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PROBLEMAS DE CONDUCTA EN LOS NIÑOS PODRÍAN ESTAR EN SUS GENES
Parecería que algunos niños nacen para portarse mal y un nuevo estudio sugiere que esto podría ser verdad.
En un estudio sobre hermanos mellizos adultos y sus hijos, investigadores hallaron que los genes, y no el comportamiento de los padres, serían clave en la posibilidad de que los chicos tengan serios problemas de conducta, como el hostigamiento a pares, faltar a la escuela y robar en los comercios.
Los resultados, publicados en la revista Child Development, rozan la duda clásica sobre naturaleza versus nurtura.
En el caso del comportamiento infantil, estudios relacionaron los conflictos de pareja con los problemas de conducta a largo plazo en los hijos. Sin embargo, se desconoce si eso significa que los problemas maritales causan los problemas de la conducta. Los nuevos resultados sugieren que se trata más de una cuestión genética. Es decir que los padres que naturalmente confrontan le pasan esta tendencia a sus hijos. "El conflicto matrimonial no aparece, al menos en este estudio, como la causa de patrones estables de trastornos de conducta", explicó la autora principal K. Paige Harden, de la University of Virginia, en Charlottesville.
"En cambio, los problemas de pareja están determinados por las características personales de los padres, incluidos sus genes, que son los que heredan los niños", dijo la experta a Reuters Health.
El equipo dirigido por Harden llegó a estas conclusiones después de estudiar a 1.045 mellizos adultos y a sus hijos. Algunos de los hermanos eran gemelos, lo que significa que compartían todos los genes; el resto eran mellizos, lo que implica que compartían sólo algunos de los genes.
Este tipo de estudios les permite a los investigadores conocer el efecto de los genes y del entorno sobre una conducta determinada.
En este caso, el equipo halló que las influencias genéticas eran importantes en los conflictos matrimoniales y que los genes explicaban la relación entre las discusiones de pareja y los problemas de conducta en los hijos.
No existiría un gen "confrontador", pero los genes influyen las características de la personalidad, incluidas las que hacen a la gente más o menos propensa a la confrontación.
Según Harden, es posible que los genes que participan en la toma de riesgos, la búsqueda de sensaciones y otros aspectos de las conductas antisociales volverían a los padres más propensos a confrontar y, al pasar a los hijos, aumentaría la probabilidad de desarrollar problemas de conducta.
No obstante, los investigadores destacaron que nada de esto significa que las discusiones de pareja no dañen a los hijos.
Si los genes son más importantes a largo plazo para los problemas de conducta graves, los conflictos entre los padres afectan a los hijos, explicó el doctor Robert E. Emery, profesor de Psicología de University of Virginia y coautor del estudio.
La investigación "no significa que las peleas entre los padres no influyan en los chicos", dijo a Reuters Health.
"Piense cómo se siente cuando una pareja de amigos comienza a discutir. Ahora, transfórmelos en sus padres, usted tiene seis años y ellos gritan que se van a separar. Definitivamente, el conflicto entre los padres no es saludable para los hijos", concluyó Emery.
FUENTE: Child Development, enero/febrero del 2007
Etiquetas: CONDUCTA INFANTIL, GENÉTICA
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