riesgo que puede prevenirse". Los hallazgos aparecen en la segunda edición de enero de la American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.
Se estima que 20 millones de estadounidense tienen asma, lo que incluye nueve millones de niños, según la American Academy of Allergy, Asthma and Immunology. Se desconoce la causa exacta del asma, pero los investigadores han encontrado muchos factores que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad, como antecedentes familiares, exposición al humo de segunda mano y otros desencadenantes ambientales.
Debido a que el aumento en la incidencia del asma parecía ser paralelo al aumento en la cantidad de estrés crónico experimentado por las mujeres en general, y debido a que otras investigaciones habían sugerido una relación posible entre el asma y la angustia materna, Kozyrskyj y sus colegas revisaron los registros médicos de casi 14,000 niños de Manitoba, desde su nacimiento hasta los siete años.
El estado de asma se definió por haber acudido a al menos dos consultas médicas por asma, haber tenido una hospitalización por asma o haber recibido dos o más recetas de medicamentos para el asma. La angustia materna se definió como haber realizado una consulta médica, haber sido hospitalizada o haber recibido una receta para la depresión o la ansiedad durante el primer año de la vida del niño y más allá.
Casi uno de cada cinco niños que participaron en este estudio resultó expuesto a la angustia materna durante el primer año de vida, según el estudio. La prevalencia de asma en toda la población del estudio fue de 6.6 por ciento.
Luego de ajustar los datos para los factores de riesgo conocidos, como antecedentes maternos de asma, vivir en un área urbana, uso de antibióticos y otros, los investigadores encontraron un riesgo de asma 25 por ciento mayor entre los niños cuyas madres tenían depresión o ansiedad duraderas.
De manera interesante, los investigadores también notaron que la angustia materna persistente se relacionaba con una probabilidad de asma infantil 44 por ciento más grande en las familias de altos ingresos, en comparación con las familias de bajos ingresos.
Kozyrskyj dijo que los investigadores "no comprenden esta asociación completamente" y sólo pueden especular sobre cómo podría aumentar la angustia materna el riesgo de asma. Algunas teorías posibles son que las madres que están deprimidas o ansiosas podrían fumar más, amamantar menos y podrían no prestar tanta atención a sus hijos. Cualquiera de estos factores podría contribuir al desarrollo del asma.
Otros no están tan seguros sobre la importancia de la angustia materna en el asma.
"Tal vez haya algo en esto. No lo descartaría, pero no diría que se trata de una causa del asma. Una asociación no conlleva causa y efecto. Es sólo un aspecto más del ambiente del niño que hay que evaluar", afirmó la Dra. Jennifer Appleyard, jefa de la sección de alergias e inmunología del Hospital y centro médico St. John de Detroit.
"Hay tantas variables que realmente hay que evaluar esto más en un estudio mucho más controlado", dijo, y añadió que sería interesante incluir también al padre y otros cuidadores primarios en cualquier análisis futuro.
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Etiquetas: ASMA, ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
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