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HAMSTERS EN CASA, POSIBLE FUENTE DE SALMONELOSIS
Según se concluye en un estudio reciente, las mascotas roedoras como los hámsters serían una fuente de contagio de Salmonella. La tenencia de mascotas se asocia a la exposición a diferentes agentes infecciosos que deben tenerse en cuenta en el momento de efectuar diagnósticos diferenciales en un niño o un adulto. Por ello, en una anamnesis completa debe averiguarse si el paciente tiene mascotas en su casa. De cualquier manera, algunas mascotas, como los roedores, implicarían riesgos aún no conocidos. Sólo en los Estados Unidos hay 1,4 millones de casos anuales de salmonelosis, de los cuales la mayoría son de origen alimentario. No obstante, buena parte de los casos podrían transmitirse mediante el contacto con animales. Dado que en 2004 se aisló Salmonella tiphimurium de ocho hámsters de un distribuidor de mascotas, los autores del artículo de referencia realizaron un estudio en 28 pacientes que presentaron síntomas durante ese año y buscaron determinar si la cepa podría ser la misma que la encontrada en adultos. Para ello se tipificaron los casos de Salmonella y se investigó el antecedente de exposición a roedores, como hámsters y ratones, en los pacientes. Se observó que en 59% de los casos había antecedentes de exposición a roedores (tenencia de mascotas, trabajadores veterinarios, criadores de mascotas, etc.). Los aislamientos ambientales, humanos y de los roedores fueron resistentes a ampicilina, cloranfenicol, estreptomicina, sulfisoxazol y tetraciclina.
Comentario: Los hamsters también pueden transmitir un virus que ocasiona la enfermedad coriomeningitis linfocítica, por lo que consideramos que estos pequeños ratoncitos, no son una buena mascota para sus hijos. También hemos detectado varios pacientes que tienen como mascota una serpiente, y compran los hamsters para dárselos de alimento. Les recordamos que las serpientes también transmiten las especies de salmonela, por lo que tampoco son unas mascotas recomendables.
Publicado en la revista New England Journal of Medicine
Etiquetas: ESTILOS DE VIDA, INFECCIONES, PEDIATRIA PREVENTIVA
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